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Más de 200 familias piden plaza en 21 clases de valenciano suprimidas

Escola Valenciana marca "puntos negros" donde "se vulnera el derecho" a elegir lengua

Aspecto de la manifestación contra la supresión de aulas públicas el día 10 de mayo.
Aspecto de la manifestación contra la supresión de aulas públicas el día 10 de mayo. Mónica Torres

El proceso de admisión de alumnos en la Comunidad Valenciana refleja, una vez concluido el plazo de solicitudes, que al menos 210 familias han solicitado plaza en 21 unidades en valenciano de tres años suprimidas en la planificación del próximo curso, también conocida como arreglo escolar. Son los llamados 21 “puntos negros” por Escola Valenciana, en un estudio según el cual “el 97% de las escuelas” donde se habían eliminado unidades en valenciano (más de 100) la demanda de enseñanza plurilingüe en esta lengua supera a la demanda de enseñanza en castellano”.

 El informe sobre esos “puntos negros” refleja que el caso del colegio Ciutat de Cremona de Alaquàs, no es único. En este centro 20 familias, que habían solicitado enseñanza en valenciano para empezar a escolarizar sus hijos de tres años, se han quedado sin plaza porque la unidad de infantil ha sido eliminada. Un caso similar es el del colegio José García Planell, donde la Consejería de Educación había eliminado en el arreglo escolar una de sus tres unidades de primero de Infantil en valenciano y, como consecuencia de ello, 28 familias se quedan sin poder optar a enseñanza en valenciano en esta escuela.

En el caso del colegio La Sènia, en L’Alcúdia de Crespins, tras suprimirse el acceso a una línea en valenciano, queda otra en esta lengua y una en castellano. Ambas, con 27 plazas ofertadas. Solo dos familias han solicitado enseñanza en castellano, por 35 en la lengua de Joanot Martorell. Además, según informa Escola Valenciana, siete familias “han indicado que si hubiera enseñanza en valenciano llevarían a sus hijos a este programa educativo”. En el colegio Herrero de Castellón se suprime la línea en valenciano y se mantiene la de castellano, aunque la demanda de aquél dobla la de éste holgadamente.

La lista de 21 “puntos negros” incluye algunos centros donde la Administración se ha comprometido “verbalmente” a habilitar la unidad suprimida, es decir, autorizarla provisionalmente ante la demanda en valenciano existente. Es el caso del Ramiro Jover, de Valencia. En otros, el compromiso verbal consiste en convertir la unidad de castellano a valenciano, sin reponer la unidad suprimida. El caso de Teulada, es significativo: había tres unidades y se dejaron dos, una de ellas en castellano. Nadie ha pedido enseñanza en esta lengua.

Preguntada por el informe de Escola Valenciana, la consejera de Educación, María José Català, manifestó ayer que el arreglo escolar “no responde a un criterio lingüístico, responde a un criterio de número de niños”, informa Europa Press. “Después de la matriculación formal”, ha añadido, “quedará en evidencia si hay una demanda superior o no” y “si hay niños suficientes y hace falta”, se podrá “hacer la habilitación de unidades pertinentes”. Català ha insistido en el argumento de que la oferta de valenciano y castellano está equilibrada, en referencia a los colegios de los que es titular la consejería y dejando fuera el resto de centros sostenidos con fondos públicos.

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