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La defensora reabre el expediente por el mal olor de Valdemingómez

Los vecinos aseguran que el problema se ha agravado desde septiembre

Vista aérea de la incineradora de Valdemingómez, en 2005.
Vista aérea de la incineradora de Valdemingómez, en 2005.ricardo gutiérrez

Intolerables, frecuentes y especialmente nauseabundos. Así describen los vecinos del Ensanche de Vallecas (20.000 habitantes) los episodios de mal olor que soportan en su barrio y que atribuyen a la vecina planta de Valdemingómez, que trata toda la basura que se genera en Madrid. Las quejas han provocado que la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, haya reabierto el expediente, que cerró en junio, para pedir explicaciones al Ayuntamiento de Madrid. El Consistorio asegura que el hedor se ha reducido un 80%.

"En verano es insoportable y en invierno hasta con las ventanas cerradas se te mete el olor en casa", asegura Rosa María Pérez, presidenta de la Asociación de Vecinos PAU de Vallecas, que canaliza buena parte de las quejas de los vecinos. Olor a basura, pero a veces también a quemado, a aceite o a gas, que llega hasta otras zonas de Madrid, como Vicálvaro, o al vecino municipio de Rivas-Vaciamadrid. Desde septiembre, mes en el que recibieron casi 200 quejas, Pérez asegura que los episodios de mal olor se han "recrudecido".

4.000 toneladas de basura al día

  • El parque tecnológico de Valdemingómez, inaugurado en 1978, concentra todas las instalaciones de tratamiento de residuos urbanos de Madrid. Está ubicado en el mismo lugar que el antiguo vertedero, en la Cañada Real, al sur de la ciudad.
  • Recibe las 4.000 toneladas de basura que se generan cada día en la capital. En 2012 (los últimos datos disponibles) trató 1,2 millones de toneladas.
  • Cuenta con cinco plantas para el tratamiento de residuos, en las que se realiza el compostaje, se extrae biogás de la basura o se ponen en marcha procesos de biometanización.

Así lo confirma un escrito del adjunto primero a la defensora, Francisco Fernández Marugán, fechado el pasado 2 de diciembre, que reabre el expediente. "El Defensor ha recibido en septiembre y octubre varias comunicaciones de vecinos que vuelven a denunciar el problema después de un tiempo en que parecía haber sido menos grave. Según las quejas, la contaminación ha vuelto a alcanzar niveles intolerables. Se señala especialmente su carácter nauseabundo".

Enclavado en la Cañada Real y construido sobre el antiguo vertedero, el parque tecnológico de Valdemingómez recibe y trata las 4.000 toneladas de residuos que se generan cada día en Madrid, más de 1,2 millones en 2012 (los últimos datos disponibles). Para ello cuenta con cinco plantas: tres en las que se realiza el compostaje para obtener abono, una que extrae biogás de la basura y otra encargada de la biometanización.

El Ayuntamiento decidió en 2011 clausurar la planta de compostaje al aire libre de Las Lomas. En el último informe elaborado por el Consistorio, en 2012, aseguró que el mal olor se había reducido desde entonces en un 80%. "Hay también otras fuentes potenciales de olor en la zona, que están asociadas a otros tipos de procesos industriales, infraestructuras, vertidos y acopios ilegales de distintos tipos de residuos en la Cañada Real", señaló en una de las respuestas a la defensora del Pueblo.

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Pero las rachas, dicen los vecinos, continúan. "Nunca se fueron del todo", puntualizan. En la asociación PAU de Vallecas, que realiza un seguimiento de las quejas —en el formulario para enviarlas se exige marcar, por ejemplo, la hora, el tipo o la intensidad— no encuentran un patrón. "Aunque aparece prácticamente todos los días y puede llegar a durar horas. A veces empieza sobre las nueve o las diez de la noche y cuando te levantas por la mañana sigue ahí", explica su presidente. Depende, sobre todo, del viento, que arrastra el mal olor hasta el Ensanche de Vallecas cuando sopla del sureste. Y en los días nublados, de niebla o de lluvia, el hedor, afirma Pérez, se nota más de lo habitual.

El Ayuntamiento afirma que el hedor se ha reducido un 80%

Los vecinos encargaron en 2013 su propio estudio olfatométrico. El informe concluía que “la contaminación odorífera ni es mínima, ni es inevitable, ni es asumible”. El técnico había detectado cuatro tipos de olores: basura —el que se presentaba con mayor frecuencia—, aceitoso, biogás y quemado-ceniza. Las mediciones, aseguró, superaban "ampliamente el 10% considerado como aceptable para zonas residenciales".

La defensora se declaró incompetente para decidir qué informe, si el de los vecinos o el municipal, prevalecía e instó al Ayuntamiento a reunirse con los vecinos para alcanzar una solución. El último encuentro se celebró en octubre de 2013. Desde entonces, el contacto es "nulo", afirma Pérez. Ante la falta de soluciones, los vecinos han decidido ya recurrir a los tribunales. Este mes lanzarán una campaña informativa y otra de crowdfunding para conseguir financiación con la que pagar la defensa y elaborar un nuevo estudio actualizado.

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