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Absuelto el profesor del Colegio Base de 14 delitos de abuso sexual a niños

La sentencia alude que "no ha quedado acreditado" que hiciera tocamientos o manoseos a los menores

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto al profesor de inglés Michael W.R. del Colegio Base de Madrid, que se enfrentaba a 66 años de prisión por presuntamente abusar sexualmente de 14 niños de cinco años, al afirmar que "no ha quedado acreditado" que hiciera tocamientos o manoseos a los niños.

En la sentencia, la Sección Tercera de la Audiencia absuelve al profesor de todos los cargos y deja sin efecto cuantas medidas cautelares se hayan acordado. También absuelve al Colegio Base de la indemnización como responsable civil subsidiario.

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"No ha quedado acreditado que durante los cursos escolares 2012-2013 y 2013-2014, con anterioridad a la suspensión de su actividad docente, Michael W.R., con el propósito de satisfacer sus apetencias sexuales y durante las horas lectivas, en el interior de las aulas o en alguna otra dependencia del centro escolar, realizase tocamientos o manoseos sobre la zona genital, en el pene o nalgas, por encima o por dentro de la ropa que vestían los menores", afirma el texto judicial.

El acusado, que fue suspendido de sus funciones tras 16 años como profesor en el colegio, impartió clases de inglés en el centro a niños de entre tres y cinco años, correspondientes a los cursos de 1º,2º y 3º de educación infantil.

Sobre los testimonios de los niños, explican que existen casos de "inducción involuntaria" a través de las preguntas que realizaron tanto las peritos de las entrevistas aportadas por las acusaciones, como los padres, que "se habrían realizado de manera directa y sugestiva".

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"Las verbalizaciones aportadas por el menor carecen de consistencia y coherencia", relata la sentencia sobre un menor. E incluye: "Aporta poca información y es escasamente consistente", sobre otro niño. "Contradicción del menor de no ser capaz de explicar el motivo por el que considera que los otros menores también eran tocados por el profesor", añade de un tercero.

De las declaraciones de un cuarto niño, se destaca: "El menor no aporta información que permita inferir la vivencia de una presunta interacción abusiva, se limita de forma rígida y reiterada a decir que le molestaba sin dar contenido a la presunta molestia".

De otro testimonio, el texto subraya que "el relato del menor carece de coherencia describiendo una forma de abuso que resulta completamente inconsistente, y también aparece inconsistente con la información documental y que facilita la madre".

La resolución destaca que los peritos judiciales aportados por las acusaciones '"no se han ajustado a la metodología correcta en las entrevistas" a los niños, "produciéndose un grave sesgo confirmatorio", dado que "han tomado como punto de partida la inducción adulta involuntaria, lo que ha provocado que sus entrevistas encaminadas a confirmar dicha creencia, haciendo preguntas sugerentes e induciendo a las respuestas".

En la conclusión final, la de los peritos, se acentúa que "aunque no se ha podido probar la existencia de unos posibles abusos sexuales a los menores, tampoco podemos descartarlos", lo que revela, a juicio de los magistrados, "su nula utilidad para las tesis acusatorias".

En cuanto a los testimonios de los padres, explican que salvo un caso, ninguno es testigo "por haberse encontrado de manera accidental o no buscada por él con el relato del menor y sí por haber indagado en el menor, desde la posición de autoridad que confiere la condición de padre o madre'. Una indagación que califican de 'insistente o persistente".

Un padre, en su declaración, dijo que preguntó a su hijo sobre los supuestos abusos, recibiendo una respuesta negativa. "A él solo lo sentaba en las rodillas". El progenitor cuenta que formuló la denuncia junto a otros padres y que el 31 de octubre, el menor le cuenta que el profesor de inglés, además de sentarle en las rodillas, le metía la mano "por detrás y por delante".

En la vista oral, el profesor negó ante el juez que realizara tocamientos a los menores: "Me quedé completamente en blanco cuando la directora del colegio me contó de qué se me acusaba", declaró.

Su testimonio chocó con la versión de los padres que aseguraron que los tocamientos y cosquillas se producían siempre con niños, a quienes el profesor sentaba sobre sus rodillas. Los compañeros del acusado en el centro manifestaron que "nunca vieron nada raro", y definieron al acusado como un profesor "muy bien valorado por todos", al que no creían capaz de haber cometido los abusos.

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