_
_
_
_
_

5.000 vinilos de Londres a Malasaña

La tienda Sister Ray abre durante una semana una filial en la que pone a la venta sus álbumes

Phil Barton, en su tienda madrileña.
Phil Barton, en su tienda madrileña.Alvaro Garcia

“La diferencia entre cuando empezamos y el momento actual”, decia ayer Phil Barton, dueño de la tienda de discos londinense Sister Ray, “es que en los ochenta vendíamos muchas copias de pocos títulos, y ahora vendemos pocos ejemplares de un montón de álbumes”.

Así explicaba la selección de 5000 vinilos que ha traído de Reino Unido, -“tres palés completos y otro que tiene que llegar desde Estados Unido mañana”- a la tienda que durante una semana va a regentar en un local de la calle Valverde número 14, en Malasaña, en una acción promocional que ha organizado la marca de ginebra Beefeater. “Es un reto. Intenté que traer material interesante de mi tienda cubriendo tanto espectro como fuera posible. Metal, blues, jazz, rock’n’roll… todo lo que va desde Arctic Monkeys hasta Frank Zappa”.

En los cajones del denominado Beefeater Record Store hay efectivamente un poco de todo lo que ha dado la música anglosajona en los últimos 100 años, excepto electrónica. Discos nuevos conviven con otros de segunda mano y se venden desde baratijas de cuatro euros a una primera edición de Dark Side Of The Moonde Pink Floyd valorada en 750. “Nos hemos limitado a hacer la conversión de libras esterlinas a euros. Los precios son los mismos que en Londres”.

Desde hoy y hasta el domingo 14 se celebrarán en ese local conciertos gratuitos -El primero, hoy a las 12,30, un acústico de Rubén Pozo, ex Pereza y actuarán también la canatautora Anni B. Sweet y la banda madrileña de soul Aurora & The Betrayers-, coloquios y una exposición en la que 30 artistas han trabajado con portadas de vinilos.

Explica Barton, cuyo establecimiento del Soho fue elegido mejor tienda independiente de discos de Londres en 2014, que el mercado del vinilo pasa en Reino Unido por un momento “fantástico”. En España, a pesar de un leve repunte en las ventas, los comercios del ramo pasan por una situación delicada. En los alrededores del recinto en el que se ha asentado la versión española de Sister Ray han cerrado varias tiendas en los últimos años, aunque también es cierto que han abierto otros. El último en llegar, hace apenas unos meses, es El Almacén en la cercana calle Minas. “Entiendo su situación. Sister Ray empezó como una furgoneta en el Mercado de Candem a mediados de los ochenta. Abrimos la primera tienda en Berwick street tres años después. Llevamos desde entonces allí, aunque nos hemos cambiado de local tres ocasiones, según subía la renta. Nos hemos adaptado y lo hemos pasado mal en ocasiones. Pero seguimos. Así que algo debemos de estar haciendo bien”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_