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PRIMARIAS DEL PSM

“Las familias existen solo para repartirse el poder”

El diputado regional Juan Segovia defiende la eliminación de avales, niega ser el candidato de Tomás Gómez y se compromete a aumentar la participación de los militantes

José Marcos
Juan Segovia, durante la entrevista.
Juan Segovia, durante la entrevista.ALEJANDRO RUESGA

Juan Segovia (Madrid, 1982), diputado regional del PSM y candidato a la secretaría general de la federación socialista madrileña, defiende la eliminación de avales para participar en las primarias. Para acabar con la fama de avispero del PSM, se compromete a aumentar la participación de los militantes frente al tradicional reparto de poder interno entre las distintas familias del partido.

“No soy el candidato de Tomás Gómez. Quien traslada esa imagen, se equivoca”

Pregunta. ¿Es usted el candidato de Tomás Gómez?

Respuesta. No soy el candidato de Tomás Gómez. Casi 3.000 compañeros y compañeras me han avalado y creo que entre ellos no está.

P. ¿A quién votó en el último congreso en que se eligió al secretario general del PSM?

R. A Tomás Gómez. Igual que Sara Hernández. Los dos le votamos y nos incorporamos a su Ejecutiva regional. No sé si alguien pretende trasladar que soy el candidato del anterior secretario general del PSM. Si es así se equivoca. Represento un proyecto absolutamente autónomo, mirando al futuro y con ganas de cambiar profundamente mi partido: sin familias, sin miradas al pasado y con profundas ganas de modernizar al PSM. Eso es lo que soy y represento.

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P. ¿Sin familias?

R. Sí, porque al final las familias se dedican solo al reparto del poder. A mí no me importa que haya una corriente interna en el partido que quiera discutir de lo ideológico, como Izquierda Socialista. No me importa que haya corrientes que aviven el debate. ¡En la izquierda debe haber debate! En los partidos de izquierdas no debe haber miedo a la discrepancia ideológica. Yo no quiero ser como el PP, pero en la izquierda, uniforme, prietas las filas. No. A mí me gusta que haya debate y que haya distintas sensibilidades dentro de la izquierda que representa un partido amplio como el PSOE. Pero eso es una cosa y la articulación en torno a grupos de poder, cuya única razón de ser es el reparto de ese poder, me parece que es absolutamente perjudicial para el partido. Además, ese tipo de familias, que existen solo para repartirse el poder, viven en las tinieblas de las organizaciones poco democráticas. Cuando de verdad las cosas se democratizan, las sectas internas para repartirse el poder desaparecen. Vuelan por los aires. Dejan de tener sentido. La democratización del PSM vendrá justo de la mano del final de las familias, será una consecuencia inevitable.

P. ¿Comparte la forma en que Pedro Sánchez destituyó a Tomás Gómez y su sustitución por una gestora?

R. No, me parece que las cosas deberían haberse hecho de otra manera. Si efectivamente se pensaba que Tomás Gómez no era un buen candidato, que no estaba en disposición de obtener un buen resultado electoral, se tendrían que haber usado los cauces democráticos. Dicho esto, yo no formé parte de la gestora, como Hernández.

P. ¿Qué le ha parecido la gestión de la federación socialista madrileña los últimos ocho años?

R. Como cualquier obra humana ha tenido sus luces y sus sombras. Quiero quedarme con lo mejor del pasado reciente y lejano. No soy partidario de hacer grandes revisionismos. No quiero venir a enmendarle la plana a nadie, a ajustar las cuentas con los anteriores. Cada uno hizo lo que pudo y optó por el camino que consideró más adecuado. No voy a buscar culpables porque lo que me importa es encontrar soluciones. Me parece que todo el mundo ha intentado poner lo mejor de su parte para intentar cambiar las cosas, con mayor o menor acierto. Los retos que me importan son los del futuro.

“Queríamos que la secretaría general saliera de las urnas, no de un despacho”

P. Por primera vez, el PSM elegirá a su secretario general por primarias.

R. Ya las habíamos puesto en marcha para la elección de candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Precisamente, el hecho de que esta sea la primera vez en que vamos a elegir de manera directa a nuestro próximo secretario o secretaria general hacía más importante que las primarias no se frustraran por la incomparecencia de nadie que fuera a dar la batalla democrática. Ese fue el primero de los motivos que nos llevó a dar el paso y presentarnos. Queríamos que la próxima secretaría general y la próxima ejecutiva salieran de las urnas, y no de un despacho.

P. Aunque nadie lo haya expresado formalmente, Sara Hernández es la favorita de la dirección nacional. ¿La considera la candidata del aparato?

