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Jugando con las cosas de comer

La compañía canadiense Les 7 doigts de la main trae al Price un espectáculo basado en la comida

Sergio C. Fanjul

A estas gentes del circo no deben haberles enseñado de niños que con las cosas de comer no se juega porque lo que traen al Teatro Circo Price es puro juego, danza y descaro alrededor de la comida y sus alrededores. Se trata del espectáculo Cuisine & confessions, y como su propio nombre indica trata sobre la cocina (de hecho transcurre en una colorida cocina llena de prodigios) y de las confesiones: las de los diferentes miembros de la compañía canadiense, aunque de elenco internacional, Les 7 doigts de la main.

“Todos guardamos algo en nuestra historia relacionado con la comida, algo que nos ha marcado, o algún recuerdo importante. Yo por ejemplo recuerdo todos los domingos comiendo en casa de mi abuela”, explica el malabarista Pablo Pramparo, uno de los miembros argentinos de la compañía junto con Matías Plaul, que también sacan a relucir en escena su pasado familiar de compromiso político en plena dictadura argentina. Y es que la comida, como ya supo Marcel Proust al comer una magdalena, puede ser muy evocadora.

Como suele ocurrir en el llamado circo contemporáneo, este espectáculo mezcla las tradicionales disciplinas circenses, acrobacia, malabares, aros chinos, cama elástica, tela aérea, banquina o mástil chino, con elementos tomados de la danza y el teatro, en este caso con gran ritmo y elegancia, como es marca de la compañía que ya hemos visto alguna vez en el Price con otros de sus espectáculos como Traces, Psy, La Vie, Patinoire o Sequence 8.

Además, en este show que pretende llegar a todos los sentidos, los artistas tienen tiempo para liberar sus manos el tiempo suficiente como para cocinar algunos pequeños manjares y compartirlos con el público, que participa activamente en el espectáculo. Por ejemplo, una tortilla francesa, o un delicioso bizcocho de plátano y chocolate, del que facilitan la receta. En este caso, lo pueden intentar en casa, no hay peligro más que el de engordar.

Les 7 doigts del main, Los 7 dedos de la mano en castellano, es una compañía radicada en Montreal y fundada, precisamente, por siete artistas circenses. “Este espectáculo sale de dos de ellos, Sébastien Soldevila y Shana Carroll: el primero es muy buen cocinero y la segunda tuvo una abuela que escribió un libro de recetas”, cuenta el malabarista. Su meta es integrar las diferentes formas de arte para “proponer una nueva perspectiva de lo cotidiano poniendo en escena el lado extraordinario que se esconde en los pliegues de la realidad”, según informa la compañía.

Canadá, y concretamente Quebec, es un lugar donde se vive un renacimiento del circo, gracias a iniciativas como la Escuela de Circo de Montreal, desde 1981, o la célebre compañía Cirque du Soleil, desde 1984, que buscaban, ambas, una mayor fuerza teatral sin incluir números con animales. Es en este caldo de cultivo donde surgen compañías medianas como la que nos ocupa o Cirque Eloize, que también ha pasado por Madrid.

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¿Tienen los artistas de circo que controlar su alimentación? “Supongo que para estar en forma hay que cuidar la alimentación, pero muchas veces, estando en gira, no podemos ser muy rigurosos”, dice Pramparo, “pero bueno: hay quien dice que mientras uno sea feliz comiendo lo que come, seguro que es bueno para el cuerpo”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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