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El Ayuntamiento plantea cambios en la ‘supermanzana’ ante las quejas

CiU, Ciudadanos y PP piden al consistorio que desmantele el proyecto porque perjudica a los vecinos y comerciantes

Josep Catà
Una informadora en una de las entradas de la 'supermanzana'.
Una informadora en una de las entradas de la 'supermanzana'. Joan Sánchez

Las supermanzanas, uno de los proyectos estrella del gobierno municipal de Barcelona para desincentivar el uso del coche, lleva una semana en marcha en el barrio de Poblenou y ya ha recibido las primeras críticas. Ante las quejas, la teniente de Urbanismo, Janet Sanz, ha reconocido este lunes que cambiarán algunos aspectos de la configuración del proyecto, que está en la fase de prueba piloto. Aunque se ha llevado a cabo con la participación de la Asociación de Vecinos de Poblenou, los vecinos admiten que el nuevo sistema de circulación genera problemas en temas como el transporte público, el aparcamiento o las zonas de carga y descarga.

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Durante la presentación de las instalaciones en el nuevo espacio público, que han desarrollado los estudiantes de la Confederación de Talleres de Proyectos de Arquitectura, algunos vecinos han mostrado su decepción, ante lo cual Sanz ha pedido disculpas por "si no se ha informado bien" sobre los cambios en el barrio. También ha asegurado que encontrarán soluciones a problemas como el de la carga y la descarga, aunque no ha explicitado cómo se resolverá. Otro de los inconvenientes es el del incremento del tráfico en el perímetro, como ha explicado Salvador Clarós, portavoz de la Asociación de Vecinos, que se muestra "totalmente a favor del proyecto". 

Respecto al traslado de las paradas de autobús y a las plazas de aparcamiento, Sanz ha argumentado que "todo cambio cultural implica pedagogía" y que, en cierta medida, los vecinos se tendrán que "acostumbrar". La plataforma de Promoción del Transporte Público ya propuso el pasado jueves una línea de bus horizontal en la supermanzana. Sanz también ha anunciado que a partir de enero empezarán a trabajar para implantar el proyecto en otros barrios y distritos.

El grupo municipal de Convergència i Unió, a través de su portavoz, Joaquim Forn, y del concejal Jordi Martí, ha querido "denunciar la arrogancia del gobierno municipal" porque consideran que la implantación de la supermanzana se ha hecho "improvisadamente y sin contar con los vecinos". Forn, acompañado por vecinos y comerciantes de la zona, ha asegurado que la idea de la supermanzana es buena, y que el gobierno de Xavier Trias ya trabajó en ella. No obstante, ha afirmado, la "mala implantación perjudica a vecinos y comerciantes, que tienen menos visibilidad porque pasa menos gente por la calle". "Es una chapuza inadmisible", ha sentenciado Martí, que ha comunicado que CiU presentará el próximo miércoles una iniciativa en la comisión de urbanismo del consistorio para frenar la supermanzana.

A las críticas de CiU se han sumado los grupos Ciudadanos y PP. El concejal de Ciudadanos, Koldo Blanco, ha dado un plazo de dos meses para pedir retirar la supermanzana: "Barcelona no está para hacer experimentos si no tienen garantías de éxito", ha dicho. También Alberto Fernández, presidente del PP en el Ayuntamiento, ha pedido suspender la prueba piloto: "Estas supermanzanas se han convertido en superfollones", en referencia a los atascos que asegura que se forman en el perímetro. Los vecinos que están en contra del proyecto decidirán mañana si piden una medida cautelar al juez para detener la prueba piloto porque consideran que el proyecto es "deficiente". 

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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