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Aguirre hizo a Granados su hombre fuerte “sin tener la mínima sospecha”

El detenido fue ‘número dos’ del Partido Popular y del Gobierno regional hasta 2011

José Marcos
Aguirre, con Granados (izquierda) y López Viejo (derecha), en 2006 en la Asamblea de Madrid.
Aguirre, con Granados (izquierda) y López Viejo (derecha), en 2006 en la Asamblea de Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

“Hace más de tres años que perdí la confianza en él, pero nunca tuve la menor sospecha, ni la más mínima”, dijo ayer la presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre Francisco Granados, que todo lo fue con ella, y todo lo que fue lo perdió.

Alcalde de Valdemoro (70.000 habitantes) con 35 años, entró en el comité ejecutivo del PP madrileño en 2002 de la mano de su entonces presidente, Pío García Escudero, y, un año después, en la Asamblea regional con Aguirre. Presidió la investigación política sobre el tamayazo, el episodio de transfuguismo que permitió a ésta convertirse en presidenta regional. En 2004, lo nombró secretario general del PP madrileño.

Enfrentado al ahora presidente regional, Ignacio González, por ejercer de mano derecha de Aguirre, Granados siguió acumulando poder: en 2004 cambió la cartera de Transportes por la de Presidencia, a la que sumó en 2007 las competencias de Interior y, en 2008, las de Justicia. Dirigió la campaña electoral de 2007, y ayudó a Aguirre a buscar avales para plantar cara a Mariano Rajoy en el congreso del PP de 2008.

EL PAÍS desveló en 2009 el presunto espionaje político en el seno del PP madrileño, por agentes dirigidos supuestamente desde la consejería de Interior; la juez citó a declarar a Granados el pasado mes de septiembre.

En 2011, Aguirre prescindió fulminantemente de Granados como miembro de su Gobierno y, poco después, le cambió como secretario general del PP por Ignacio González, que, a la postre, heredaría también la presidencia regional en 2012 al renunciar ella.

Aguirre explicó entonces que había tomado la decisión “por pérdida de confianza”. No dijo más. El pasado mes de febrero, Granados admitió que, de 1996 a 2000, tuvo una cuenta en Suiza con 1,5 millones de euros. El PP le forzó a renunciar al escaño de senador.

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Aguirre aprovechó entonces para explicar que su “pérdida de confianza” de 2011 se debió a que Granados filtró a la prensa un anuncio que ella iba a hacer en un debate político. Nada dijo saber del enriquecimiento de su anterior número dos, como también negó en su momento conocer las presuntas corruptelas de su exconsejero de Deportes, Alberto López Viejo, imputado en el caso Gürtel por cobrar mordidas en la organización de los actos de la presidenta regional. O del ex portavoz adjunto del PP en la Asamblea, Benjamín Martín Vasco, también imputado en ese caso.

Dentro del descontrol de Caja Madrid, Granados también tuvo su parte: su esposa se sentó en el Consejo de Administración de Caja Madrid Pensiones. Cobraba 1.800 euros al mes, pese a carecer de conocimientos financieros.

Ayer, la dirección del PP anunció la suspensión de militancia de Granados. Aguirre, por su parte, se dijo “abochornada” y asumió su “error” por haberle convertido en todo sin tener “la mínima sospecha” de nada.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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