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El Soro reaparece en la Feria de Fallas

Enrique Ponce cumplirá el 25 aniversario de su alternativa en el programa que empieza este viernes en Valencia

El Soro ( con muletas) es saludado por un torero participante en su homenaje, en la plaza de toros de Valencia.
El Soro ( con muletas) es saludado por un torero participante en su homenaje, en la plaza de toros de Valencia. Jordi Vicent

La feria taurina de Fallas comienza este viernes con el cartel, a priori, menos llamativo del ciclo: el francés Juan Bautista, el malagueño Jiménez Fortes y el valenciano de Utiel Jesús Duque. Festejo marcado, sobre todo, por el signo de una ganadería triunfadora en esta plaza: Fuente Ymbro. De los tres espadas, Fortes y Duque entran por méritos propios, especialmente el torero de Utiel que sus dos actuaciones la pasada temporada las coronó con sendas salidas a hombros.

De ese cartel telonero parten otros tres de indudable atractivo para sábado, domingo y lunes. La corrida del martes 17 supone una especie de tregua por su contenido menos seductor, para volver el 18 y 19 con nombres de mayor gancho. En estas siete corridas de toros, solo dos toreros duplican actuación: Morante y El Juli. Son las piedras angulares de un abono en el que están todos los que son, aunque también se haya colado algún nombre cuyos méritos hay que encontrarlos en los despachos más que en el ruedo. ¿Quiénes son los unos y los otros?

Para el cliente asiduo a la plaza de Valencia no hay dudas, como tampoco las hay si se aplica la más sencilla vara de medir. Toreros como Bautista, Padilla o Urdiales, son presencias que no se acaban de comprender si no se buscan motivos extras, En el caso de Urdiales, por ejemplo, se detecta una campaña a favor más que méritos contraídos en Valencia para torear en fecha tan señalada -17 de marzo-. Como lo es en cuanto a Padilla, más fuera que dentro de los carteles en un principio y al que han colocado en el abono con calzador. Y respecto a Bautista, que lo expliquen porque no se entiende.

Esta Feria de Fallas, no obstante, puede presumir de ganarle la partida y la mano a la que viene detrás en el calendario. Sevilla. En la Maestranza se cuentan las ausencias de figuras como análisis principal; en Valencia la falta de estrellas no existe y las presencias injustificadas se quedan en anécdota. Además de Morante y Juli, apunten a Castella, Manzanares, Talavante y Perera como los otros cuatro puntos cardinales del abono aunque acuden un solo día.

Punto y aparte El Soro y Ponce, por motivos bien distintos. La polémica ha acompañado la contratación de El Soro, a quien se le recuerda como a nadie su limitada capacidad física. Salvadores de la patria y la humanidad, han echado litros de tinta en los papeles para tildar de barbaridad su contratación. Bien, vayamos por partes. El Soro tiene tanto derecho como el que más, a cumplir un sueño que merece hacerse realidad por el esfuerzo y sacrificio realizado en los últimos años. Suya y nada más que suya es la responsabilidad y a nadie hay que acusar de irresponsable por anunciarlo. Sabe lo que supone torear en Valencia y aunque para algunos no lo parezca, es consciente de lo que se juega, más en lo físico que en el futuro de su carrera –por cierto, ya prácticamente escrita-. Pero igual que a Padilla, por ejemplo, se le ha ayudado sin reservas, se reconoce, se valora su puesta en escena con tan solo un 50% de visión y se le trata como a un héroe, El Soro, al menos en su tierra, no merece menos.

Efectivamente es cuestión de humanidad su presencia en los carteles, pero no tampoco de lástima. Mas sobre todo, de justicia si comparamos con el caso aludido.

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Y Ponce. Verlo una sola tarde por Fallas se hace raro. Pero hacer un solo paseíllo es cuestión personal. Decisión del propio torero. Respetable al máximo, aunque se haga raro verlo como “uno más” en el cartel genérico del ciclo. Pero no será una más su actuación del 16, porque ese día Ponce cumple 25 años como matador de toros. Un cuarto de siglo desde su alternativa; un cuarto de siglo de actividad ininterrumpida en la profesión. Caso único en la historia del toreo. Quizás por la efeméride, además de otras razones, solo haya contratado una tarde. Más realce, si cabe, supone un solo paseíllo la tarde que conmemora sus bodas de plata como doctor en tauromaquia. A su actuación se le añade la presencia de El Soro, con todo lo explicado antes, y la de Manzanares, y el cartel se convierte en el que más atractivos distintos tiene de toda la Feria.

Dos toreros valencianos más se añaden a la lista de actuantes: Jesús Duque y Román. Ambos en edad de merecer y los dos suponen un proyecto que ahora mismo despierta ilusión. Tanto uno como otro son una bocanada de aire fresco, una mirada al futuro que ellos y solo ellos tienen sus manos hacer realidad. De estas Fallas saldrán con el equipaje medio lleno o, en el peor de los casos, medio vacío. Parece lo mismo, pero no lo es.

Luque, Abellán, Fandi, Finito, son nombres que con sus más y sus menos también aparecen en los carteles. Los tres primeros cuentan con triunfos recientes y sólidos en Valencia, nada que objetar a su presencia. Finito es caso aparte por varias razones y su presencia queda expuesta a lo que haga el día 19: se le concede el beneficio de la duda. Y Rivera Ordóñez ”Paquirri”; reclamo mediático o realidad interesante? Difícil respuesta. Y difícil envite para él en un cartel junto a Morante y Talavante.

La feria apuesta por ganaderías del encaste Domecq y ningún reclamo a hierros más del gusto torista. Monoencaste lo llaman algunos, aunque sea de lo mejor del año anterior.

Dos novilladas cierran el ciclo fallero, con dos nombres que tienen en alerta a la tauromaquia: Varea y Ginés Marín. El castellonense Varea viene de torear memorable en la novillada de la Magdalena; de Marín, hablan y no paran. Bienvenidos sean, como lo son Espada. Climent, Expósito y el mexicano Valadez, una absoluta incógnita.

La mañana de San José es cosa de caballos: seis rejoneadores en el redondel con Andy Cartagena como máximo exponente, pero se antoja cartel muy irregular y, en este caso, con presencias irrelevantes. Aquí se notan y mucho las ausencias.

Todo preparado pues, aunque la primera mascletà taurina la ha disparado el gestor responsable de la plaza de Valencia, empresario/productor o productor/empresario, Simón Casas. Su unión con la FIT –Fusión Internacional Taurina- que iba a ser el más de lo más en cuanto a potenciar y promocionar la tauromaquia, que cuenta con capital y personajes multimillonarios mexicanos, se ha quebrado antes de empezar a contar. El propio Casas, que con la boca grande y su sabida elocuencia parlamentaria hablaba que la solución a los problemas se acababa con la FIT, ha roto la baraja. La versión oficial habla de “motivos personales”, dicen las malas lenguas que la realidad es otra. Y es que en cuanto se empieza a hablar de dinero, la FIT se ha convertido en el Fin Internacional Taurino.

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