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El médico acusado de 5 abusos dice solo recordar a una de las pacientes

El facultativo niega las acusaciones y atribuye el caso al interés del hospital en despedirle

El médico del Hospital Santa Caterina de Salt (Girona) acusado de abusar sexualmente de cinco pacientes entre 2008 y 2009 ha afirmado hoy que solo recuerda a una de ellas y se ha remitido a los informes médicos de las demás, todos firmados por él. En su declaración, de tono desafiante, el médico ha negado que tocara a sus pacientes en zonas genitales, les hiciera comentarios de tipo sexual, las insultara, o las contactara después de visitarlas a  través de llamadas y mensajes. Además, ha atribuido las denuncias a tres factores: una confabulación del centro para echarle, una mala interpretación de las exploraciones de las pacientes y a que estas estaban mal asesoradas.

“No entra dentro de mi catálogo al explorar una paciente decirle que le pegaría un polvo, aunque lo pudiera pensar”, ha asegurado Josep C. M. El procesado, que en varias ocasiones se ha encargado de recordar toda su formación y sus años de profesión, ha intentado justificar las exploraciones hechas a las cinco pacientes que le denunciaron. En todos los casos se ha basado en los expedientes médicos y añadió que intervino para descartar que padecieran algún tipo de enfermedad importante. En ningún caso quedaron descritas las exploraciones en las zonas íntimas que relatan las denunciantes.

Una de ellas, que acudió con su suegra a la consulta por una hernia en el ombligo, le acusa de abusos sexuales. El médico se ha justificado diciendo que no la ha visitado porque no consta en la historia médica. No obstante, ha apuntado la posibilidad que, en el caso de que la viera, fuera algo muy “banal” y sin tacto vaginal. Preguntado por el letrado de la víctima si estaba diciendo que la paciente se inventaba la visita, ha respondido: “No digo que se lo invente, pero lo que es seguro es que se inventa el tacto vaginal”. Tras detallar las patologías de la suegra de la paciente, a la que sí recuerda haber visitado, el acusado ha reconocido que tuvo acceso el historial de la suegra, que no consta en el sumario, sin autorización de la paciente.

Los forenses manifestaron en la sesión de ayer que en todos los casos hubo una “mala praxis”  profesional

La única paciente a la que ha asegurado recordar “perfectamente” es a la que visitó en el CAP d’Anglés, a quien ha intentado desacreditar tanto por su comportamiento como por su conducta sexual. El acusado, que ha relatado que la mujer entró en la consulta “de forma impertinente”, ha descrito una serie de patologías o de información privada que constaban en el historial de la paciente y que, a preguntas de la acusación, también ha reconocido haber consultado porque algunas de ellas no constaban en el sumario. A esta paciente, que denunció que le había hecho una masturbación más que un tacto vaginal, la hizo desnudar dos veces. A preguntas de la presidenta del Tribunal, el médico ha reconocido que cuando la paciente se subía la ropa interior “le estaba mirando el culo”, y creyó ver una verruga en la zona perianal, que podía ser síntoma de una enfermedad relevante. Acabó siendo, supuestamente, una sombra de una cortina.

En su declaración, también ha intentado desacreditar a los forenses que ayer concluyeron que en todos los casos hubo una “mala praxis”. Según él, “igual ven mucho el manual, pero a pocos pacientes”.

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Sobre el motivo de porqué cinco mujeres que no se conocían entre sí le habrían denunciado, Josep C. M. ha dicho tener su “teoría”. Según él, es una suma de varios factores, una confabulación del gerente del Hospital, quien le había dicho que “con una sola denuncia no se te puede echar a la calle pero con más de una, sí”. Sumado a que las pacientes “pudieron malinterpretar las exploraciones y a algunas las mal asesoraron". El médico acusado, en un tono arrogante, ha restado importancia a los abusos descritos y ha insistido a los abogados que “hay poca cosa, aparte de los tactos vaginales, mas allá que una paciente se puede sentir que las estás manoseando”.

El fiscal ha solicitado 18 años de cárcel y el mismo tiempo de inhabilitación por cinco delitos de abuso sexual, dos de ellos con introducción de miembros corporales por vía vaginal. Además, que no se pueda acercar a menos de 500 metros de las víctimas y que las indemnice con un total de 26.000 euros. Las acusaciones particulares piden en total 21 años y la defensa la absolución.

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