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La CUP arrastra a Junts pel Sí hacia la independencia “unilateral”

Las dos formaciones acuerdan una desconexión en tres fases en la comisión parlamentaria del Proceso Constituyente

Dani Cordero
El diputado de Junts pel Sí Lluís Llach.
El diputado de Junts pel Sí Lluís Llach.JOAN SÁNCHEZ

La CUP forzó ayer a Junts pel Sí a aprobar en el Parlament que “un mecanismo unilateral de ejercicio democrático” sea decisivo en la vía independentista marcada por la cámara catalana. La medida es tan provocadora, por lo que representa de desafío al Gobierno central, como ambigua, ya que su uso es inconcreto. Aunque con un medido discurso, el Ejecutivo catalán mantiene su rechazo a un referéndum unilateral y apuesta por una vía pactada con el Estado que desencalle el proceso soberanista. Pero a dos meses de la cuestión de confianza a la que se someterá Carles Puigdemont, los anticapitalistas hicieron valer tanto su poder para que el president supere el debate como las diferencias que suscita el término unilateral en el Partit Demòcrata y Esquerra.

El texto aprobado por la comisión de estudio del Proceso Constituyente elude utilizar la fórmula de referéndum unilateral. También la de declaración unilateral. El “mecanismo unilateral” incluido serviría para “activar la convocatoria de la Asamblea Constituyente”, la encargada de redactar la Constitución catalana tras haber completado “la desconexión con la legalidad del Estado español a través de la aprobación de las leyes de desconexión”.

El Ejecutivo catalán aboga por agotar las opciones de alcanzar un acuerdo con el central y tener una opción pactada. No obstante, una de las conclusiones de Junts pel Sí y la CUP subraya: “No hay ningún margen de acción para el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo catalán en el interior del marco jurídico constitucional y legal español”.

La inclusión del concepto de unilateralidad y la forma de ejecutarlo condicionaban las conclusiones de la comisión cocinadas por el frente independentista del Parlament, presentadas finalmente justo antes del inicio de la sesión. Así lo puso de manifiesto el presidente del grupo de Catalunya Sí que Es Pot, Lluís Rabell. “¿Quién se sentirá movilizado para ese proceso? ¿La ANC y Òmnium?”, ironizó, para seguir bromeando con el hecho de que la CUP haya permitido que el texto hable de mecanismo unilateral y no de referéndum unilateral de independencia, para no ahondar en la brecha que genera ese tipo de consulta entre ERC y el Partit Demòcrata.

El documento consensuado por los dos grupos parlamentarios partidarios de la independencia de Cataluña establece una supuesta secesión en tres fases. Empezaría con un proceso participativo para decidir sobre la independencia; seguiría con la desconexión del Estado y unas elecciones constituyentes que conformarían la denominada “Asamblea Constituyente”. La última etapa se basa en la celebración de un referéndum para aprobar esa virtual carta magna.

Según las conclusiones validadas ayer en primera instancia —necesitan la reválida del pleno de la cámara catalana—, “se completará la desconexión con la legalidad del Estado español a través de la aprobación de las leyes por parte del Parlament”. Esas leyes, recoge el texto, no son susceptibles de control, suspensión o impugnación por parte de ningún “otro poder, juzgado o tribunal”. La Asamblea Constituyente dispondría de “plenos poderes” y sus decisiones serán de “obligatorio cumplimiento”.

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El texto aportado por Junts pel Sí y la CUP como conclusiones fue el origen de duras críticas tanto por parte de Catalunya Sí que Es Pot como del Partido Popular. Por parte del primer grupo, en boca de Lluís Rabell, porque “es un acto propagandístico” que “no va a ninguna parte”. El popular Santi Rodríguez lo criticó porque “su objetivo es vulnerar el ordenamiento jurídico, que es el constitucional”.

Catalunya Sí que Es Pot solo votó a favor de tres de los 11 puntos propuestos por el frente independentista. El PP votó en contra de todos y participó en la reunión para evidenciar la ausencia de Ciudadanos y del PSC. Ambas formaciones se han desentendido de la comisión desde el principio como muestra de rechazo y porque considera que no se ha de abrir ningún proceso constituyente.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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