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La EMVS intentará una venta masiva de pisos sociales para evitar su disolución

Ni con rebajas del 20% logra colocar viviendas a particulares Deberá desprenderse de más patrimonio del previsto En 2013 un fondo inversor le compró 1.860 casas

Edificio de viviendas protegidas en la plaza del General Vara del Rey.
Edificio de viviendas protegidas en la plaza del General Vara del Rey. LUIS SEVILLANO

Las principales empresas públicas del Ayuntamiento de Madrid, que gestionan la vivienda protegida, las actividades culturales, los teatros o el turismo, se encuentran en alerta roja por un desequilibrio financiero que, de no solucionarse con medidas urgentes, podría abocar a su liquidación.

En el caso de la Empresa Municipal de Vivienda (EMVS), que el año pasado vendió 1.860 pisos de alquiler social a un fondo de inversión para sobrevivir, se verá obligada ahora a cerrar otras operaciones extraordinarias para equilibrar su presupuesto. Pese a que todas sus viviendas están a la venta, y con descuentos de hasta el 20%, sólo ha logrado colocar a particulares la mitad de lo previsto.

IU pide potenciar el alquiler social

  • El líder de IU, Ángel Pérez,cree que el PP "lamina" la EMVS, obligándola a vender toda su cartera de viviendas. Para 2018, sólo ingresará seis millones por alquileres, añade, cuando únicamente los gastos de personal ya son el doble.
  • "IU apuesta por potenciar el alquiler social y vender pisos a precio de coste a ciudadanos y no a empresas que busquen lucrarse y no garantizar un derecho", concluye Pérez.

El draconiano corsé impuesto por el Ministerio de Hacienda a las empresas públicas —a las que obliga a dar beneficios pese a cumplir un servicio público que pueda ser deficitario— está dificultando la supervivencia de las sociedades municipales. Madrid Espacios y Congresos quebró en 2013. La Empresa Municipal de Transportes cerró el año con pérdidas de 21,5 millones de euros, lo que obliga ahora a tomar medidas extraordinarias para “anticiparse a la posibilidad de resultados adversos” este año, admite el Ayuntamiento, pues dos ejercicios en negativo son, según la Ley de Sostenibilidad de la Administración Local, casi garantía de liquidación.

Pero la situación que más preocupa es la de Madrid Destino —que gestiona cultura, deporte y turismo— y, sobre todo, la EMVS, que en otoño afrontó un plan de supervivencia a la desesperada y, pese a ello, en el primer trimestre ha sufrido fuertes pérdidas.

Ese plan de supervivencia incluía la venta de 1.860 viviendas sociales a un fondo de inversión a una media de 69.000 euros por unidad, prácticamente la mitad del precio oficial de los pisos protegidos. Obliga además a desprenderse del resto de su cartera de viviendas y suelo antes de 2018.

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Su consejero delegado, Fermín Oslé, ha reconocido que se están poniendo a la venta con descuentos del 20% sobre el precio tasado, pero el ritmo de colocación es incapaz de asegurar la supervivencia de la EMVS, que en sólo tres meses ha acumulado ya un desequilibrio de 25,8 millones.

La amenaza no es retórica: la fundación municipal de voluntariado se disolvió en febrero al entrar en pérdidas. El informe de la Intervención General del primer trimestre, al que ha tenido acceso EL PAÍS, concluye que la EMVS “no va a cumplir” su plan de salvamento. Debe ingresar 40 millones en 2014 por venta de viviendas, y la previsión de la Intervención es justo la mitad, 20 millones. Debe obtener seis millones por alquiler y sólo logrará 5,5. La venta de suelo sí funciona: sobre 74,5 millones previstos, obtendrá 82,3, gracias principalmente a unas parcelas en Arroyo del Fresno.

En cuanto a los gastos, sólo en el primer trimestre “ya ha superado el importe previsto de todo el ejercicio”, lo que lleva a prever un desequilibrio de 13,5 millones a final de año. Ese desvío responde, en parte, a las comisiones a comerciales por las ventas en Arroyo del Fresno (casi un millón de euros), que no estaban previstas.

Tampoco Madrid Destino está a salvo. Sus ingresos son un 4% inferiores a lo previsto porque sus negocios no marchan como deberían, aunque esa caída se ha visto amortiguada por la decisión de la alcaldesa, Ana Botella (PP), de no llevar a cabo un expediente de regulación de empleo, tal y como había previsto la empresa, lo que ha ahorrado el pago de indemnizaciones. Aun así, la Intervención prevé que la empresa cierre el año con 1,6 millones de pérdidas.

Las conclusiones del informe son perentorias: ambas empresas “deberían adoptar medidas adicionales que compensen estas desviaciones”, porque no cumplen las previsiones del plan de ajuste y, en el caso de la EMVS, tampoco las de su plan de salvamento.

¿En qué consistirán esas medidas? En el caso de la EMVS, deberá desprenderse de patrimonio que no tenía previsto enajenar.

Eso abre la puerta a nuevas operaciones extraordinarias de venta, puesto que el propio plan de supervivencia ya contempla de inicio que todos los pisos y el suelo disponibles están en venta.

A 1 de enero de 2013, la EMVS tenía 6.152 viviendas en alquiler con un valor contable de 333 millones y una renta anual de 13,5 millones. En julio se desprendió de 1.860 de golpe en la citada operación con un fondo de inversión.

Tenía además en venta 2.450 inmuebles (por valor de 213 millones) y 1,43 millones de metros cuadrados de suelo. Algunos de estos pisos los ha pasado a alquiler para poder rentabilizarlos.

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