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La gestión de Colau y la imagen de Barcelona, tocadas por las huelgas

La ciudad afronta hoy nuevos paros en el metro coincidiendo con el Congreso de Móviles

Pasajeros apretados en un autobús, ayer en Barcelona.
Pasajeros apretados en un autobús, ayer en Barcelona.Albert Garcia
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Barcelona transport chaos brings mayor’s management into question

Los problemas de movilidad que viene sufriendo Barcelona desde el lunes por las huelgas han empañado la imagen de solvencia de Barcelona durante el Mobile World Congress (MWC). Los ciudadanos y los casi 100.000 congresistas ayer sufrieron nuevas dificultades por una avería en el metro y los paros parciales en los autobuses. La oposición cargó contra la alcaldesa Ada Colau por la gestión de la crisis, al considerar que ha habido “falta de previsión” e “ingenuidad” a la hora de negociar. Los hoteleros advirtieron de “cierta frivolidad” con la marca Barcelona. Para hoy hay convocados nuevos paros de 24 horas en el metro, aunque la Generalitat ayer elevó los servicios mínimos hasta el 65% en las horas punta.

Más presión para el transporte público

La Generalitat activó ayer el protocolo de contaminación atmosférica en el área metropolitana de Barcelona. La medida se tomó por el exceso de partículas inferiores a 10 micras debido a la entrada de polvo africano. El Gobierno catalán recomienda hacer uso del transporte público durante los episodios de contaminación. Se prevé que, como mínimo, la medida esté activa hasta la tarde de hoy.

La permanencia del Mobile World Congress (MWC) fue uno de los primeros asuntos que Colau se encontró encima de la mesa, incluso antes de recibir la vara de alcaldesa. Para despejar dudas sobre su apuesta por el MWC, Colau cerró filas con el entonces alcalde en funciones Xavier Trias (CiU) para hacer una oferta a la organización del congreso, la asociación GSMA. Y lo logró: renovó el contrato hasta 2023. Y es que el congreso no solo genera 460 millones de euros que se quedan en la ciudad, sino que el MWC es un gran escaparate para Barcelona.

La importancia del congreso explica que los problemas de movilidad de estos días hayan terminado en una tormenta política. Tras la huelga del lunes, que no llegó a provocar una situación caótica pero sí complicó mucho la movilidad de los ciudadanos y los congresistas, ayer volvió a haber dificultades a causa de una avería en la línea 9 y por la huelga de autobuses que secunda una parte de la plantilla de la empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). Para rematarlo, la capital catalana vivirá hoy otra jornada de huelga después de que las negociaciones entre los trabajadores del metro y la empresa municipal TMB se rompieran de nuevo durante la madrugada de ayer. El Gobierno catalán decidió finalmente ayer elevar los servicios mínimos respecto al lunes. Estos serán del 65%, en lugar del 50%, en horas punta, y del 45%, en vez del 30%, el resto del día.

La organización del MWC, la entidad de operadores móviles GSMA, mostró su disgusto por la convocatoria de huelga después de que varias de las empresas asociadas se quejaran de la dificultad para llegar al recinto. Los hoteleros de la ciudad también advirtieron de que “parece ser que [la huelga] no se ha tratado con la suficiente diligencia” y constataron que los ciudadanos y los congresistas son “los grandes damnificados”. Los hoteleros se quejaron, además, de la “cierta frivolidad” con la que se trata “la relevancia de Barcelona”, es decir, su imagen.

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En el interior del recinto de Fira de Barcelona algunos primeros ejecutivos y directivos de compañías que participaban en el Mobile si bien coincidían en que las pasadas ediciones del congreso habían sido impecables, los problemas de transporte esta vez podían dejar tocada la imagen de solvencia que la capital catalana había exhibido.

La oposición del Ayuntamiento —salvo PSC y ERC— criticó la gestión de Colau. El concejal de CiU, Joaquim Forn, alertó de la negativa “repercusión” que puede tener la huelga. “Sorprende que el Gobierno no se dé cuenta de la gravedad de los hechos”, dijo Forn, quien acusó a Colau de actuar con “falta de previsión e ingenuidad”. Paco Sierra (Ciutadans) acusó a Colau de “incapacidad para gestionar una crisis de este calibre”, mientras que el PP consideró que la alcaldesa “reaccionó tarde” con las negociaciones del MWC.

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