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Feijóo se desentiende de la crisis de Santiago y deja solo al alcalde

El presidente dice que Currás “es dueño de sus decisiones” y le niega apoyo público

Xosé Hermida
Feijóo y Currás, en un acto en Santiago, el pasado miércoles
Feijóo y Currás, en un acto en Santiago, el pasado miércolesÓscar Corral

Alberto Núñez Feijóo ha optado por huir del avispero en que se ha convertido el Ayuntamiento de Santiago. La interminable crisis municipal, jalonada de episodios inverosímiles, ha deteriorado de tal modo la imagen del PP en la capital de Galicia que Feijóo prefirió ayer desentenderse del caso y fiar cualquier solución a corto plazo a lo que decida el alcalde, Ángel Currás. Durante la comparecencia semanal del presidente, tras la reunión del Consello de la Xunta, los periodistas le preguntaron con insistencia si Currás debería dimitir por las dos imputaciones que acumula y después de que la renuncia de nueve de sus concejales le haya dejado sin gobierno local. Y Feijóo se escudó una y otra vez en la misma respuesta: “Es él quien debe tomar la decisión que considere oportuna. Es el dueño de sus decisiones”. Los informadores perseveraron con la misma cuestión, pero el presidente evitó en todo momento pronunciar la menor palabra de apoyo a un alcalde de su partido que vive desde hace más de un año con el agua al cuello y la situación empeorando cada día que pasa.

 Desde que la crisis estalló en Santiago, en abril de 2012, cuando la fiscalía denunció al anterior alcalde, Gerardo Conde Roa, por defraudar 291.000 euros a Hacienda, Feijóo se implicó de lleno en el asunto. Primero para convencer a Conde Roa de que dimitiese y al resto de los concejales para que aceptasen a Ángel Currás como sustituto. Cuando los conflictos internos del gobierno local amenazaron con una ruptura en el PP, Feijóo intentó una solución salomónica llevándose a la principal antagonista del nuevo alcalde, Paula Prado, como portavoz del partido en Galicia. Luego empezaron a amontonarse las imputaciones de concejales, a los que el presidente amparó para que siguiesen en sus puestos. Hasta que la pasada semana la condena por prevaricación de siete de los ediles, sumada a la dimisión de otros dos, empujó al abismo al gobierno local, con solo cuatro concejales de los 13 que necesita para mantener la mayoría absoluta.

Al presidente le pillaron los últimos acontecimientos en el otro extremo del mundo, de visita oficial en Japón, y ayer, cuando le tocó dar explicaciones públicas, optó por un desmarque en toda regla. Se limitó a mostrar su confianza en que finalmente Currás logre completar su gobierno —nombrará concejales no electos con personas ajenas a la corporación— lo que, según el presidente, debería bastar para garantizar la “estabilidad” y la aprobación de los presupuestos. A partir de ahí, Feijóo se quitó de enmedio. Dimitir o no es algo que debe decidir el propio Currás. Y la dirección del PP se limitará a actuar en el “momento oportuno”, en referencia a cuando toque elaborar las listas para las elecciones municipales de 2015, un mensaje que dejó entrever que Currás no optará a un segundo mandato.

Para esquivar el asunto, Feijóo se refugió en los problemas que viven los alcaldes socialistas de Lugo y Ourense, ambos imputados, y con un grave conflicto interno en el segundo caso. Resaltó además que mientras las imputaciones de estos regidores se han producido por “delitos” las de Currás —acusado de enchufes en el caso Pokémon y de acoso a un policía local— se refieren a “cuestiones administrativas”.

Pero el presidente volvió a dejar muestras de lo confuso de su doctrina sobre qué deberían hacer los políticos sometidos a acusaciones judiciales. Tras restar importancia a las imputaciones de Currás, Feijóo alabó la dimisión de la portavoz del PP gallego, Paula Prado, también implicada en el caso Pokémon por sus actuaciones cuando era concejal de Santiago. “Ha dimitido sin siquiera estar imputada y eso la legitima como una política absolutamente responsable”, destacó, antes de extraer una lección del caso: “Es la gran diferencia entre un político responsable y otro que no lo es tanto”.

Cada vez más abandonado por su partido, Currás se centra ahora en buscar personas de fuera de la corporación que le permitan completar el gobierno municipal y el grupo del PP. El alcalde ya ha cerrado algunas incorporaciones, como la del exárbitro de fútbol Raúl García de Loza, que hace años fue concejal en A Coruña y que asumirá el área de Deportes. Otro de los fichajes es el de la exdecana de la Facultad de Económicas de Santiago Maite Cancelo. Los periodistas preguntaron a Currás si se siente apoyado por el partido y si recibe presiones para irse. “Mire, por favor, no voy a contestar a esa pregunta. Y las presiones ya se verá dónde están”, fue toda su respuesta, según informa Europa Press.

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En defensa de la Monarquía

La reunión de ayer del Gobierno gallego aprobó una declaración institucional, leída por el presidente ante los periodistas, en defensa de la Monarquía y llena de elogios al rey abdicado y a su heredero. La figura de Felipe de Borbón, según expresó Feijóo, supone “una garantía de futuro de la Monarquía parlamentaria constitucional” y el relevo en la jefatura del Estado va a permitir que la Corona esté a partir de ahora “más próxima a las generaciones que están llamadas a tener un papel protagonista en la España del siglo XXI”. En la declaración no faltaron las alabanzas al papel de Juan Carlos I durante la Transición. Feijóo destacó que la Monarquía en España fue acogida con “escepticismo”, pero que su actuacióna lo largo de los años demostró que era la mejor solución.

Sobre las demandas de un referéndum para decidir entre Monarquía y República, apuntó que los ciudadanos ya decidieron hace 39 años. Y frente a los dirigentes socialistas que también reclaman esa consulta, se limitó a aplaudir la “enorme responsabilidad” de Alfredo Pérez Rubalcaba.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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