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El mazo de la Justicia resuena en Jerez

Los tres alcaldes democráticos han judicializado la política denunciándose entre ellos

Pacheco y Sánchez en un pleno del Ayuntamiento en 2006.
Pacheco y Sánchez en un pleno del Ayuntamiento en 2006.jaro muñoz

Los tres alcaldes que ha tenido Jerez (Cádiz) desde que se reinstauró la democracia están siendo investigados por la Justicia. El andalucista Pedro Pacheco y la exregidora socialista Pilar Sánchez ya han sido condenados, mientras que a la popular María José García Pelayo le salpica la contratación supuestamente irregular del pabellón de Jerez en Fitur a empresas de la red Gürtel en 2004.

La historia política jerezana del último decenio tiene todos los ingredientes para calificarla como un culebrón rocambolesco o un sainete sin gracia: pactos, mociones de censura, ceses, insultos, acusaciones, desplantes, exabruptos y venganzas personales que han acabado en denuncias en los tribunales.

Algunos de los veteranos de la política en la provincia, como el socialista Francisco González Cabaña, ya advirtieron en Jerez que cuando se judicializa la vida política “se sabe cómo se empieza, pero nunca como se acaba”, y más de uno hoy debe recordar esas palabras mientras oye en su cabeza el golpe seco del mazo de un juez sobre su peana de madera.

La actual regidora, García Pelayo, está siendo investigada en la trama Gürtel

Pedro Pacheco ha sido condenado en firme a cinco años y medio de prisión por enchufar a dos compañeros de partido como asesores en sociedades municipales, y aún tiene dos causas pendientes. Se enfrenta a otros siete años de cárcel por la venta irregular del suelo de la antigua estación de autobuses de Jerez a un operador amigo y a seis años más por cargar al Ayuntamiento facturas falsas de unas obras de rehabilitación de la casa de la Hermandad del Rocío de Jerez en la aldea de Almonte.

Pilar Sánchez, quien se dio de baja en el PSOE y dimitió como alto cargo de la Consejería de Educación, fue absuelta de la colocación de cinco compañeros de partido en el Consistorio, pero ha sido condenada en primera instancia a dos años de prisión y al pago de una multa de 8,6 millones de euros por abonar las nóminas de los empleados municipales con fondos finalistas del Plan E. La exregidora aún se sentará en el banquillo una vez más. En enero se celebrará un tercer juicio en el que el fiscal pide siete años de cárcel y 17 de inhabilitación para la exedil por favorecer a una empresa sanitaria a la que se le concedió una subvención pública con el fin de que se instalara en el parque agroindustrial de la ciudad.

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La actual alcaldesa de Jerez, María José García Pelayo, tampoco se libra de la sombra de la corrupción. Libre a día de hoy de imputaciones y condenas, aguarda la emisión de un auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz que determinará su implicación o exculpación en una pieza separada la de trama Gürtel. Se espera la decisión del magistrado desde que en febrero la Policía Judicial evidenciara en un demoledor informe que la regidora firmó la adjudicación de la infraestructura de Jerez en Fitur 2004 por valor de más de 200.000 euros sin que las empresas de Francisco Correa hubieran presentado oferta alguna para hacerse con el servicio. La Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) también reveló y demostró con correos electrónicos que la red preparó la documentación del concurso público un mes después de la firma del contrato. “Doy la única explicación que puedo dar. Yo firmo en base a la documentación que se me pone por delante y que me dicen que es legal”, terminó por explicar Pelayo.

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¿Quién ha denunciado a estos tres alcaldes por corrupción? Ellos mismos. Unos a otros. Pilar Sánchez fue quien inició la batalla judicial. La exsocialista era una política más desconfiada, menos curtida y, salvo contadas ocasiones, llevó ofensas o críticas políticas a la esfera personal. “Pacheco y Pelayo se daban fuerte en el campo, pero se respetaban en el vestuario. Pilar era incapaz”, recuerda uno de los más íntimos colaboradores de Sánchez.

La socialista ganó las elecciones con mayoría absoluta en 2007, tras un pacto imposible con Pacheco que terminó por saltar por los aires y que acabó con el cese del andalucista. En cuestión de meses, la entonces alcaldesa servía a la Fiscalía documentación y facturas que llevaron a Anticorrupción a denunciar al histórico político andaluz por tres causas distintas. Pacheco se revolvió y denunció a su exsocia por enchufismo: “Esto es una carrera de fondo. Ella me ha denunciado por dos asesores y ahora yo la denuncio por 32”, carcajeaba.

Sánchez también envió a la Audiencia Nacional el expediente de Fitur que salpica a Pelayo; y la edil del PP, poco tiempo después de vencer en los comicios de 2011, llevó a su predecesora a la Fiscalía por utilizar los fondos restringidos del Plan E ingresados por el Estado para pagar nóminas municipales en un momento de quiebra absoluta del Ayuntamiento jerezano. “No es revanchismo”, dijo la dirigente del PP.

Pactos de gobierno imposibles

El origen de las nefastas relaciones entre los tres alcaldes democráticos de Jerez tiene su origen en un mandato de pactos imposibles que llevaron al Ayuntamiento de Jerez al hundimiento financiero y social. Tras las elecciones de 2003 la dirección regional del PP se negó a cerrar un acuerdo de gobierno con el PSOE de Pilar Sánchez (vencedora en los comicios) para desalojar a Pedro Pacheco de la alcaldía tras 24 años de éste en el poder. La actual alcaldesa, la popular María José García Pelayo, optó por incumplir su promesa electoral y pactar in extremis con el andalucista para llegar al sillón consistorial habiendo sido la tercera candidata más votada. La controvertida unión sólo duró 18 meses y terminó con Pacheco cesado por la dirigente popular. Ya en 2005 el histórico andalucista firmó con el PSOE un segundo pacto que se mantuvo hasta dos meses antes de la convocatoria electoral de 2007 y que acabó como el primero, con el exalcalde destituido de todos sus cargos.

Los tres munícipes se han dedicado duras acusaciones en esos cuatro años de regresión para la ciudad, y en las hemerotecas quedan algunos de esos agrios enfrentamientos. El andalucista llamó a la edil popular “inepta” y a Sánchez, “prevaricadora”, “estulta” o “cuartelera”. La socialista acusó a Pacheco de “miope”, “desleal”, “irresponsable” o “momia de Tutankamón” y llegó a hablar de “la locura personal” de García Pelayo, quien sí ha sabido guardar las formas, al menos, en público.

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