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La Fiscalía pide explicaciones por el mal olor que inundó Barcelona

Territori i Sostenibilitat no halla la causa tras investigar 300 actividades y 140 gestores de residuos

Barcelona huele a estiércol este miércoles.
Barcelona huele a estiércol este miércoles.Massimiliano Minocri

La Generalitat de Catalunya aún desconoce el origen y la causa del mal olor que durante los pasados miércoles y jueves alarmó a los ciudadanos de Barcelona y su área metropolitana, pese a que ha investigado unas 300 actividades industriales susceptibles de provocar hedor y 140 gestores de residuos. La única conclusión a la que han llegado los técnicos de Medio Ambiente del Departamento de Territorio y Sostenibilidad es que el origen debió estar en alguna zona del Baix Llobregat, porque el viento soplaba del sur, y que el episodio de pestilencia no se ha vuelto a repetir.

La consejería remitirá toda esta información al fiscal especial de delitos contra el Medio Ambiente de Barcelona, Antonio Pelegrín, que ha solicitado a la administración catalana información sobre "el importante episodio de contaminación atmosférica" que durante el miércoles y jueves de la semana pasada afectó a buena parte del área metropolitana. Fuentes de Territorio y Sostenibilidad explican que lo primero que se descartó es que la pestilencia tuviera efectos sobre la salud, y después se inspeccionaron todas las actividades industriales registradas que fueran susceptibles de generar un hedor parecido sin que se hallara la causa. También se investigaron 140 gestores de residuos sin éxito en el hallazgo del origen de la peste.

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El Departamento ha defendido que esos días se llevaron a cabo labores de abono en campos agrícolas del Parque Agrario del Baix Llobregat, aunque el departamento de Agricultura descartó que ese fuera el origen del fuerte hedor que respiraron los ciudadanos metropolitanos.

Las mismas fuentes han explicado que todas las actividades que potencialmente pueden producir malos olores o generar contaminantes a la atmósfera han de contar con una autorización, e incluso en la chimeneas de las industrias con más potencial hay instalados sensores que miden en tiempo real las emisiones de contaminantes. Ninguno de ellos se disparó aquellos días, aunque hay otras actividades con más moderada o baja probabilidad que no cuentan con este sistema automático de medición en tiempo real. Tampoco se detectó "ninguna incidencia" en el sistema de saneamiento de las ciudades afectadas, que también fue revisado, por lo que el origen de la pestilencia sigue siendo un misterio.

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