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Varios vecinos del edificio desplomado rechazan los pisos del Ayuntamiento

Siete familias vieron el miércoles las primeras viviendas que le ofrece el Consistorio

Diego Fonseca Rodríguez
Lola Moreno y José Muñoz, un matrimonio afectado por el desplome.
Lola Moreno y José Muñoz, un matrimonio afectado por el desplome.A. GARCÍA

Su hijo sufría déficit de atención e hiperactividad, pero Lola Moreno y su marido lo cambiaron de colegio. En una escuela muy cerca de donde estaba su casa, el crío, de 10 años, comenzó a mejorar. Poco a poco sus notas subieron, pero el edificio en el que vivían, en el número 5 de la calle de Duquesa de Tamames, en el barrio de Carabanchel, se desplomó en la mañana del lunes 3 de agosto. La familia, hospedada en el hotel Ribera del Manzanares desde entonces, recibió el miércoles una propuesta del Ayuntamiento para realojarse en un piso con seis meses de alquiler pagados por el Consistorio. Moreno, que tiene 48 años, y su marido no llegaron ni a visitarlo: ellos vivían en Carabanchel Alto y no se pueden permitir una vivienda en la calle de Cristóbal Aguilar (Carabanchel Bajo). "Si quisiéramos que mi hijo siguiera en el mismo colegio, tendríamos que pagar varios bonos transporte y ahora mismo no somos capaces. Con los problemas que ha tenido mi niño no le puedo cortar así la vida", dice Moreno, que trabaja como auxiliar en una residencia de ancianos y cobra 940 euros mensuales.

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A la familia llega más dinero, los 400 euros que el marido cobra de paro. Su gasto principal es la hipoteca, que supone 540 euros al mes hasta que lleguen a los 162.000 que todavía deben devolver a Bankia. "La solución que nos da el Ayuntamiento no nos llega si tenemos que hacer frente a la hipoteca y a un nuevo alquiler de 500 euros en seis meses", cuenta Moreno. "Si en medio año no nos solucionan la situación, tendremos que ir a Decathlon, comprar una tienda de campaña y vivir en el terreno del edificio desmoronado, que al menos eso sí es nuestro", se queja Moreno.

Ella y su marido tienen que buscar un piso en Carabanchel Alto si se quieren quedar en la zona: deben encargarse de llamar a propietarios, de bucear en Internet y de patear las calles. "En el Consistorio nos han dicho que si queremos quedarnos aquí tenemos que encontrar una vivienda, porque dicen que ellos no tienen ninguna", apunta Moreno.

El portavoz de la plataforma de damnificados del edificio desplomado, José Julio Ruiz, calculaba el miércoles que siete familias visitaron posibles viviendas con personal del Ayuntamiento, aunque este último no supo dar a este periódico una cifra.

El piso en Vicálvaro que el miércoles visitó R. G., de 39 años, tampoco la convenció. Además del marido y sus cuatro hijos, con ella viven su madre y un hermano. El piso era nuevo, pero algunas habitaciones demasiado pequeñas, y este jueves le dirá al Ayuntamiento que esa vivienda no le sirve, que quiere algo un poco mejor: “Cuando vi el piso me cabreé. Yo no quiero un palacio, solo una casa decente. En algunos cuartos solo cabía una cama de 90 centímetros y tengo dos hijos mayores que necesitan un espacio para estudiar".

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Preparados para ir a recoger sus enseres

El Ayuntamiento trasladó a los vecinos que en una semana los llamarán para ir a recoger los enseres que se pudieron salvar de entre los escombros del edificio desplomado en Carabanchel.

El 17 de agosto el Consistorio trasladará a los vecinos los motivos por los que el edificio número 5 de la calle de Duquesa de Tamames se vino abajo.

El próximo mes una persona del Ayuntamiento ayudará a los vecinos que tienen hipoteca a negociar con los bancos, según trasladaron el miércoles varios afectados a este diario.

Para R. G. el desplome fue una desgracia doble: además de perder el piso, no sabe si también se va a quedar sin firmar la dación en pago que había acordado con Bankia. “Tenemos una deuda de 80.000 euros, y supuestamente la íbamos a saldar al darle el piso al banco la semana pasada, pero no sé qué pasará ahora”, cuenta.

La oferta de pisos del Ayuntamiento va llegando poco a poco, y no todas las familias la han recibido ya. Ana Águeda, su marido y sus dos niños, vecinos del edificio desplomado, continuaban el miércoles en el hotel sin noticias del Consistorio. En su misma situación estaba un matrimonio de octogenarios que se aloja en la casa de una de sus hijas. Tampoco Ruiz, el portavoz, mantuvo contacto con el personal del Ayuntamiento que está llevando el realojo de los vecinos. "Espero que los seis meses de alquiler sean una solución parcial, porque no sabemos lo que pasará después", cuenta Ruiz.

Una semana y medio después del desplome, muchos vecinos continúan en el hotel. Lo peor, dice Moreno, es la incertidumbre por la que están pasando: "El SAMUR nos está ayudando mucho, y en el hotel hemos hecho una piña impresionante, pero eso no nos soluciona la vida".

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Sobre la firma

Diego Fonseca Rodríguez
Es redactor en la sección de Última Hora de EL PAÍS. Antes trabajó en Efe, Cadena SER, ABC y Faro de Vigo. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo EL PAÍS. En 2021 obtuvo el Premio Lilí Álvarez de Periodismo.

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