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CiU impide que Pujol responda a cada partido en el Parlamento

El expresidente comparecerá el 26 y hará una réplica genérica

Después varias semanas de especulaciones, el Parlamento catalán acordó ayer que el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol  acuda  el próximo 26 de septiembre  por la tarde a la cámara para dar explicaciones sobre la fortuna que ha tenido oculta en el extranjero durante casi 34 años.

El acuerdo fue adoptado por la Mesa de la Comisión de Asuntos Institucionales, adonde irá Pujol a explicarse, después de anunciar que no acudiría antes del día 22 cuando, su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, ya hubiese ido a declarar como imputado en la Audiencia Nacional y de que Artur Mas convocara la consulta soberanista.

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La presidenta del Parlament, Núria de Gispert, comunicó ayer a Pujol el acuerdo de la cámara, donde CiU maniobró para suavizar el acoso de preguntas al que someterán al expresidente los grupos de la oposición.

El reglamento de la cámara catalana establece que cuando alguien comparece en una comisión parlamentaria creada al inicio de la legislatura se le concede un turno máximo de 30 minutos para que se explique. Después pregunta cada grupo durante diez minutos y el compareciente, si lo desea, responde en bloque. Pujol disfrutará de ese beneficio porque CiU rompió ayer el requisito de la unanimidad para cambiar el formato de la comparecencia, ya que el resto de partidos solicitó que se aplicase el de una comisión de investigación creada expresamente por la Cámara.

En esos casos, el compareciente tiene la obligación de responder a las preguntas de cada partido y se le priva de la posibilidad de agrupar todas las respuestas en una sola que es lo que, en el mejor de los casos, hará Pujol, pues tampoco está obligado a responder. El expresidente ni siquiera tiene obligación legal de acudir al Parlamento como establece el Estatuto de autonomía, pues no es cargo público ni forma parte del personal al servicio de las administraciones públicas que actúan en Cataluña.

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El motivo oficial por el que se cita a Pujol es para que “dé cuenta de los hechos admitidos sobre los fondos depositados en el extranjero sin cumplir las obligaciones fiscales y de su comportamiento durante el ejercicio de la presidencia”. Ese enunciado permitirá un inmenso número de preguntas a Pujol de los partidos de la oposición.

La comparecencia fue solicitada por todos los grupos de la cámara, excepto CiU, el pasado 29 de julio, cuatro días después que Pujol confesara que su familia había regularizado unos fondos en el extranjero procedentes de la herencia que recibió al morir su padre en septiembre de 1980. El pasado 2 de septiembre los nacionalistas se sumaron a la petición para que Pujol acudiera y faltaba por fijar la fecha, que es lo que se produjo ayer.

En un comunicado sin precedentes, Pujol pidió “perdón” por el “error” cometido en la gestión de ese legado y admitió que las cantidades acumuladas en el extranjero por su esposa, Marta Ferrusola, y sus siete hijos, solo se habían regularizado “en los últimos días”, de modo que habían permanecido ocultas durante casi 34 años.

Aparte de la comparecencia del día 26 Pujol volverá a declarar en el Parlament en octubre si, como parece probable, prospera la creación de una comisión de investigación sobre el fraude fiscal en Cataluña que se votará el próximo día 2.

Por otra parte, Pujol ha devuelto la Medalla de Oro de la Ciudad de Tarragona tras habérselo reclamado expresamente el alcalde, Josep Fèlix Ballesteros (PSC). El expresidente también ha renunciado a los “honores y distinciones” que comportaba la condecoración, según fuentes municipales. La medalla le fue concedida por acuerdo unánime del pleno celebrado el 24 de noviembre de 2003. El alcalde de Tarragona reclamó la devolución de la distinción “para preservar el prestigio y el honor de las instituciones catalanas”, informa Mercè Pérez.

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