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El PSE aprovecha en la Margen Izquierda las denuncia por racismo contra Bergara

“No queremos ni la Europa machista de Cañete ni la racista del alcalde de Sestao”, dice López

El secretario general del PSE, Patxi López, y el diputado Eduardo Madina, al inicio del acto electoral celebrado este jueves en Barakaldo.
El secretario general del PSE, Patxi López, y el diputado Eduardo Madina, al inicio del acto electoral celebrado este jueves en Barakaldo.LUIS TEJIDO (EFE)

A dos días del final de la campaña electoral al Parlamento europeo, el PNV ha tropezado con su Cañete particular en el verbo racista de su alcalde en Sestao, Josu Bergara. Ha bastado la interesada difusión de una conversación grabada hace un año a este edil en la que repudia el empadronamiento de cinco familias inmigrantes para que manche la imagen de su partido a los ojos de una oposición ávida de aprovechar el error del rival. 

Los socialistas han exprimido sin demora el traspié de Bergara, denunciado por un delito de prevaricación por omisión con el agravante de racismo.  Apenas horas después de que el alcalde admitiera sus desafortunadas declaraciones contra los inmigrantes, a pesar de que antes de llegar a la alcaldía fue director de Igualdad de la Diputación de Bizkaia, Patxi López se ha apoyado en dos reclamos mediáticos de esta campaña que supuestamente favorecen a su partido. “No queremos ni la Europa machista de Cañete ni la racista del alcalde de Sestao”, ha dicho  el secretario general del PSE-EE en un mitin que se había ganado de antemano el interés en clave interna porque el cartel incluía también la presencia de Eduardo Madina, otro imaginable candidato para las primarias socialistas.

Además, al PSE-EE le ha acompañado el factor campo al cobijar las críticas al PNV en su feudo de Barakaldo, donde mantienen la alcaldía. Para ensanchar la mancha nacionalista en un tema tan sensible socialmente como la inmigración, el secretario general de los socialistas vizcaínos, José Antonio Pastor, se ha unido a la exigencia de dimisión de Bergara al entender que “no es digno de representar a este pueblo ni a ningún otro”.

Así las cosas, apenas ha habido tiempo para escrutar los comportamientos de López y Madina en sus respectivas intervenciones. Ambos, conscientes de las conjeturas, se han procurado todo tipo de complicidades en un ambiente distendido, consecuencia inmediata de la amistad que mantienen por encima de los cálculos personales de sus respectivas carreras políticas. Finalmente, Madina se ha podido incorporar a la dinámica de la campaña tras haber sufrido una ligera infección en una pierna que le impidió, de hecho, acudir el pasado domingo a la Fiesta de la Rosa, en Durango. Lógicamente, ninguno de los dos ha echo referencia alguna a cuestiones domésticas del PSOE.

En el caso de López, su discurso volvió a estructurarse bajo el esquema de su condición de ex lehendakari. Desde esa óptica, se dirigió directamente a Iñigo Urkullu para afearle que se está preocupando “más por el nuevo estatus y el soberanismo que por los parados”. El líder socialista le ha preguntado al lehendakari nacionalista “¿qué hay de los 180.000 parados vascos, de los 78.000 que han dejado de percibir su prestación, de los 20.000 afiliados menos a la Seguridad Social, de los 64.000 que han tenido que acudir a la Renta de Garantía de Ingresos, de los 1.000 desahuciados año...?”

Madina, por su parte, ha enmarcado su intervención de contenido ideológico pero en el ámbito de la política nacional con una proyección europea. “Un total de 24 de los 278 miembros de la UE están gobernados por partidos de derechas y es la Europa del alcalde de Sestao, de Rajoy, de Le Pen“, ha dicho antes de atribuir a los socialistas “los avances que Europa ha tenido”.

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