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El alma que invade la ciudad

Citas como el festival Madrid es negro reflejan la vitalidad de la escena local de ‘soul’ y de ‘funk’

Aurora & The Betrayers ensayando para su concierto de esta noche en La Riviera.
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Esta noche un grupo de soul madrileño, Aurora & The Betrayers, actúa en La Riviera, una de las salas de conciertos más grandes de la ciudad. Eso supone dos cosas: La primera, que el grupo ha trascendido las fronteras del género llegando a un público mucho más numeroso. La segunda confirma que la música negra retro en la capital se encuentra en un momento de expansión.

Prueba de ello es el festival Madrid es Negro. Concebido como lanzadera para bandas madrileñas de soul y funk, el 5 de marzo celebra su día grande. Será con un concierto homenaje a James Brown a cargo de un “supergrupo” al que han denominado Madrid Funk All Stars. “La banda de funk más grande jamás reunida en España”, según la organización, está compuesta básicamente por miembros de formaciones procedentes de la capital, como Sweet Vandals, Freedonia o Anaut.

'Walk to the stars', tema extraído de 'Vudú', de Aurora & The Betrayers.

Pero a todas ellas les saca hoy una cabeza de ventaja la liderada por Aurora García (Madrid, 1986). La vocalista afirma que para poder presentar su segundo disco, Vudú (publicado el viernes pasado), ante más de mil personas ha habido mucho trabajo. “Es cierto que la escena soul está creciendo. Pero nosotros, tal vez, ahora estamos saliendo de ese núcleo algo cerrado”, afirma.

Aurora asume que artistas como Amy Winehouse o Adele han podido abrir las orejas al gran público, pero tiene claro que de ahí a llenar conciertos hay un trecho. Y matiza: “Gracias a que no hacemos únicamente soul hemos podido llegar a más gente”.

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'You got me in heat (Official video)', de Anaut

Para eso sirve el festival Madrid es negro: una lanzadera para bandas que suelen tocar ante audiencia reducida y que ya va por su sexta edición. El festival surgió como celebración de los 15 años de vida de la revista Enlace Funk. Uno de los impulsores de esta cita madrileña con la música negra es Miguel Ángel Sutil, director de la revista. “El triunfo de Aurora &The Betrayers es un cúmulo de cosas bien hechas: una presencia escénica increíble, una banda brutal y llegar en el momento justo”, afirma.

Ese “momento justo” es, afirma Sutil, fruto de todo lo que ha sucedido en Madrid en la última década. Por ejemplo, asegura que el primer disco homónimo de los Sweet Vandals (que se están tomando un respiro sin fecha de vuelta), allá por 2007, fue el que puso a Madrid en el mapa como una de las capitales más prolíficas en la facturación de música negra. La banda fichó por un sello alemán y giró por Europa, entrando en circuitos de promoción que incluían la emisora de radio británica BBC6.

I Must Have Been Dreamin, de Julian Maeso. 'Juli' es un veteranísimo asentado en Toledo, que fue parte de Sweet Vandals, Speak low y Sunday Drivers. Ahora graba bajo su propio nombre.

Porque para que un grupo llegue hasta donde lo han hecho García y su banda hay que tocar en muchos clubs. En Madrid, parte del circuito que alimenta la escena lo forman Tempo, El Junco, Maderfaker, El Intruso, El Barco, Marula Café, Clamores o Bogui Jazz. “En los conciertos de estos clubes es donde se encuentran gran parte de las bandas que fichamos para Madrid es negro”, dice Sutil.

Es una escena sensible y cada baja importa. Para el recuerdo quedan locales ya desaparecidos, como el Café Berlín. Jaime Massieu, fotógrafo especializado en registrar la escena de música negra de Madrid, sostiene que el cambio de titularidad en 2015 de La Boca del Lobo, punto de encuentro desde 1997, supuso un palo para el movimiento. “Allí se hacía una de las jam session míticas de la ciudad. La Boca era uno de los puntos de reunión de los músicos de soul y funk de la capital; era el sitio al que se iba después de dar el concierto de turno para seguir tocando después de tocar”.

It´s gonna be fine, extraido de Dignity and Freedom, segundo disco, recién editado de Freedonia.

Pero Massieu, cree que el problema real es otro. “Hay decenas de bandas de música negra en Madrid. Lo que falta es gente dispuesta a pagar 10 euros por escucharla”.

Cosmosoul en directo en los Concieros de Radio 3

Pagar por un concierto y por un disco son dos gestos fundamentales para que tanto escena como industria se sostengan. Aurora & The Betrayers se ha autoeditado por segunda vez bajo la etiqueta de Sietepulgadas Records. Es una tendencia. El género tiene sus propias discográficas, como Tucxone Records, Lovemonk o Sweet Records. Esos y otros sellos se nutren de bandas como Sweet Vandals, Freedonia, Cosmosoul, Anaut, Astrid Jones, Julián Maeso o Watch Out. La mayoría han pasado también por Madrid es negro. Fernando Roqueta, jefe de prensa del festival, apunta que gran parte de las voces que protagonizan la escena de música negra son mujeres y militan en Góspel Factory: un coro de góspel que dirige el maestro Dani Reus, quien próximamente presentará The Naked Choir, un programa de música a capella, en Movistar +.

Próximos conciertos

Aurora & The Betrayers, Hoy, La Riviera (Pº bajo Virgen del Puerto, s/n), 21.00. 18 euros.

VI Madrid es negro: Jorge Durán y su Jalea de Mambo, 27 de febrero El Sol (Jardines, 3), 22:30. 14 euros. 5 de marzo, Madrid Funk All Stars. Sala Shoko. 12 euros.

Anaut. El segundo disco de Anaut, Times goes on, le consolida como una de las mejores voces masculinas de España y le convierte en una estrella en ciernes. El próximo día 23 de abril presentará en la sala Joy Eslava su nuevo LP.

Cosmosoul. La banda liderada por Alana Sinkëy estará desde el 29 de febrero al 6 de marzo en el Café Central. Siete días en uno de los templos de música de la ciudad es cosa de valientes. Conviene reservar las entradas.

Freedonia. Diez músicos, una voz incendiaria y una potente sección rítmica. El 19 marzo Freedonia actuará en el Auditorio de la Universidad Carlos III.

Miguel Ángel Sutil cree que el siguiente paso que debería dar la música negra en Madrid sería intentar buscar un lenguaje propio. La fórmula para conseguirlo, dice, se apoya en crear ese código con las raíces de la música española, tal y como hicieron en su día Las Grecas o Los Chorbos gracias a su primer disco, El sonido caño roto (1975). Sutil también apunta a los catalanes Fundación Tony Manero (que dieron el pelotazo gracias a la canción Supersexy girl). “Comenzaron imitando referentes hasta conseguir su propia voz”.

Aurora García reconoce que “ha sufrido mucho” defendiendo su sonido. Que al principio no sabía si creía en lo que estaba haciendo. Dice que con Betrayers ha llegado a un punto de madurez (que parece haber afectado incluso a su forma de vestir) que le ha hecho entender que la música no es solo para bailar sino también para escuchar. Asegura que la satisfacción que le da haber conseguido su propia identidad es lo más importante; y confiesa entre risas que el primer bolo que dieron como grupo presentando su primer disco, Shadows go away, fue algo parecido a una jam session. Y concluye: “Ahora somos una empresa, sabemos hacia dónde queremos ir. Tenemos seguridad”.

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