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Iglesias ofrece un referéndum catalán en el que pediría el ‘no’

El secretario general de Podemos llama a emular la consulta celebrada en Escocia

Vídeo: Luis Sevillano

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, solemnizó ayer su oferta a los catalanes. Un día después de lograr un resultado decepcionante el 27-S —11 escaños cuando hace meses las encuestas les situaban como primera fuerza— se comprometió con la celebración de un referéndum vinculante en Cataluña y dejó claro que su partido haría campaña por el no. Las declaraciones de Iglesias, en una comparecencia en la sede central de la formación en Madrid, son su pronunciamiento más nítido en política territorial tras una campaña en la que la candidatura Catalunya Sí que es Pot —integrada por Podemos, Iniciativa, Esquerra Unida y Equo— ha hecho equilibrios con la independencia desmarcándose de la confrontación entre partidarios del y del no.

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Iglesias reiteró que defenderá una consulta vinculante y que pedirá el voto para que Cataluña siga en España pero sin aclarar a través de qué fórmula. “Si ganamos las generales, referéndum”, zanjó. “Nosotros queremos construir un proyecto de España en la que quepa Cataluña, porque España es una realidad plurinacional”, insistió. Su mensaje es el mismo que deslizó en campaña junto a Íñigo Errejón o el cabeza de lista Lluís Rabell.

“Ningún miedo”

No obstante, con su insistencia intenta abonar el terreno para las generales en el que el voto de Cataluña será clave. “No tenemos ningún miedo a un referéndum. En Gran Bretaña hubo una demostración de salud y altura democrática. Quiero que la democracia española se pueda mirar a los ojos con la democracia británica sin tener ninguna vergüenza”, dijo Iglesias. Además, está convencido de que si llega a La Moncloa los catalanes no querrán irse.

A pesar del fracaso el 27-S, la dirección de Podemos confía también en que en diciembre los catalanes voten más en clave de regeneración democrática y de defensa de los derechos sociales. De ahí que Iglesias aseguró que no se plantea revisar la alianza. Los ecosocialistas comparten ese análisis pese a que los resultados rozan la catástrofe para Iniciativa: en 2012 logró en solitario 13 escaños, dos más que los de ahora. El diputado Joan Coscubiela, número tres de la lista, se remitió al preacuerdo firmado en verano y subrayó la inequívoca decisión de ICV de cumplirlo: “No cambia nada”.

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Rabell, que ayer admitió que desde que se conocieron los resultados no había mantenido ninguna conversación telefónica con Iglesias y que solo se habían cruzado mensajes, atribuyó el resultado a que la coalición no ha tenido el “músculo” suficiente como para cambiar el marco conceptual del plebiscito. “Aunque lo hubiéramos hecho muy bien, no lo habríamos logrado”, dijo señalando que su objetivo es “reconstruir” el consenso sobre el derecho a decidir. Y avisó del peligro de fractura que puede suponer que Ciutadans, como primer partido de la oposición, entregue la bandera identitaria a las clases populares para confrontarse con Junts pel Sí.

Rabell reconoció que el nombre de la candidatura les perjudicó al ser poco conocida. “Nos ha complicado la vida. Y también ha influido que yo no sea popular”, admitió el candidato, que señaló que no se había planteado dimitir y que su función es temporal para enlazar dos culturas políticas distintas. Sectores críticos de Podemos lamentaron el nombre. Juan Carlos Monedero señaló: “La gente no entiende de sopa de letras”.

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