Aulas en pie de guerra

La escuela catalana no lo ha tenido fácil en los últimos años. La educación ha sido uno de los sectores más afectados por las políticas de austeridad de la Generalitat, que se han reflejado en la reducción del número de docentes y de mecanismos de apoyo en los colegios e institutos. Los recortes presupuestarios del Gobierno catalán y del Ministerio de Educación van acompañados de un aumento de estudiantes en el sistema, ahora en su máximo histórico. A ello se suma el impacto de la crisis: los centros ya no son solo lugares para aprender; también son la trinchera en la que se lucha contra la pobreza infantil.

El presupuesto del Departamento de Enseñanza ha caído un 14% entre el curso 2011-2012 (cuando era 4.843 millones de euros) y el que terminó el pasado verano. Para el que ha iniciado esta semana, la Generalitat ha puesto más de 285 millones adiciones, aunque la mayor parte del dinero va destinado a saldar la paga extra pendiente de los funcionarios.

La mayor reducción, sin embargo, corresponde a las transferencias del ministerio. De los 95.668 millones de euros de hace cuatro cursos solo quedan 1.468 millones, 65 veces menos. “En Cataluña, la inversión en educación es del 3,6% del PIB y la media de la UE es 5,2%”, recuerdan desde el Marco Unitario de la Comunidad Educativa, MUCE.

Esta disminución es inversamente proporcional al incremento de estudiantes. Para el actual curso, según los datos de la Generalitat, se espera la vuelta a las aulas de 1,5 millones de alumnos, contando los cursos destinados a adultos y los grados de formación. Si solo se mide la población que asiste a la enseñanza obligatoria (segundo ciclo de infantil hasta ESO) la cantidad total es de 1.015.441 estudiantes. Un 2% más de menores en las aulas.

A pesar de esos casi 19.000 alumnos adicionales, los colegios e institutos públicos catalanes los atienden 1.477 profesores menos que los que tenía el sistema en 2011. Para el curso 2014-2015, la Generalitat ha contratado 800 profesores más, acabando con años de disminuciones. En el curso 2013-2014 se llegó incluso a tener casi 3.100 docentes menos que dos años atrás.

Enseñanza ha intentado dar soluciones pedagógicas a esa falta de recursos. Se ha ahorrado dinero en la nómina de profesores a expensas de incrementar la dedicación horaria de los que quedan. También se ha reducido en 181 horas la jornada lectiva de casi todas las escuelas públicas, la llamada sexta hora, menos las que están ubicadas en zonas con problemas socioeconómicos. También se produjo un aumento de ratios que se ha ido moderando. Uno de los grandes esfuerzos económicos de la Generalitat ha sido el aumento de las becas comedor. El curso pasado se otorgaron casi 80.000 ayudas, que este año llegarán también a la ESO.

La consejería que lidera Irene Rigau ha logrado reducir el abandono prematuro de los estudios en más de cuatro puntos. Según el Idescat, el año pasado fue de 26,7%. Esto corresponde a los jóvenes de 18 a 24 años que dejaron sus estudios tras completar la ESO o antes de graduarse. Se trata de una magnitud muy alejada del objetivo europeo del 10%.

Las auditorías a los colegios con mayor abandono escolar y la apuesta por la Formación Profesional, una línea de formación por la que la Generalitat ha apostado con fuerza, explican la mejora en el número de jóvenes que dejan el sistema educativo.

La comunidad educativa no se ha quedado impasiva frente a los recortes. La llamada marea amarilla en favor de la escuela pública no ha dudado en salir a la calle para defender la escuela catalana. Junto con la Generalitat encontraron en el exministro de Educación José Ignacio Wert y su polémica reforma educativa un enemigo en común. La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) choca con aspectos del modelo catalán.

Rigau en un primer momento se enfrentó a Wert, pero después la comunidad educativa acusó a la consejera de obedecer la reforma. Enseñanza dice que hace los cambios administrativos mínimos para hacer válidos los títulos. Ambos han hecho piña a la hora de defender la inmersión lingüística, pero se han enfrentado sobre el millonario concierto a escuelas que separan por sexo.