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Un jurado declara inocente al marido de la enfermera muerta en 2012 en Jaén

La fiscalía pedía para el único acusado 18 años por un delito de asesinato

Ginés Donaire
Jesús Arteaga Parras, durante el juicio.
Jesús Arteaga Parras, durante el juicio.JOSÉ MANUEL PEDROSA

Un jurado popular ha declarado inocente a Jesús Arteaga Parras, el hombre de Jaén acusado de la muerte de su esposa, Antonia González Osuna, una enfermera de 46 años que fue encontrada sin vida en su domicilio el 9 de octubre de 2012. Después de seis horas de deliberación, el jurado, compuesto por cinco hombres y mujeres, ha emitido un veredicto de no culpabilidad contra el único acusado.

“Yo no he hecho nada de lo que se está diciendo aquí”, fueron las últimas palabras que pronunció en el juicio el ahora declarado inocente, un conocido empleado de la Universidad de Jaén que ha estado arropado durante la vista por numerosos amigos y familiares. La propia familia de la fallecida se había mostrado confiada en la inocencia del acusado, llegando incluso a renunciar a cualquier indemnización durante la vista. No había acusación particular y los únicos cargos eran los de la fiscalía, que pedía para él 18 años de prisión por un delito de asesinato, una pena a la que se sumaba la acusación popular que ejercía el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM).

Antonia González fue encontrada con una jeringuilla clavada en una de sus muñecas, lo que hizo sospechar inicialmente que se trataba de un suicidio. Pero la autopsia reveló que podría tratarse de una muerte violenta y, varias semanas después, se detuvo a su marido. Sin embargo, después de ocho meses encarcelado, el único inculpado abandonó la prisión tras conocerse otro informe pericial en el que se rectificó la hora de la muerte de Antonia, algo que sintonizaba con las tesis de la defensa de Jesús Arteaga.

Precisamente, la contrariedad de los distintos informes forenses, el de la defensa y el de la fiscalía, centraron el protagonismo del juicio, celebrado durante tres días en la Audiencia Provincial de Jaén. La fiscalía sostuvo que Jesús Arteaga mató a su mujer golpeándola en la cabeza mientras ella dormía y asfixiándola después con un objeto blando, como una almohada. Todo ello avalado por los informes de los forenses del Instituto de Medina Legal de Jaén, que certificaron “sin ningún género de duda” que el cadáver de Antonia presentaba “numerosos signos de violencia”.

Sin embargo, la defensa descartó que Antonia muriera estrangulada al no apreciarse en el cadáver signos de violencia extrema. Para la defensa, Antonia murió en torno a las 23.00 o 0.00 del día 8, sin descartar que hubiera consumido Propofol. También descartó que la pareja se estuviera planteando su separación, como apuntaron algunas compañeras de la víctima que testificaron durante el juicio.

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