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Freud y otras estrellas

Una obra sobre los últimos días del padre del psicoanálisis abre la temporada teatral de 2015, que viene cargada de novedades de todo tipo

Sergio C. Fanjul
Eleazar Ortiz (izquierda) interpreta a C. S. Lewis. Helio Pedregal es Sigmund Freud.
Eleazar Ortiz (izquierda) interpreta a C. S. Lewis. Helio Pedregal es Sigmund Freud.SAMUEL SÁNCHEZ

El comienzo del año trae a los escenarios madrileños un puñado de estrenos interesantes. En los teatros de Madrid convive Sigmund Freud con obras sobre maestros de la pintura como Velázquez o El Greco.

Hay sitio para una reflexión sobre la senectud de Juan Margallo y Petra Martínez en ¡Chimpón! Panfleto post mórtem y también para los conflictos intergeneracionales que la compañía Teatro Bufo expone en Árbol adentro. Se entremezcla el humor en torno a la vida de Rocío Jurado de Señora con la memoria histórica en La piedra oscura. Habrá hasta una visión del ideal del éxito europeo venida desde Rumania, titulada Solitaritate.

Todas son obras que comienzan su andadura en la capital en enero. Y sobre todas ellas destaca La sesión final de Freud, que se estrena el próximo martes en la Sala Pequeña del Teatro Español (que próximamente será rebautizada como Sala Max Aub, según confirma el director del teatro).

Obras básicas para enero

  • 'Árbol adentro',de Juanma Romero Gárriz. ¿Cómo se llega a ser neoliberal y adicto a la marihuana? Es la pregunta que se formulan los jóvenes protagonistas de esta obra, un viaje humorístico e irónico a través de los conflictos generacionales. Sala Cuarta Pared, hasta el 24 de enero.
  • '¡Chimpón! Panfleto post mórtem', de Juan Margallo y Petra Martínez. Tita y J. F., dos ancianos próximos al traspiés final, ven pasar el agua del río mientras reflexionan sobre su vida pasada. Sus sillas de ruedas son manejadas por un pequeño robot, el Hado de la Cibernética. Teatro Valle-Inclán, hasta el 8 de febrero.
  • 'La piedra oscura', de Alberto Conejero. Pablo Messiez no para de enganchar montajes y ahora dirige este diálogo ambientado en un hospital militar de Santander en el que dos hombres esperan un trágico final al amanecer. La figura de Lorca es el trasfondo. Teatro María Guerrero, del 14 de enero al 22 de febrero.
  • 'Solitaritate', de Gianina Carbunariu. Un crudo retrato de la clase media urbana rumana, alejada de su propia historia y obsesionada con el ideal europeo de éxito. Un espectáculo crítico construido a través de la caricatura. Teatro de La Abadía, 23 y 24 de enero.
  • 'Señora', de Artes Verbénicas. La compañía que triunfó el año pasado mezclando chotis e hipsterismo regresa con un montaje dedicado a "la más grande, Rocío Jurado". Humor celtibérico, música y absurdo para repasar momentos de la vida de la artista. Espacio LaBruc, hasta el 29 de enero.

La historia comienza el 3 de septiembre de 1939: Reino Unido declara la guerra a Hitler. Es el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En el número 20 de Maresfiled Gardens, en Hampstead, Londres, está el despacho de Sigmund Freud. Su hija Anna lo ha decorado a imitación de su consulta de Viena, que han tenido que abandonar huyendo del nazismo. Ese mismo día el viejo doctor (ya tiene 83 años) recibe al escritor y medievalista, catedrático de Oxford, C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia y amigo personal de J. R. R. Tolkien, que ha satirizado las teorías freudianas en uno de sus libros.

Así que ahora mantendrán una intensa lucha dialéctica en torno a Dios y el sentido de la vida, mientras la radio da cuenta del inicio de la contienda y a través de la ventana suenan las alarmas antiaéreas. Es un momento angustioso. Veinte días después, el padre del psicoanálisis se quitará la vida.

