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La fiscalía endurece las condenas que pide para los intermediarios de coca

El ministerio público solicita más de 10 años a varios correos de droga sorprendidos con 2,6 kilos en dosis

Mientras el gran tráfico de cocaína ha bajado la intensidad en las Rías Baixas, el escalón inferior de este negocio se mantiene en auge por el tirón de la demanda y se ha convertido en uno de los principales frentes policiales y de la fiscalía antidroga de Pontevedra. Los últimos casos abiertos contra distribuidores de cocaína en la provincia, la mayoría de ellos reincidentes, marcan la tendencia hacia un endurecimiento de las condenas solicitadas por el fiscal delegado Luis Uriarte para combatir el tráfico medio de estupefacientes. En uno de ellos incoado en Vigo, el ministerio público pide hasta seis años de prisión y multa de 27.000 euros para dos vendedores que acababan de pasarse 198 gramos de cocaína de la peor calidad (un 28% de pureza), valorados en 9.665 euros.

 C.H.C., alias Víctor, de Ponteareas, le acababa de vender a M.C.R. la citada cantidad para su posterior venta a consumidores de cocaína del municipio de O Páramo (Lugo). Ambos acusados cuentan con antecedentes penales por hechos similares. En otro procedimiento instruido en la localidad pontevedresa de Cambados, con cinco acusados, el fiscal solicita condenas de entre seis y 13 años y multas de 400.000 euros por la venta a un distribuidor de Cádiz de seis kilos de cocaína. La droga estaba cortada con otras sustancias y una vez reducida a pureza apenas superaba los dos kilos y medio de peso.

Teniendo como referencia que en marzo del año 2012, cuando se produjeron los hechos, el precio del kilogramo de cocaína con una pureza del 75% era de 36.000 euros, los seis paquetes incautados en esta redada por la Guardia Civil fueron valorados en 145.000, según el escrito de acusación de la fiscalía.

Los vendedores procesados en este procedimiento, F.G., vecino de Ponteareas, y J.V.R., de Cambados, concertaron el envío con A.C.C., de Vilagarcía. Los dos primeros iban delante en un vehículo cuyo cometido era avisar durante el trayecto de la posible presencia policial a A.C.C. que, a una distancia de 20 minutos de sus socios, conducía el coche que transportaba la droga que habían escondido en un habitáculo bajo la rueda de repuesto.

Cuando se encontraban cerca del municipio gaditano de Jimena de la Frontera, donde tenían que entregar la cocaína a un cliente y conocido distribuidor en la zona, J.G.F., fueron detenidos por agentes del Equipo contra el Crimen Organizado de Galicia de la Guardia Civil que los habían seguido y los estaban investigando en coordinación con el fiscal. En la misma redada también fue detenido A.G.C., de Lugo, otro vendedor que era abastecido por el vecino de Vilagarcía que transportaba la droga. A F.G. le fue intervenida una pistola semiautomática de 8 milímetros.

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