R. Eso de que nadie lo ha expresado formalmente no es así, ella misma lo ha expresado. Durante los primeros días de este proceso, no tuvo demasiados reparos en decir que en parte se presentaba respondiendo a una petición de la Ejecutiva federal. En cualquier caso, es absolutamente legítimo.

P. ¿Siente esa predilección hacia Hernández por parte de Ferraz?

R. Hombre, desde luego por quien no la he notado es por mí. No he tenido ninguna comunicación de la Ejecutiva federal pidiéndome que me presente. Por tanto, entiendo que la apuesta es la otra candidata. Lo cual, insisto, no es bueno ni malo, me parece legítimo que tengan sus prioridades. Aquí quienes van a decidir son los 15.000 militantes del PSM.

P. ¿Y usted de quién es el candidato? Felipe González le ha avalado y José Luis Rodríguez Zapatero le ha apoyado en público.

R. Soy el candidato de todos los militantes, para mí todos los que me han avalado son ilustres. Sé que no les ha resultado fácil. La mayoría de ellos son anónimos, y me honro y enorgullezco de su apoyo.

P. Si resulta elegido secretario general, hay quien piensa que podría producirse una bicefalia incómoda en la Asamblea de Madrid, donde Ángel Gabilondo es el portavoz.

R. No habría ninguna bicefalia, y mucho menos incómoda. Cualquiera que nos conozca a Gabilondo y a mí sabe que estamos mucho más por el diálogo que por ningún tipo de choque. Admiro profundamente a Gabilondo, es nuestro portavoz y su papel no está en juego. Si aspiro a ser el secretario general del PSM es, entre otras razones, para facilitar su labor y poner al Partido Socialista de Madrid a su disposición.

P. La participación preocupa a ambas candidaturas. ¿Este congreso extraordinario llega en un buen momento?

R. No, claramente no, y así lo dijimos desde el principio. Una dirección, siempre que piensa en una fecha para un congreso, debe habilitar el momento en que más fácil sea la llamada a la participación. En este caso no fue así. A todas luces parece evidente que un 26 de julio es más bien una de las peores fechas posibles, en mitad de un verano. Nosotros planteamos mover las fechas, a septiembre, esperamos a la vuelta de las vacaciones. No fue posible. Estas son las reglas, las aceptamos aun criticándolas.

P. La otra candidatura era partidaria de ampliar el plazo de las votaciones.

R. La votación es un día, el 26 de julio, e insisto en que la fecha no la hemos elegido nosotros. Se propuso habilitar otro día más y nos opusimos porque no nos parecía serio. Era más razonable cambiar la fecha, habilitar el voto telemático, que se pudiera votar por correo… En ninguna democracia del mundo se habilitan dos días de votación con unas urnas que luego quedan custodiadas no se sabe muy bien dónde ni por quién. No nos parecía serio. Por eso lo descartamos.

P. Independientemente del resultado, el reglamento interno del PSM establece que se celebre un congreso ordinario meses después del que realice el PSOE, y que está previsto para después de las elecciones generales. ¿Qué sentido tiene este congreso?

R. Eso hay que preguntárselo a quien lo ha convocado.

P. El PSM tiene poco más de 15.000 militantes, la mitad que en 2007. ¿A qué se debe y cómo cambiaría la tendencia?

R. Se debe en gran medida a que el militante no acaba de encontrar su papel en la organización. Hay un momento en que un militante se frustra, porque ve que la elaboración de las listas electorales las hacen otros, que la toma decisiones las hacen otros. Que es difícil participar porque hay una estructura de avales que impide a cualquier militante participar activamente en un proceso. Todo eso conduce a la frustración. Si queremos que se deje de ir la gente, y recuperar a quienes se han ido y otros que opten por venir al PSM por primera vez, es fundamental que les digamos que pueden hacer algo. Que van a ser protagonistas, que ellos son quienes van a tomar las decisiones. Que el PSOE va a ser cada uno de quienes lo forman. Actualmente la militancia tiene la sensación de que es solo la comparsa de los 10, 15 o 20 que mandan. Esa falta de vinculación entre las decisiones, entre quienes las toman y las tienen luego que defender, llevan a una frustración que nos está haciendo perder y perder militantes de una manera muy preocupante.

“Hay que acabar con los avales, violentan la intimidad de los militantes”

P. Usted es partidario de eliminar los avales.

R. Queremos acabar con ellos porque para mucha gente, en el fondo, significan una manera de violentar la intimidad que debe presidir el voto en democracia. El aval se ha convertido en un voto público. El voto tiene que ser por definición privado. Conseguir avales es difícil, significa pedirle a la gente que se posiciones públicamente. Por eso queremos acabar con ellos. Nosotros defendemos un sistema de doble vuelta en el que en la primera se pueda presentar todo el que quiera y en la segunda que los dos más votados compitan por la secretaría general.

