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Ramón Laso, condenado a 30 años por doble homicidio

El parricida convicto mató a su mujer y su cuñado por motivos sentimentales

Laso sale de la Audiencia de Tarragona, después de escuchar el veredicto de culpable.
Laso sale de la Audiencia de Tarragona, después de escuchar el veredicto de culpable.Josep Lluis Sellart

La Audiencia de Tarragona ha condenado a Ramón Laso, vecino de Els Pallaresos (Tarragonès), a treinta años de prisión por dos delitos de homicidio. La magistrada de la sección segunda, al igual que el tribunal popular que juzgó a Laso este octubre, lo considera autor de las muertes de su pareja sentimental, Julia Lamas, portera de un edificio de la Rambla de Tarragona, y de su cuñado, Maurici Font, celador del hospital Joan XXIII.

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Las víctimas permanecen desparecidas desde el 27 de marzo de 2009. Los Mossos d'Esquadra no han encontrado sus cuerpos, a pesar de buscarlos con un georradar en un huerto del acusado en Riu Clar (Tarragonès). Laso habría matado al verse envuelto en un triángulo sentimental: quería afianzar la aventura que mantenía con su su cuñada, Mercedes Lamas, hermana de Julia y esposa de Maurici, según la juez y la Fiscalía. Laso ha sido condenado aunque no se han hallado los cuerpos, no ha confesado las muertes y tampoco se han encontrado restos biológicos de los dos desaparecidos.

La Audiencia considera a Laso autor de los dos homicidios, con las circunstancias agravantes de reincidencia y parentesco en el caso de Julia, por lo que la juez lo condena a quince años de cárcel por cada delito. La magistrada también dicta la inhabilitación absoluta del parricida convicto durante el tiempo de la condena, y le impone la prohibición de aproximarse a una distancia inferior a 1.000 metros y comunicarse con los familiares de las víctimas durante 20 años. En materia de responsabilidad civil por daños morales, el acusado deberá indemnizar a los familiares de las dos víctimas con 700.000 euros, además de pagar las costas procesales del juicio, incluidas las de la acusación particular. “Resulta incontestable el extremado impacto emocional que necesariamente ha tenido que provocar en las personas de su entorno” la ocultación de los cuerpos, relata la magistrada en la sentencia. Laso mantiene que Julia y Maurici se fugaron para iniciar “una nueva vida”.

La magistrada le impone, además, 15 años de prisión por cada muerte “aun cuando no consta de forma especifica en qué se produjeron los hechos”. La juez justifica la pena por las “circunstancias específicas” que rodean el caso. Estas son, por ejemplo, “la evidencia de que los homicidios no fueron sino la consumación del plan urdido con la específica intención de lograr una relación sentimental y sexual, entablada por el acusado al margen de su pareja” con Mercedes. El objetivo de Laso, según la sentencia, es que la relación con Mercedes “pudiera desenvolverse sin el entorpecimiento” de sus respectivas parejas, ya que ella “se negaba a abandonar a su esposo”. Tras el doble homicidio, el acusado se afanó en intentar simular que las dos víctimas seguían vivas, llegando a llamar a su anciana madre haciéndose pasar por Maurici, o al Diari de Tarragona afirmando que era su cuñado y que los dejaran de buscar. La juez destaca “la frialdad en la invención y el fingimiento con la familia de las víctimas, especialmente con Mercedes el mismo día que muy probablemente les dio muerte, intentando hacerle creer que había visto como Julia y Maurici se fugaban juntos”, narra la sentencia. La magistrada también recalca que trató de usurpar el puesto de trabajo de Julia una vez fallecida, y maniobró para tratar de cobrar la pensión de incapacidad laboral de Maurici o quedarse con un vehículo de su antigua pareja.

Laso, originario de Jaén, ya estuvo en prisión por otro doble crimen: en 1993 fue declarado culpable por simular el suicidio de su primera mujer dejando su cuerpo en la vía del tren y después provocó un accidente de coche en el que murió su hijo, para cobrar el dinero del seguro. Fue condenado a 57 años de prisión, aunque se benefició de varias rebajas de condena y en 1999 ya se encontraba en libertad condicional. Cuando salió de la cárcel rehízo su vida con aparente normalidad.

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