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Los ricos no van a McDonald’s

Una urbanización de lujo de Pozuelo en pie de guerra por la construcción de un restaurante

Beatriz Guillén
Las obras de construcción del McDonald's enfrente de la urbanización de alta gama Somosaguas Centro.
Las obras de construcción del McDonald's enfrente de la urbanización de alta gama Somosaguas Centro.JAIME VILLANUEVA

La carretera que viene del modesto Carabanchel atraviesa en Somosaguas (Pozuelo) la zona con mayor renta per cápita de Madrid: a un lado, La Finca, el recinto más seguro de España en el que viven figuras como Cristiano Ronaldo; al otro, Somosaguas Norte, donde residía el fallecido banquero Emilio Botín. Y en medio, un McDonald's.

La construcción de este restaurante de comida rápida en un terreno enfrente de la urbanización Somosaguas Centro ha puesto en pie de guerra a los propietarios de estos chalets de lujo de Pozuelo de Alarcón. Con seguridad privada para proteger el recinto, los vecinos se han escandalizado ante la colocación del gigante americano a las puertas de sus viviendas. Los propietarios de Sociedad Invertradis, SL, la empresa que ha comprado el terreno, han denunciado “el acoso brutal” que sufren desde que hace dos meses empezaran las obras de este restaurante y de la policlínica a la que va adjunto.

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Uno de los tres hermanos dueños de esta empresa, Martín Gómez, cuenta que durante todo el verano “han tenido que aguantar” manifestaciones y pintadas. “Estamos empezando a tener miedo, hemos recibido hasta llamadas a las cinco de la mañana en nuestras casas”, relata este abogado. El presidente de la Asociación de Vecinos de Somosaguas Centro, Gonzalo Guitián, niega rotundamente esto último: “Nosotros no nos tenemos que meter con Invertradis y no lo hemos hecho, sino contra el McDonald's”.

Las viviendas de la calle de La Proa van a compartir calzada con el restaurante. Las pancartas gigantes en sus ventanas claman la respuesta: “¡McDonald's NO!”. Más vecinos de esta urbanización se han convertido en activistas y han colgado carteles similares de sus balcones. “Es un grave perjuicio para nosotros. Hasta aquí no se puede acceder andando y para hacer rentable un McDonald's van a tener que venir más de 1.000 coches al día, sobre todo los fines de semana y por la noche”, calcula Guitián.

Pancartas gigantes colgadas
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Los horarios de apertura, la afluencia del público y la pérdida de calidad de vida son las principales críticas de estos vecinos. “Es la seguridad, el ruido, la suciedad... Todo se va a ver afectado”, explica el presidente de los residentes, que estima que hay otros emplazamientos más adecuados para colocar este tipo de restaurantes como el centro comercial Zoco (a unos 200 metros de esta urbanización).

Gómez sostiene que reciben constantes mensajes por Twitter desde las cuentas de los que se oponen al local. “Somos gente del pueblo, de toda la vida”, dicen los empresarios, “y nunca me imaginé que fuera a mí al que tacharan de corrupto”, confiesa el promotor.

El presidente de la asociación contesta que las publicaciones de esa cuenta en la red social tienen por objetivo ilustrar la situación que están viviendo y “luchar por lo que consideran justo”.

La licencia para construir sobre este terreno situado entre las calles de Sotavento y de La Roa es un punto clave en el conflicto: los vecinos recuerdan que se trata de una parcela de uso público y social en la que solo puede edificarse un restaurante si es auxiliar y en proporción inferior a la construcción principal —en este caso, un centro sanitario que sí cumple el fin social—.

“Fraude de ley”

Con este criterio, los vecinos presentaron en julio un recurso de reposición ante el Ayuntamiento, ya que estimaban que la actividad de este McDonald's “supera en mucho” a la de la policlínica y, además, “en nada ayuda a la prestación de los servicios médicos”. “Se trata de un fraude de ley”, argumenta el presidente de vecinos.

Según Gómez, el restaurante ocupará 400 de los 900 metros cuadrados disponibles, lo que es una proporción inferior a la legal. El propietario también ha detallado que no abrirá 24 horas todos los días del año —como otros establecimientos de McDonald's— porque, según el estudio que ha realizado la cadena, en esa zona de Somosaguas no hay clientela para esos horarios.

En este conflicto, el portavoz del grupo municipal de Ciudadanos Pozuelo, Miguel Ángel Berzal, apoya la causa de los vecinos y va a plantear en el pleno del día 17 una pregunta sobre el caso. “Creemos que en esta concesión de licencias, la norma ha sido esquivada”, dice.

Hasta conocer la respuesta del Ayuntamiento, la guerra contra el gigante de las hamburguesas sigue en marcha en Pozuelo.

La licencia municipal del establecimiento, en el aire

El Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón otorgó la licencia de estos terrenos a Invertradis el 22 de mayo de 2015. Después de los respectivos informes técnicos, consideraron que se cumplían las condiciones legales para la construcción del restaurante adjunto a la policlínica.

Sin embargo, después del verano de protestas de los vecinos, el Consistorio confirma estar estudiando el caso de nuevo. La concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Pozuelo, Paloma Tejero, asegura que la licencia no es definitiva y que se está revisando. “En este momento, los técnicos están valorando distintos supuestos relacionados con el funcionamiento de la actividad que nos preocupan y no descartamos la posible modificación o suspensión de la licencia”, explica.

“El Ayuntamiento ha escuchado desde el primer momento a ambas partes y no otorgaremos una licencia definitiva si existe la más mínima duda acerca del uso complementario que, en todo caso, tendría que respetar McDonald's y que en este momento está en cuestión”, insiste Tejero.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Redactora de EL PAÍS en México. Trabaja en la mesa digital y suele cubrir temas sociales. Antes estaba en la sección de Materia, especializada en temas de Tecnología. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS. Vive en Ciudad de México.

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