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Una imagen imposible

Las fotografías de Salvador Dalí adquiridas por la Fundación de Figueres no pueden ser de 1961 como se asegura

José Ángel Montañés
Salvador Dalí en el taller de su casa de Port Lligat.
Salvador Dalí en el taller de su casa de Port Lligat.© Jan Adam Stevens

Durante décadas, Salvador Dalí y su esposa Gala, repetían el mismo ritual: Tras permanecer el invierno en Estados Unidos, volvían en primavera a su mundo de Port Lligat; el lugar donde, sin duda, el genial artista encontraba la paz para pintar sus obras. En el estudio situado en el primer piso de la casa de esta recóndita y solitaria cala, un lugar austero e íntimo, rodeado de naturaleza y de mar que se colaba por la ventana, y orientado al norte para obtener la mejor luz, lo fotografió el holandés Jan Adam Stevens. Pero la imagen no es de 1961, como han asegurado desde la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueres, sino, al menos, de un año antes, de 1960.

El pintor parece descansar durante el proceso de creación de una de sus obras, Retrato de Juan de Pareja, el ayudante de Velázquez, que quedó inmortalizada sin algunos de los elementos que tuvo cuando Dalí la dio por terminada, como la puerta del fondo sacada de Las Meninas por la que se asoma el aposentador José Nieto. El pintor, mira a la cámara de forma relajada sentado frente a la obra inconclusa y pincel en mano, antes de terminarla en el verano de 1960, ya que se expuso por primera vez, según el Catálogo Razonado de la propia Fundación, a partir del 4 de diciembre de ese mismo año en la Carstairs Gallery de Nueva York (donde Dalí ya había expuesto, al menos, en 1950, 1952, 1954 y 1958) y que estuvo abierta hasta enero de 1961. En esta muestra también pudieron verse otras obras como Gala desnuda de espaldas, Cielo hiperxiológico o Nacimiento de una divinidad. En la imagen aparece el pintor rodeado de fotografías de muchos de los elementos que le inspiraron: casi todos de la Antigüedad Clásica, como Las Parcas que esculpió Fidias para el Partenón de la Acrópolis, las Tres Gracias, esquematizadas en una imagen, o la cabeza de Hermes con el niño Dionisio, una escultura de Praxiteles, que se encuentra en el santuario de Olimpia, y que ha pervivido como uno de los cánones de la Antigüedad.

Además, en el extremo derecho, puede verse una de las lanzas de Descubrimiento de América por Cristóbal Colón, un enorme cuadro (de 4,10 por 3,10 metros) pintado entre 1958 y 1959, encargado por el americano A. Reynolds Morse, y que se conserva en The Salvador Dalí Museum de Sant Petersburg, Florida.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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