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La CUP afronta dividida la asamblea decisiva para investir a Artur Mas

Casi 3.600 militantes votan en Sabadell si aceptan revalidar como presidente a Mas y asumen un plan social de 270 millones de euros

Militantes de la CUP en una asamblea el 29 de noviembre.
Militantes de la CUP en una asamblea el 29 de noviembre.Albert Garcia

La Candidatura d’Unitat Popular (CUP) llega dividida a la asamblea que hoy celebra en Sabadell, en la que decidirá la suerte de Artur Mas. Los 3.577 militantes deberán decidir si aceptan investirle como presidente de la Generalitat y asumen un plan social de 270 millones de euros, en su mayor parte supeditado a la aprobación de los Presupuestos. En los últimos días varias de las fuerzas y sectores que integran la CUP han tomado posición a favor o en contra de la reelección de Mas. El propio partido admite las tensiones internas. “Un 60%-40% es un resultado posible”, reconocía la diputada Eulàlia Reguant. Los diputados de la CUP entienden que la oferta de Junts pel Sí es la última; su rechazo llevaría a la convocatoria de otras elecciones.

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A estas alturas el consenso solo es posible si los militantes de la CUP, que siempre han dicho no, aceptan ahora investir a Artur Mas. La diputada Eulàlia Reguant admitió esta semana en Catalunya Ràdio que si hoy la asamblea rechaza a Mas y JxSí no formula más propuestas, se tendrán que convocar nuevas elecciones. Esta situación ha dividido el partido. Si Endavant o el sindicato COS (dos de los colectivos integrados en la CUP) reiteraban esta semana su rechazo a Mas, cien concejales encuadrados en la corriente Poble Actiu se decantaron por permitir la reelección del actual presidente.

“Esto causa tensión y, evidentemente, cualquier decisión puede generar algunas bajas, pero esperamos que el domingo podamos hacer un relato conjunto y que no haya una fractura de 50%-50% dentro de la organización”, reconocía Reguant a la vez que auguraba un resultado igualmente ajustado. “Un 60-40 puede pasar, evidentemente, pero no creo que esto signifique la fractura del partido”, afirmó.

Este domingo en la asamblea se someterán a votación cuatro opciones. La primera pasa por aceptar la última oferta de JxSí de medidas políticas y sociales y apoyar la investidura. La segunda consiste en rechazar a Mas y seguir negociando un candidato alternativo con JxSí, algo que la coalición de CDC y ERC ya han dado a entender que es inviable. La tercera supone rechazar la propuesta de JxSí pero facilitar la presidencia a Mas, y la última pasa por el no a ambas cosas. A lo largo del día se irán sometiendo a votación todas esas propuestas y se irán descartando las que cuenten con menos apoyos hasta adoptar una posición definitiva.

“Nunca, nunca, nunca”

Antonio Baños (EL PAÍS, 21-9-2015): "Vamos a votar que no [a la investidura de Mas]".

Baños (eldiario.es, 22-9-2015): "No votaremos nunca una investidura de Mas. Y nunca es nunca. Nunca, nunca y nunca. Así que [los votantes de la CUP] pueden estar tranquilos".

Baños (Cadena SER, 23-9-2015): "Nosotros no votaremos a un Gobierno presidido por Artur Mas. No votaremos nunca".

Baños (La Sexta, 29-9-2015). "No votaremos a un Gobierno presidido por Artur Mas". "Nosotros lo que decimos en campaña lo cumplimos. Nuestros lemas son promesas".

Anna Gabriel (Ara, 5-11-2015): "Si Junts pel Sí sigue presentando como candidato a Artur Mas seguiremos votando que no".

Baños (Rac1, 11-11-2015): "Si presentan al mismo candidato, haremos lo mismo que habíamos dicho".

Benet Salellas (29-11-2015): "Continuaremos sentados en la mesa de negociaciones hasta que nos pongan sobre la mesa un plan de choque, un proceso de ruptura y definitivamente una presidencia que no recaiga en la persona de Artur Mas".