P. El 10% de avales para ser candidato parecía insalvable. ¿Obtenerlos ha comprometido su proyecto?

R. Para quien no tiene el respaldo del aparato, es mucho más difícil. Siempre he tenido un compromiso enorme con mi partido y ahora más. Mi compromiso es con quienes me han avalado y también con quienes no lo han hecho, por supuesto.

P. ¿Cómo acabaría con la fama de avispero del PSM?

R. Quitándole el poder a los aparatos y poniéndolo en manos de los militantes. Cuando las decisiones se democratizan, los avisperos pasan a ser otra cosa. Cuando todo el mundo se siente copartícipe, de igual a igual en la toma de las grandes decisiones estratégicas y políticas de un partido, al final desaparecen los rincones oscuros y le ponemos mucha luz al funcionamiento del partido. Eso es fundamental.

P. ¿Y eso cómo se consigue?

R. Haciendo las listas electorales entre todos, no en pactos entre Callao y Ferraz. Se consigue haciendo consultas vinculantes a los militantes sobre decisiones como la entrada o no en gobiernos como el de la ciudad de Madrid. Avanzando en la democratización de las primarias con la retirada de los avales para que todo el mundo pueda dar un paso adelante, tenga o no infraestructura orgánica. Se consigue quitándole el poder a los aparatos y que les convierte en unas maquinarias absolutamente inaccesibles, y dándole ese poder a los protagonistas del partido, que son los militantes.

P. ¿Cree que Antonio Miguel Carmona debería haber entrado en un Gobierno de coalición en la capital?

R. Creo que eso habría que consultárselo a los militantes. Pudo haber una primera decisión, que tomó la Ejecutiva federal, que la propia Ejecutiva reconoció que era temporal, a la vista de una revisión. Yo propongo que cuando esto se revise, lo revisemos todos. Los militantes de la ciudad de Madrid. Tenemos derecho a que se nos escuche, a decir cuál es nuestra impresión. Estamos a tiempo de hacerlo. Lo contrario es convertir a un militante en alguien que paga una cuota y poco más. Así es difícil que crezcamos, que nos sintamos útiles. Que entendamos que el PSOE es una organización colectiva. De todos.

P. ¿Por qué cree que el secretario general del PSM no debe compatibilizar el cargo con una alcaldía?

R. Un alcalde debe dedicar en este momento las 24 horas de su tiempo a atender a los ciudadanos de su ciudad. No estamos en cualquier momento, hemos recuperado casi 50 alcaldías en la Comunidad de Madrid. En muchos casos, después de muchos años de gobiernos de la derecha. Me parece una oportunidad que nos dan los ciudadanos. Además, en general gobernamos en aritméticas parlamentarias muy complicadas, con aliados de gobiernos que en algunos casos nos lo están poniendo muy difícil, a lo que hay que añadir problemas en ocasiones muy graves en las ciudades. Eso exige una dedicación absoluta a los municipios por parte de cada uno de sus alcaldes y alcaldesas. También creo que el PSM no está en cualquier situación no en cualquier momento. Está en una situación que exige mucha dedicación. Lo que propongo es que cada compañero del partido se encargue con pasión y todo su tiempo de la función que toque. Yo creo que estoy en disposición de poder encabezar el cambio en el PSM. Y me comprometo a un compromiso 24 horas diarias.

“Si yo fuera alcalde de Getafe, no me habría presentado a este proceso”

P. Sara Hernández es alcaldesa de Getafe y gobierna en minoría.

R. Si yo fuera alcalde de Getafe, no me habría presentado a este proceso. Estoy seguro de que los ciudadanos de Getafe querrían a una alcaldesa a tiempo completo.

P. En caso de resultar elegido, ¿cuáles serían sus primeras medidas?

R. El mandato de la próxima Ejecutiva, que durará en torno a siete meses, va a tener dos momentos muy diferenciados. El primero, hasta la celebración de las elecciones generales, tiene que venir absolutamente marcado por la ambición de ganarlas. Tenemos que ganar y recuperar voto urbano, joven y hacer que Madrid contribuya de manera decisiva a que el Partido Socialista alcance la mayoría en el Congreso de los Diputados. Hasta las elecciones, nuestra prioridad es esa. Una vez que hayan pasado, debemos preparar a fondo el próximo congreso ordinario, donde tenemos que modernizar de verdad el partido de la mano de todos. Hay que abrirse a la sociedad, ser testigos de la democratización del PSM, de una mayor participación interna. Por ejemplo, votando por internet. En este momento no es posible, no hay habilitación de un voto telemático en el PSM. Es otra cosa por resolver.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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