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Mas usa la división de la CUP para lograr su investidura antes del lunes

El presidente catalán destaca que la mitad de la formación anticapitalista quería investirle

Artur Mas en la valoración del 'no' de la CUP a su investidura.Foto: reuters_live | Vídeo: A. Garcia

Artur Mas prometió el lunes plantar cara a la Candidatura d'Unitat Popular y ayer, en su primera comparecencia tras el tercer no de la CUP a su investidura, cumplió con su cometido. Cargó duramente contra la mitad de la militancia anticapitalista que votó contra él, y usó la otra mitad para hurgar en la división del partido. El presidente aseguró que el 50% de la CUP lo ha entendido, pero lamentó que el resto no tenga "sentido de país" para hacerlo presidente.

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Mas compareció tras la reunión de su Ejecutivo, preparado para seguir en funciones como mínimo unos meses más. "El lunes firmaré el decreto para convocar elecciones", proclamó, y situó la fecha del 6 de marzo como la más probable para los nuevos comicios. Pese a que Junts pel Sí emplazó a la CUP a negociar, las posiciones siguen siendo inamovibles: para la coalición, Mas es irrenunciable; para los anticapitalistas, su marcha es la única condición para el acuerdo. "Tengo menos esperanzas que hace una semana, pero mientras hay vida hay esperanza. El Gobierno, y yo como presidente, estamos preparados para las elecciones. No es el escenario que queremos, pero si no hay más remedio lo tendremos que hacer", dijo Mas.

El presidente en funciones dedicó la hora y media que estuvo respondiendo a los medios a cargar contra la CUP por no haberle investido. Incluso la única autocrítica que se permitió sonó a reproche: "Nuestro error fue pensar que la CUP tenía sentido de país". Mas intentó mostrar en todo momento que la formación está partida en dos, después de que el pasado 27 de diciembre los partidarios de investir al líder de Convergència y los detractores empataron en una asamblea. El dirigente usó la fractura para argumentar que Junts pel Sí lo ha hecho todo por el acuerdo, frente al inmovilismo de los anticapitalistas "El 50% de la CUP está a favor de la propuesta de acuerdo que hay sobre la mesa. Poca broma, es mucha gente y eso significa que Junts pel Sí se ha movido", dijo Mas, que se valió de la dimisión de Antonio Baños, el que fuera candidato de la CUP, para sustentar su análisis: "Incluso el que fuera cabeza de lista se ha ido, y debió aportar bastantes votos el 27-S".

Los anticapitalistas respondieron por la tarde en un comunicado en el que afirmaron sentirse insultados por Mas. "No entraremos en el vocabulario agresivo, el discurso fratricida ni las faltas de respeto a toda la izquierda independentista", lamenta la CUP en el escrito, en el que insiste en buscar "una presidencia alternativa". Es decir, sin Mas.

Junts pel Sí no moverá una coma de su planteamiento, incluida la investidura de Artur Mas, para intentar convencer a los contrarios al acuerdo antes del domingo, cuando expira el plazo legal para la investidura. "Hemos tenido toda la paciencia del mundo, más de la que tuvo Job", aseveró Mas, que apostilló: "Junts pel Sí no hará nuevas concesiones, y esto lo incluye todo".

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El presidente de la Generalitat en funciones dedicó especial atención a justificar su permanencia como candidato a la reelección al cargo. Son muchas las voces en la coalición, de dirigentes de Esquerra e independientes, que entienden que la única manera de desbloquear la situación, constatado el no de la CUP, es que Mas dé un paso al lado y renuncie en favor de otro dirigente. El líder de Convergència ligó el futuro del independentismo a su propia figura: cree que si él renuncia, el proceso soberanista se acaba.

"Hiperrevolucionarios"

El nacionalista considera que si da un paso al lado evidenciará que el camino hacia la independencia está en manos de los anticapitalistas —a los que tildó de "izquierda hiperrevolucionaria"— algo que, según Mas, es funesto para los partidarios de la secesión: "Si accedemos, el proceso se va a pique. La única manera de salvarlo es a base de incluir y no excluir, votar y no vetar".

El otro motivo que dio Mas para justificar su permanencia fue "la dignidad" del puesto de presidente. Aunque Junts pel Sí ha desdibujado durante las negociaciones el máximo cargo de la Generalitat para mostrar un "Gobierno coral" que satisfaga a la CUP, Mas mantuvo que otra cesión sería nefasta para la institución. "La presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado", ilustró.

El presidente catalán tuvo que responder a una de las frases que más se le recuerda desde la CUP estos días. La pronunció él mismo el 25 de noviembre de 2014, cuando pidió que se formara una lista única soberanista: "Puedo ser el primero, o puedo ser el último", dijo entonces. Para el líder catalán, él cumplió con su palabra, porque fue cuarto en la lista para el 27-S. Obvió que, por primera vez, el número uno de la candidatura no era el presidenciable, puesto que el líder de CDC se reservó para él.

La CUP anunció que si hubiera un pleno de investidura —por ahora descartado ante la falta de apoyos de Junts pel Sí—, todos sus diputados se abstendrían. Si dos parlamentarios desobedeciesen y votasen a Artur Mas, el candidato podría lograr el cargo. Ayer el presidente en funciones ni sugirió esta posibilidad, aunque sí lo hizo el diputado de Junts pel Sí Raül Romeva, que señaló que no eran necesarios los 72 diputados que suman las opciones independentistas para tirar adelante con la legislatura.

Esa posibilidad está prácticamente descartada, y todos los actores se preparan para las elecciones en marzo. También Mas, que no quiso especular sobre su papel en esos comicios. Aunque en plenas negociaciones, en una entrevista en la cadena SER, dijo que se presentaría como candidato en caso de repetir los comicios, ayer pidió aparcar la cuestión hasta que domingo se acabe el plazo y deba convocar nuevas elecciones.

"La declaración de ruptura sería diferente”

Artur Mas quiso exhibir en todo momento que Junts pel Sí ha hecho todo lo que ha podido para lograr el acuerdo. Una de las múltiples cesiones ante la CUP que señaló fue la declaración que el Parlament votó el pasado 9 de noviembre y que proclamaba el inicio del proceso de independencia. El presidente en funciones mantuvo que Junts pel Sí hubiera llevado de otra manera ese texto, que tildó de "polémico". "La declaración se hubiera hecho igualmente, pero el lenguaje hubiera sido diferente. Hubiera tenido más sentido si se hubiera hecho después de constituir el Gobierno", dijo.
Mas destacó que Junts pel Sí accedió a la proclamación para que la CUP se sentara a negociar. El líder de Convergència remarcó otras concesiones a los anticapitalistas: la presidencia coral, con tres altos cargos coordinando diferentes áreas de Gobierno; la cuestión de confianza; y el plan de choque social, con 270 millones de presupuesto. Mas aseveró que el Gobierno en funciones pondrá en marcha algunas de las medidas sociales prometidas, aquellas que les permita la prórroga presupuestaria. Las acciones de más calado dependían de unos nuevos Presupuestos, unas cuentas que tendrán que esperar varios meses más para ser aprobadas.

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