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Antonio Cañizares toma posesión del arzobispado de Valencia

El cardenal invoca a Cristo en "tiempos de increencia y de una cultura de la muerte"

Antonio Cañizares, en un momento de la ceremonia.
Antonio Cañizares, en un momento de la ceremonia.TANIA CASTRO

La catedral de Valencia se ha llenado este sábado de feligreses para seguir la toma de posesión del cardenal Antonio Cañizares como arzobispo de Valencia. A la ceremonia han asistido un nutrida representación política. En primera fila, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, el presidente de las Cortes, Juan Cotino, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo y la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Susana Camarero. Más retrasados, además de numerosos consejeros y concejales, y del portavoz socialista en las Cortes, Antonio Torres, se encontraban los expresidentes de la Generalitat, Francisco Camps y Eduardo Zaplana, y los exministros José Ángel Acebes y José Bono.

En su homilía, un fragmento de la cual ha leído en valenciano, Cañizares se ha centrado sobre todo en la labor pastoral, pero también ha aludido a la actualidad: "Estamos atravesando, preciso es reconocerlo, tiempos nada fáciles, los miremos por donde los miremos. Estamos pasando una época en que la fe está siendo sometida a pruebas extremas. En esta marcha oscura por el desierto de tiempos de increencia y de una cultura de muerte, Cristo sigue viviendo en nosotros la tentación que pone a prueba la fidelidad a Dios. Pero estamos seguros de que Dios no abandonará a los hombres".

"No traigo ni tengo oro ni plata, no traigo ninguna otra riqueza, ningún otro poder ni fuerza, ningún otro plan, ninguna otra palabra que esta: Jesucristo", ha indicado Cañizares, que ha agregado: "Proclamaré sin descanso, me gastaré y me desgastaré".

El arzobispo valenciano también ha subrayado que "hablar de Dios es prioritario" para él, y está decidido a que lo sea "para los demás" y a vivir "en la diafanidad de la misión sin buscar para nada reconocimientos de ningún tipo, ni defendiendo ningún interés que no sea el del Evangelio y la atención a los hombres". "Que Dios me libre de otros intereses que no sea la pura gracia", ha incidido.

El cardenal ha abogado por una Iglesia "sin alforjas, sin temor a que nos puedan quitar las alforjas" con enviados "mansos y humildes de corazón, no violentos e impositivos, pero tampoco ingenuos, sabiendo que los lobos son lobos y que los hay y muchos".

Para la ceremonia se ha recuperado la entrada a la capilla del Santo Cáliz, que ha sido reformada para recuperar el arco original del XV. En un comunicado del Arzobispado, se explica que las obras restauración en el pasillo de entrada a la capilla no han finalizado, se ha desmontado el andamio y "ya se puede ver que esta entrada ha cambiado completamente, ya que antes era una puerta pequeña rectangular neoclásica y ahora es un gran arco rebajado del siglo XV similar a los que hay en los laterales de la Lonja de Valencia".

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La seo ha habilitado 1.500 sillas plegables que se han colocado en las naves laterales del templo para aumentar el aforo de la Catedral, cuya capacidad, sólo en los bancos, es de 700 personas.

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