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Demòcrates cierra filas con Homs y contempla el referéndum unilateral

Pascal se inclina por elevar al Pleno del Parlament las conclusiones del proceso constituyente

Àngels Piñol
Neus Munté con David Bonvehí y Marta Pascal.
Neus Munté con David Bonvehí y Marta Pascal.EFE

La dirección del Partit Demòcrata de Catalunya, heredero de la antigua Convergència, ha cerrado filas hoy con Francesc Homs, portavoz en el Congreso, después de que miembros de otras formaciones hayan acusado a los convergentes de haberse abstenido para propiciar una Mesa compuesta con mayoría de PP y Ciudadanos para poder tener grupo propio. La diputada Marta Pascal, coordinadora general del partido, ha reiterado que la posición de Homs y de Demòcrates es idéntica y que no existe ni existirá ningún pacto entre Convergència y el PP para la investidura ni para la posible formación de Gobierno.

Los socios discrepan sobre la fecha de la cuestión de confianza

Esquerra Republicana ha planteado este mediodía que la cuestión de confianza a la que se someterá Carles Puigdemont en septiembre se celebre antes de la Diada. El president, que vincula su futuro en el cargo al desenlace de esa sesión, era partidario de fijarla para después del día 11. No lo ve así el diputado Joan Tardà, de ERC, que considera que es "imprescindible" que se adelante. "Será un éxito y permitirá acelerar el proceso. Los ciudadanos se merecen celebrar la Diada tras el éxito de la cuestión de confianza".

Pero Marta Pascal no ha recogido el guante y ha argumentado que por mucho que los ciudadanos hagan presión en la calle será al final los diez diputados de la CUP los que inclinen la balanza en uno u otro sentido. "No nos despistemos. Es la CUP la que tiene que decidir si está con los que construyen o destruyen. Podemos hacer mucha presión en la calle pero es la CUP la que decide".

En unas declaraciones en la nueva sede del partido y tras la celebración de la primera ejecutiva de Demòcrates, Pascal ha recordado que su oposición se sustenta en ser coherentes con su discurso político, que no es otro que crear un futuro Estado catalán, y porque que el Ejecutivo del PP ha impulsado “sistemáticamente” la vía judicial parea encausar al propio Homs, al expresidente Artur Mas y las exconsejeras Irene Rigau y Joana Ortega “simplemente por poner las urnas”. “Ya nos habían trasladado que en ningún caso existirá ese pacto y así debe seguir siendo”, ha señalado Pascal. La Ejecutiva ha acordado también una decisión de carácter “simbólico”: arropar el 19 de septiembre a Homs en Madrid cuando acuda a declarar como imputado por el Tribunal Supremo por la causa del 9-N. “El Estado sigue con su persecución de un conflicto político”, ha remachado.

Pese a esa sintonía, la dirección de Demòcrates y Homs disienten sobre la viabilidad de un Referéndum Unilateral de Independencia al considerar el político nacionalista que sería una repetición del 9-N y que carecería de legitimidad internacional. Los herederos de Convergència, empezando por Pascal, no lo ven exactamente así. “Homs tiene algunos puntos de duda pero no se tiene que descartar de ninguna de las maneras”, ha puntualizado Pascal. “Junts pel Sí y la CUP ya acordaron (en la comisión del proceso constituyente) que en algún momento tendrá lugar la desobediencia”.

Junts pel Sí, la coalición de gobierno formada por Convergència y Esquerra, decidirán, por otra parte, esta tarde si son partidarias de que en el Pleno de esta semana se discutan las conclusiones alcanzadas por la comisión del proceso constituyente pactadas hace una semana con la CUP y en las que se abre por primera vez la puerta a mecanismos de “unilateralidad”. La Mesa ya se pronunció a favor de aplazar el debate pero bastan dos grupos para que el asunto se pueda discutir. Pascal ha recalcado que el debate es ya “perfectamente viable”. “Ha de ser posible. El trabajo está hecho. Y qué mejor este último Pleno para hacerlo. Pero es Junts pel Sí el que tiene que decidir”, ha señalado.

Eva Granados, la portavoz socialista, ha sostenido que sería “un grave error” que se consumara ese debate porque supondría volver a desobedecer al Tribunal Constitucional que avisó de que en el caso de elevarse al Pleno pasarían ya a tener categoría de “resoluciones” y no de meras conclusiones. “Sería más grave incluso que la propia declaración del 9-N”, avisó la diputada socialista Eva Granados. “Sería una irresponsabilidad si Carme Forcadell (la presidenta) lo permite”. Inés Arrimadas, líder de la oposición, ha calificado por su parte al nuevo partido de una “operación de mercadotecnia” para no vincularlo con los "casos de corrupción" de la antigua Convergencia.

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