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Miles de personas se manifiestan en Vitoria contra la apertura de Garoña

La marcha recuerda el 44º aniversario de la puesta en funcionamiento de la central

La cabeza de la manifestación contra la reapertura de Garoña este sábado en la plaza de la Virgen Blanca.
La cabeza de la manifestación contra la reapertura de Garoña este sábado en la plaza de la Virgen Blanca. José Ramón Gómez (EFE)

 Varios miles de personas han secundado este sábado la manifestación convocada por Araba sin Garoña en Vitoria en contra de la reapertura de la central nuclear ubicada en el municipio burgalés de Santa María de Garoña.

La marcha ha partido a las siete de la tarde de la plaza de la Virgen Blanca y ha discurrido bajo la lluvia por las calles de la capital alavesa coincidiendo con el 44º aniversario de la puesta en funcionamiento de esta central, que se cumple el 2 de marzo.

Secundada por todos los sindicatos vascos, las asociaciones más representativas del sector primario, profesionales de la salud, treinta movimientos sociales del territorio, alcaldes alaveses y más de 50 profesores del campus alavés de la Universidad del País Vasco, también ha contado con la presencia de partidos con representación municipal y foral como el PNV, PSE-EE y Bildu.

El portavoz de Araba sin Garoña, Alberto Frías, ha subrayado que "una marea popular ha llenado las calles de Vitoria" en una marcha que ha recabado una "unidad sin precedentes", en respuesta a la "alarma social" generada por "el intento del PP" de reabrir Garoña.

Frías ha advertido de que la posible vuelta a la actividad de la central "pone en peligro la seguridad, la vida y el desarrollo de quienes viven en su ámbito de acción" y ha emplazado a los partidos a "poner sobre la mesa elementos reales que imposibiliten la reapertura". Garoña, situada a unos 40 kilómetros de Vitoria, es la central más antigua y pequeña de España y lleva parada desde diciembre de 2012 por decisión de Nuclenor (empresa participada por Iberdrola y Endesa), que alegó motivos económicos relacionados con los nuevos impuestos sobre el combustible nuclear.

Posteriormente cambió de opinión y solicitó la renovación de la licencia de explotación por 17 años más, una petición sobre la que se tiene que pronunciar el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuyos informes son vinculantes.

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