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La Generalitat acusa a Adif de maquillar los retrasos de los trenes

El gestor de las infraestructuras quiere alagar el tiempo 'oficial' de los recorridos

Marc Rovira
Pasajeros de Rodalies esperan un tren con retraso en Sants.
Pasajeros de Rodalies esperan un tren con retraso en Sants.albert garcia

Las relaciones entre la Generalitat y Adif a razón de la red de Rodalies han entrado en vía muerta. El consejero de Territorio, Josep Rull, escenificó el desacuerdo hace unos días advirtiendo de que solo Adif es responsable de la maniobra para maquillar los retrasos que sufren las líneas de tren catalanas. Rull arrojó la pelota al tejado del administrador de infraestructuras ferroviarias Adif, a quien acusó de “imponer” de forma unilateral un cambio en los horarios a partir del próximo 12 de junio. Adif, por su parte, acusa al Gobierno catalán de sobreactuar.

El meollo del asunto, y quizá el único punto en que están de acuerdo Adif y la Generalitat, radica en que la red ferroviaria está plagada de tramos con incidencias. Obras perennes, mal estado de la vía, amenaza de desplome de varios sectores de “trincheras” —nombre con que se conoce a los trechos en los que los raíles discurren entre zanjas— y un ramillete de actuaciones pendientes de ejecutar obligan a los convoyes a circular a una velocidad anormalmente baja. Con este escenario, la puntualidad es, según fuentes de Adif, “una fantasía”. Rodalies ha pasado de lucir un 94% de puntualidad el año pasado a un 86% en los cuatro primeros meses de 2016. En el caso de los regionales que cubren la Media Distancia, uno de cada dos trenes circula fuera de hora y hay casos desesperantes para la paciencia del usuario: la línea R-16 con destino a Tortosa tiene un índice de puntualidad de solo el 28%.

Adif razona que se hace necesario reajustar los horarios y aceptar que, en previsión de que los trayectos son más lentos, cabe retrasar las horas de llegada y de salida de los trenes. La Generalitat, que es la titular del servicio, planteó en la última reunión con Adif que esta dilatación solo es admisible si hay un compromiso de inversiones a corto plazo y una hoja de ruta definida para mejorar la red ferroviaria. “Tenemos una Adif fuera de control y esto es inaceptable”, lamentó Rull.

Cambios "unilaterales"

El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, ya denunció en mayo el cambio de horarios “de forma unilateral” que entrará en vigor el próximo 12 de junio al considerar que era una manera de ocultar los retrasos que sufren los usuarios. “La solución de este problema no es maquillar o esconder los problemas con los retrasos con modificaciones horarias”, aseguró Rull, quien reclamó al miniserio que lleve a cabo “todas las inversiones oportunas”.

La Generalitat aboga por identificar los problemas y limitaciones de las distintas líneas de Rodalies conjuntamente con Adif para tratar de encontrar una solución distinta de la que propone el administrador de infraestructuras. “Los trenes continuarán llegando tarde, con tiempos de trayecto que no son los correspondientes, y dirán que los trenes tienen una puntualidad extrema”, añadió. Además, el consejero denunció que Adif impusiera “unilateralmente” 126 limitaciones temporales de velocidad por criterios de seguridad sin aportar información concreta sobre estas modificaciones.

En tiempos del segundo gobierno tripartito, la Generalitat se adjudicó con bombo y platillo las competencias sobre el sistema de Rodalies. Según un acuerdo que firmaron el consejero Joan Saura y el entonces vicepresidente del Gobierno central Manuel Chaves, aspectos como las tarifas de los billetes y los horarios de los trenes se fijaban desde la plaza de Sant Jaume. Adif acepta que la Generalitat marque la frecuencia de paso que deben tener las lineas pero matiza que “solo Adif puede decir cuanto deben durar los trayectos”. “Adif es el administrador de la infraestructura y la ley nos ampara para decidir a qué velocidad debe circular un tren por esa infraestructura”, señala un portavoz del ente.

Las líneas más afectadas por los retrasos son la R15 y la R16, que enlazan Barcelona-Tarragona-Tortosa y Barcelona-Reus-Móra la Nova, respectivamente. Montse Castellà, portavoz de la Plataforma Trens Dignes Terres de l’Ebre-Priorat, concede que retrasar los horarios, a pesar de que sea acercarlos a la realidad, supone cronificar la anomalía y es un paso atrás para los usuarios. “Perdemos media vida dentro del tren pero, al menos, nos devuelven el precio del billete cuando el retraso supera los 15 minutos”, sostiene. Castellà denuncia que, en lo que refiere a demoras, “se ha terminado por convertir en norma lo que debería ser la excepción”.

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Adif acepta que las líneas R15 y R16 sufren cargantes incomodidades, pero apunta que, en el caso de la que va Móra, “hace año y medio que hay obras”. En lo que refiere a la conexión que viaja hasta Tortosa, se alega que sufre el congénito cuello de botella de Vandellós, un ramal de vía única que obliga a hacer un alto en el camino cada vez que dos convoyes coinciden en el tramo.

La línea de Vic-Puigcerdà es igualmente reconocida por Adif como un punto negro: “Es una línea de montaña”, alega. También se admiten incordios frecuentes en la línea del Maresme. En este caso, “los habituales vendavales obligan a los trenes a reducir la marcha”, explican fuentes de Adif.

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