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La formación anticapitalista está fragmentada entre quienes priorizan la independencia y aquellos que optan por acabar con el sistema capitalista. En el primer grupo está Poble Lliure, que aceptaría investir a Mas a cambio de un proyecto veraz hacia una República catalana. El segundo bloque está liderado por Endavant, la organización más anticapitalista, que prioriza la “revolución” y se niega rotundamente a apoyar a Mas por las privatizaciones y las investigaciones por corrupción de su partido.

Poble Lliure. Apoya el pacto con JxSí y aceptar a Mas como mal menor para seguir adelante con el proceso independentista. Según un comunicado en el que insta a la CUP a llegar a un acuerdo para desencallar la situación, Poble Lliure considera que “no favorecer la ruptura independentista en el momento actual representa ponerse al lado del Estado español y la oligarquía”. El diputado de la CUP Albert Botran y Joel Jové, miembro del secretariado, se integran en este grupo que se formó en noviembre de 2014. La organización prioriza la construcción de la República sobre la crítica a la gestión de CiU al frente de la Generalitat. Por ello, sus simpatizantes serán de los que opten este domingo por aprobar el acuerdo con la coalición de CDC y ERC e investir a Mas.

Endavant. Es el sector más antisistema y su línea ideológica defiende el “independentismo sin ambigüedades” respecto a España, Francia y la Unión Europea y la construcción de una “alternativa socialista” al sistema capitalista. Este grupo sostiene que dará “apoyo a todas las formas de lucha y voluntad de imprimir combatividad a los movimientos populares”. Durante los más de dos meses que se han dilatado las negociaciones entre JxSí y la CUP, Endavant ha ido publicando manifiestos apelando a la “firmeza” del partido para que no “renunciase” a lo que defendía durante la campaña. La diputada Anna Gabriel es una destacada militante de esta organización, donde también militan Laia Altarriba, del secretariado de la CUP, y la exdiputada Isabel Vallet.

En su último comunicado, Endavant sostiene que el mandato del 20-D pide “cambios sociales" y que la CUP se equivoca si pacta con CDC. “Creemos que la contundencia del resultado valida la opción de ir a unas nuevas elecciones en marzo antes que aceptar la oferta totalmente rebajada y sin presidencia de consenso que ha hecho JxSí. Si hacemos lo contrario, estaremos regalando todo nuestro capital político al proyecto regeneracionista de Podemos y estancaremos el voto explícitamente independentista por debajo del 40%”, reza el texto.

Arran. Es la organización de jóvenes por excelencia, aunque no suscribe todo lo que hace el partido. El colectivo también ha sido crítico con la posibilidad de investir a Mas. Hizo pública su postura antes de que la asamblea de la CUP decidiera el 29 de noviembre en Manresa que no apoyaba al presidente en funciones a través de un documento titulado Hasta nunca, Mas en el que aseguraba que su figura “significa impunidad ante la corrupción y los corruptores, interés del capital y la banca, austeridad y recortes en sanidad y educación”. “Mas no es, ni puede ser, sinónimo de independencia”, zanjaba el comunicado.

SEPC. El Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans tiene representación en universidades e institutos públicos. Su objetivo es alcanzar una “enseñanza pública, popular, catalana, antipatriarcal y de calidad”. En él participa Xavier Monge, un activo miembro del secretariado de la CUP. Tras el 20-D, el sindicato ratificó su posición a favor de la ruptura con España y apuntó que “una presidencia de consenso dispuesta a ampliar la base social del independentismo representa la voluntad del país”. “Como estudiantes somos conscientes de que necesitamos la independencia para poder construir un proyecto esperanzador para las clases populares, para poder trabajar por un sistema educativo que responda a las necesidades e intereses de nuestro pueblo; y es por eso que el SEPC ha trabajado y trabajará por la ruptura democrática con el Estado español”, manifiesta.

COS. La Coordinadora Obrera Sindical es un grupo de sindicatos “de clase” que apuesta por la “soberanía nacional” y el derecho a decidir. “No queremos que aquello que nos afecta más directamente sea decidido, a nuestras espaldas, en París o en Madrid”. Miembros de la CUP como Tomàs Sayes, del secretariado, y Josep Garganté, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, están vinculados a este sindicato.

En Lluita. Esta asociación sigue la línea antisistema de Endavant pero no menciona a la independencia entre sus postulados. Anticapitalistas, abogan por un sistema que ponga “a las personas por delante de los beneficios”.

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