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Los médicos del Clínic deben pedir los permisos para trabajar en Barnaclínic

Una inspección concluyó que ningún sanitario tenía la autorización de Salud para compatibilizar su actividad en los dos centros

Jessica Mouzo
Pancarta a las puertas del hospital Clínic en contra del consorcio sanitario
Pancarta a las puertas del hospital Clínic en contra del consorcio sanitario Massimiliano Minocri

El hospital Clínic de Barcelona ha apremiado a sus sanitarios a que soliciten la autorización de compatibilidad que exige el Departamento de Salud para poder simultanear su trabajo en el centro público con su actividad en Barnaclínic (brazo privado del hospital barcelonés). El requerimiento del hospital llega casi cuatro meses después de que una inspección de Salud descubriese que ninguno de los profesionales del Clínic que ejercen también en Barnaclínic tenía la autorización de compatibilidad que exige la ley. En 2013, 561 sanitarios del hospital público atendieron también pacientes en su satélite privado.

En la misiva enviada a los trabajadores, la dirección de Recursos Humanos recuerda que, si los empleados desarrollan “alguna segunda actividad, ya sea pública o privada, por cuenta propia o ajena, es necesario pedir la autorización correspondiente” a Salud. En concreto, para ejercer en centros privados como Barnaclínic, la Secretaria General del Departamento, impone algunos criterios como que la suma de la jornada pública y la privada no puede superar el 150% de las horas de la jornada principal (56 horas).

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El hospital señala además que “el personal médico que desee solicitar una segunda actividad en Barnaclínic, además de la documentación indicada, tendrá que presentar su renuncia a la percepción del plus de dedicación” que prevé el convenio colectivo. Esta bonificación oscila entre los 2.830 y los 10.800 euros al año según la categoría profesional del especialista. “Ese mensaje es simplemente un recordatorio que hacemos a los trabajadores. Pero ya hace tiempo que estamos recogiendo estas autorizaciones”, justificó ayer un portavoz del Clínic, que desvinculó la carta con la Inspección del pasado verano.

La investigación de Salud, iniciada a instancias del Parlament para destapar posibles derivaciones de pacientes del centro público al privado, concluyó que no hubo ningún desvío irregular de enfermos y los pacientes públicos del Clínic tampoco sufrieron ninguna restricción en favor de la actividad privada de Barnaclínic. A pesar de compartir profesionales, equipamientos y espacio físico, Salud consideró que la puerta de entrada a cada uno de los centros estaba “bien diferenciada”.

Con todo, la Inspección sí constató que entre octubre de 2014 y febrero de 2015, Barnaclínic asistió a 18 pacientes que ya habían sido atendidos en el Clínic por la misma patología. Todos, aseguró Salud, tenían “el consentimiento libre, voluntario e informado de atención sanitaria privada”. La Inspección también detectó que dos intervenciones quirúrgicas de Barnaclínic se hicieron “en horario inadecuado”, esto es, durante la jornada de actividad pública.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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