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“BBRRROOMM, SCREECHH, MEEECCCC” en el salón del cómic

Abre el Salón del Cómic, centrado en la presencia de los vehículos en las viñetas

Jacinto Antón
Ada Colau y Ibañez, autor de Mortadelo y Filemon.
Ada Colau y Ibañez, autor de Mortadelo y Filemon. M. Minocri

“BBRRROOMM, SCREECHH, MEEECCCC”. El sonido dibujado de los acelerones, los frenazos y las bocinas de infinidad de coches inunda el 34 ª Salón Internacional del Cómic de Barcelona, que se dedica esta edición especialmente a los vehículos en las viñetas y que inaugura la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau. La gran feria de los tebeos se celebra hasta el domingo en los palacios 1 y 2 y la plaza del Univers de la Fira de Montjuïc, con una superficie de 45.000 metros cuadrados que significa un aumento del 25 % con respecto al año pasado. Entre lo más destacable de la oferta del salón, que este año tiene como invitado estrella al estadounidense Frank Miller, mundialmente célebre por su revisión en oscuro de la figura de Batman, figuran las exposiciones consagradas a los vehículos y el cómic -que incluye además de cientos de dibujos originales una veintena de coches y motos reales-, las superheroinas y la dedicada a Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, por su 80 cumpleaños.

En la primera de las exposiciones, la más importante y la que define la temática de esta edición, los vehículos reales, algunos espectaculares, se exhiben junto a ampliaciones de una viñeta en que aparecen. Están repartidos por subgéneros y cada ámbito se señala con una indicación que semeja un indicador de tráfico. Coches de serie negra, vehículos de superhéroes, de aventura, de humor, de carreras y bicicletas son los temas bajo los que se exponen los modelos de verdad y las 270 páginas de cómics, el 80 % material original. Entre los vehículos reales destacan el bonito Morgan Plus, pura línea clara, de Blake y Mortimer, el coqueto Honda S800 blanco de Spirou y Fantasio o el Ford Mustang que remite a Sin City. Muy espectacular es el Delorean plateado que materializa la versión dibujada de Regreso al futuro. Y qué decir del camión amarillo de Transformers. El Cadillac de Blacksad presenta un interior un poco ajado que sugiere más que los cómics de Canales y Guarnido la canción de Loquillo; uno hasta se asoma a ver si sigue allí la última rubia que vino a probar la parte de atrás de su Cadillac.

Las viñetas que se exhiben, de todas las épocas y estilos, desde la bonhomía del TBO al dramatismo del propio Miller, pasando por el clasicismo polícromo de Dick Tracy, comparten a menudo las onomatopeyas escritas de los ruidos de los coches, como en Torpedo (ilustrado con un bonito Citröen Rosalia de verdad al que solo le faltan los gangsters con ametralladoras Thompson en el estribo. El automóvil, por eso, luce matrícula de Palma de Mallorca.

En el apartado “el motor de la aventura” encontramos un típico Jeep Willys de la II Guerra Mundial que evoca las aventuras del corresponsal Ernie Pike llevadas al cómic por Hugo Pratt. Hay también referencias a Tintin y sus coches y una preciosa ilustración de Bernal de 1986 que recoge el accidente de Lawrence de Arabia en su motocicleta. Por ahí andan también los coches aéreos de Roco Vargas, el Arrowplano de The Green Arrow. ¡Si hasta están Roberto Alcázar y Pedrín, viajando a París en coche a resolver un caso!

Un ámbito especial, orquestado por Seat, está dedicado a los coches de nuestros tebeos de siempre –aquí coinciden bastante dos factorías, Seat y Bruguera-. Viejos modelos reales del 127, el 124, el 600, el 850 y el 133, dialogan con las viñetas. Ahí están todos los malos del Gang del Chicharrón embutidos en un 600 persiguiendo a Mortadelo y Filemón, o la familia Ulises en un 124.

El gran piloto de cómic es Michel Valliant: lo podemos ver apretando los dientes tratando de adelantar al corredor sin rostro en Montecarlo. O probando su bólido Cooper 38 en Suspense en Indianápolis (Gaceta Júnior, 1969) y manifestando en bocadillo: “Formidable. ¡Qué reprise! Pero no son coches que puedan ir en manos de cualquiera”.

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En el capítulo de motos dibujadas, figuran desde la “moto familiar”, uno de los inventos majaderos (o geniales) del TBO a la impresionante del Akira de Otomo. En una viñeta, Johnny Roqueta de El Jueves cabalga su Minimontesita costumizada. Mientras que en un impresionante original de Stan Lee el Capitán América monta una motocicleta ante The Falcon. El motorista fantasma es otro que no podía faltar, y lo vemos ardiente en su chopper. En una viñeta ampliada a tamaño colosal vemos a Indiana Jones y a su padre en la BMW del ejército alemán en busca del Santo Grial: junto al dibujo, una motocicleta igual con sidecar que parece recién salida de un garaje de la Wehrmacht. Una codiciable Harley de verdad le da la réplica a la de las viñetas de Lobezno.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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