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En realidad este encuentro nunca tuvo lugar, sino que es un ejercicio de historia-ficción de esos que permite una disciplina como el teatro. “Esta obra es un pulso, un ring de boxeo”, dice Tamzin Townsend (Liverpool, 1967), directora. La obra sigue el texto original de Mark St. Vincent que fue estrenado en el off Broadway de Nueva York en 2010 y ha sido también dirigida por Daniel Veronese en Buenos Aires. ¿Por qué motivo enfrentó el autor en su imaginación a estos dos personajes? “Simplemente porque le resultaba útil confrontar sus personalidades para construir sobre ellas el conflicto dramático”, dicen los artífices. Precisamente en Nueva York fue donde la conoció el dramaturgo Ignacio Amestoy, quien le pasó el texto a Townsend el día de Reyes del año pasado, hasta que finalmente fue traducido por Ignacio García May. He aquí el resultado.

“Son dos hombres en momentos vitales muy diferentes”, dice Townsend, “Freud ya es un anciano y Lewis vive su época de máximo éxito. Lewis es un ferviente cristiano y Freud no puede estar más alejado. No tienen nada en común, pero también lo tienen todo: son académicos que buscan la verdad y están dispuestos a escuchar”. De Freud, interpretado por Helio Pedregal (la caracterización es tan buena que parece que estemos ante el propio doctor revivido), sabemos muchas cosas; de quien no conocemos tanto, aparte de algunas de sus obras, es de C. S. Lewis (que encarna Eleazar Ortiz). “En España no es tan conocido”, dice Townsed, “pero en Inglaterra se vive un momento de redescubrimiento de su figura: se hacen reportajes y documentales y se reeditan libros de su extensa obra”.

Tuvo una vida complicada: huérfano de madre desde muy joven, se crio en un internado que odiaba y más tarde sobrevivió a las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Aunque estas experiencias le llevaron al ateísmo (y al interés por la mitología y el ocultismo), se pasó al cristianismo militante (un hecho que fascina al Freud de esta ficción). Vivió con su hermano mayor, que tenía problemas de alcoholismo y al que apoyó toda su vida, y también con la madre de un amigo que murió en la Gran Guerra y él había prometido proteger. Una relación cuya naturaleza nunca estuvo demasiado clara. “Aunque pueda parecerlo, esta no es ninguna obra erudita o aburrida”, dice Ortiz. “Creo que está escrita con una agilidad y un sentido del humor extraordinarios”. Y es que, como dice Pedregal: “Las personas sabias nunca se ponen serias cuando hablan de lo serio, saben que hay que aproximarse por los laterales”.

“Estas son dos personas absolutamente honestas con sus principios”, continúa Pedregal, “lo cual las hace válidas para cualquiera, aunque no comparta sus razonamientos. En un momento en el que vivimos cierta confusión, estos dos personajes dan una lección: lo peor que podemos hacer es encastillarnos y mirar al otro como alguien al que debemos destruir o, como mínimo, convencer”.

De amantes y pinturas

De los lienzos históricos a los escenarios: el ciclo Pintores a Escena trae a las tablas del Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa obras teatrales basadas en la vida y obra de los grandes de la pintura. Esta semana se han presentado los dos próximos espectáculos de esta iniciativa, centrados en las figuras de Velázquez y El Greco.

En La puta enamorada, de Chema Cardeñosa y dirigida por Jesús Castejón, el rey Felipe IV encarga a Velázquez, pintor de la corte, un cuadro de su amante, La Calderona. A partir de esta petición se construye una trama que incluye intrigas palaciegas y triángulos amorosos, al tiempo que se hace un repaso de la vida cultural, social y política de aquella España del siglo XVII. Actúan Eva Marciel, Javier Collado y Federico Aguado y se puede ver hasta el 1 febrero.

A continuación, del 3 al 15 de febrero, se podrá ver Historia de un cuadro, con texto y dirección de Alfonso Zurro. Aquí el elemento central es un cuadro de El Greco, alrededor del que gira la obra.

¿Cuál fue la razón que motivó su existencia? Para descubrirlo se realiza un viaje en el tiempo desde nuestra contemporaneidad hasta la Roma de 1576, año en el que el joven Doménico Theotocopulos decide trasladarse a España y quedar para siempre asociado a la ciudad de Toledo. Roberto Quintana, José Manuel Seda y Manolo Caro dan vida a los personajes de este montaje.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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