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El 72,9% de la basura de Madrid no se recicla y termina en los vertederos

La Comunidad está lejos de cumplir el objetivo europeo de 2020 Los ecologistas piden la recogida selectiva de la materia orgánica

Dos operarios separan manualmente la basura en Valdemíngomez.
Dos operarios separan manualmente la basura en Valdemíngomez.CARLOS ROSILLO

En la Comunidad de Madrid, algo tan cotidiano como tirar una cáscara de plátano a la basura contribuye a multiplicar el efecto invernadero. Puede sonar alarmista, pero es más real que la teoría del caos, por la que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en la otra punta del mundo. La consecuencia de mezclar residuos orgánicos y no reciclados es la emisión de metano nocivo. Y no se sufre al otro lado del planeta sino en los vertederos de Valdemingómez, Pinto, Colmenar Viejo o Alcalá de Henares.

El 72,9% de los residuos generados por los madrileños no se recicla y acaba en los vertederos según cifras de 2012. El motivo principal es la inexistencia del “quinto contenedor”, que solo debería recibir restos orgánicos y que ya se utiliza en otras comunidades, como Euskadi o Cataluña, y en muchos países de Europa.

En Madrid, ese recipiente funciona como un cajón de sastre al que van todos los residuos no reciclados, tanto los orgánicos como lo que no llega a los contenedores de papel, cristal y envases. Según el último informe de Ecoembes, organización que gestiona la recuperación y el reciclaje de los envases de plástico, el 91,7% de madrileños afirma separar sus residuos en los contenedores verdes, amarillos y azules. Una acción a todas luces insuficiente si no va acompañada de políticas eficientes con los residuos orgánicos.

Cifras y procesos

  • Biometanización. es el tratamiento de fermentación de residuos orgánicos para la producción controlada de metano, gas cuya combustión produce energía que puede ser reutilizada.
  • Compostaje. Proceso de transformación de la materia orgánica para obtener compost, un abono natural. De esta manera se reduce el uso de abonos químicos.
  • Incineración. Destruye los residuos por medio de alta temperatura. Elimina sobre todo los materiales orgánicos. Los ecologistas lo creen muy dañino para el medio ambiente.
  • Residuos totales generados en la Comunidad: 461 kilogramos al año por habitante (en 2011), según el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
  • Recogida selectiva. 19,5 kilogramos por habitante y año de papel y cartón; 12,6 kilogramos por habitante de vidrio; 21,7 kilogramos por habitante de envases.

“Los vertederos de Madrid se llenan cada año con millones de toneladas de residuos de la fracción resto, a los que no se da un tratamiento adecuado. Eso lleva a la colmatación de esos vertederos y a la producción de metano por los restos orgánicos, que multiplica por 25 el efecto invernadero respecto a las emisiones de CO2”, denuncia Ecologistas en Acción.

La Consejería de Medio Ambiente no se plantea una estrategia clara para frenar la abrumadora mayoría de residuos no reciclados que se amontona cada día en los vertederos de la región. Alega que es “una competencia 100% municipal, y deben ser por tanto los Ayuntamientos quienes decidan qué medidas tomar para cumplir las exigencias europeas”.

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La directiva comunitaria, que se traspuso en la Ley de 2011 de Residuos y Suelos Contaminados, marca el objetivo de que en 2020 el porcentaje reciclado sea al menos del 50%.

Según el Plan de Residuos Urbanos de la Comunidad de Madrid 2006-2016, el Gobierno regional ha dejado de gestionar la recogida y tratamiento de residuos, y esta función ha sido asumida en su totalidad por los municipios, que se agrupan en mancomunidades: la del sur, la del norte y la del este. En cuanto a la basura generada en la capital, tradicionalmente ha sido gestionada por el Ayuntamiento en su Parque Tecnológico de Valdemingómez, que cuenta con centros de tratamiento, biometanización y compostaje.

Pero no parece no ser suficiente para contener la llegada de residuos orgánicos y no reciclados (unas 4.000 toneladas diarias), de forma que el Ayuntamiento se plantea ampliar la capacidad del vertedero e incluso duplicar su capacidad de incineración.

“Una barbaridad”, opina Ecologistas en Acción, “porque quemar los residuos soluciona el espacio que ocupan, pero es la medida más perjudicial para el medioambiente y a largo plazo no sirve para nada”.

Para esta asociación, la gestión adecuada que permitiría cumplir con los objetivos europeos, al tiempo que aliviaría los vertederos, debe basarse en la recogida selectiva de la basura, con un contenedor dedicado exclusivamente a materia y orgánica, y una mayor inversión en plantas de tratamiento y reutilización.

La Comunidad reconoce que la cantidad de residuos que entra en vertederos es demasiado elevada. El director general de Evaluación Ambiental, Mariano González Suárez, declaró en una comparecencia a principios de este año que en 2012 fueron 1,8 millones de toneladas del total de 2,8 millones de toneladas generadas, “un porcentaje elevado y similar al de los años 1998 y 1999”.

El plan regional prevé que en 2016 los residuos de la fracción resto sean el 35% de los de 1995. A solo dos años, aún se está muy lejos, y en plena constitución de las mancomunidades, González Suárez deja esa responsabilidad en manos de los municipios: “Aún es una cifra importante y debemos seguir avanzando para que entren menos residuos en los vertederos para poder cumplir los objetivos, pero la tendencia es decreciente y las alternativas que hagan las mancomunidades nos permitirán cumplirlos”.

En cualquier caso, la Comunidad Madrid sigue aún lejos de cumplir con la directiva europea. “Para alcanzar esos objetivos, debe reducirse o incluso eliminarse la llegada de restos orgánicos a los vertederos, que hoy por hoy suponen el 50% del peso total, y tratarlos previamente para generar energía o compostaje”, asegura Ecologistas en Acción.

Mientras no sea así, tirar una cáscara de plátano a la bolsa de basura seguirá siendo una actividad altamente dañina con el medioambiente.

Incineradora parada por protestas

La crisis ha jugado a favor de los objetivos medioambientales: en los últimos años ha descendido notablemente la generación de residuos en Madrid, lo que ha dado cierto respiro a las previsiones más pesimistas en cuando a la colmatación de los vertederos. Pero eso no ha impedido que la mancomunidad del Este haya aprobado la instalación de un vertedero con planta de reciclaje en Loeches para sustituir al de Alcalá de Henares, al límite de su capacidad. Eso ha generado la movilización de vecinos y ecologistas, en especial cuando se planteó la opción —finalmente descartada— de instalar una incineradora por plasma, altamente dañina con el medioambiente.

“La Comunidad ha recibido más de 70 millones de euros de fondos comunitarios, y aún estamos muy lejos de cumplir con los objetivos de Europa. Han empleado mal esos fondos, y ahora dejan la patata caliente en manos de los municipios”, denuncia el Partido Socialista. El diputado regional de UPyD Gabriel López sí cree que las mancomunidades son la opción adecuada, pero opina que el Gobierno regional “no ha aplicado el sentido común al no establecer un régimen colaborativo más estrecho de la Administración autonómica con los municipios”.

La Comunidad justifica el trasvase de competencias “para que los municipios adquieran un mayor protagonismo e implicación en la gestión de los residuos, pudiendo decidir sobre las tecnologías a emplear para conseguir los objetivos previstos”.

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