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“Muchos miran y pocos compran”

Las librerías amplían la Noche del Libro del tradicional foco en la plaza de Callao al resto de barrios Los vendedores se lamentan por unas ventas flojas

Felipe Betim
Uno de los estands de la plaza de Callao este miércoles.
Uno de los estands de la plaza de Callao este miércoles.Carlos Rosillo

No es broma: por 19,95 euros se podía comprar los tres tomos del Diccionario Biográfico de España (1808-1833) en el estand de Bookcenter en Callao. Antes, valía 120. Pero calma, era solo en esta librería, que vende muchas obras descatalogadas al por mayor.

Las otras 20, que también llevaron este miércoles sus libros a esta céntrica plaza madrileña por segundo año consecutivo para celebrar la Noche de los Libros, ofrecían un 10% de descuento, como estaba previsto en el programa del evento organizado por la Comunidad de Madrid (PP) para conmemorar el Día Internacional del Libro. También como el año pasado, las ventas fueron “flojas”, según resumieron muchos de los libreros. Lo que sí fue novedad este año es que las obras no estuvieron solo allí: muchas librerías se movilizaron para llevar sus obras a las calles de sus respectivos barrios.

La intención era acercar a los vecinos a las librerías de sus barrios. Bajo el cielo, a veces azul, a veces nublado de Madrid, los libreros montaron estands en la plaza de Chamberí, en la calle de Ibiza, en la plaza del Teatro Valle-Inclán de Lavapiés, en la plaza de Cataluña, en la plaza de Prosperidad, en Príncipe de Vergara y en la plaza de Castilla. Desde mediodía hasta las diez de la noche, los libros estuvieron en la calle para quienes quisieran pararse a mirar. Y, con suerte, también comprar alguno.

En el distrito de Retiro, la idea fue de Esther, la dueña de la librería infantil Kiriku y la Bruja. Otras tres se sumaron a la iniciativa y llevaron sus libros al bulevar de la calle de Ibiza. Todos con un 10% de descuento. “Llevé las obras a la plaza de Callao el año pasado. Pero Madrid no es solo su centro, y cada barrio es único. Así que hablamos con la junta municipal de Retiro (PP), que nos autorizó este año a exponerlos aquí”, contó.

Pese al descuento del 10%, los libreros vendieron la mitad de lo esperado

Al ser preguntada sobre las ventas, la librera Cristina, de Topbooks, resumió entre risas: “Muchos miran y pocos compran”, dijo. “Necesitamos vender, pero lo más importante es que nos acerquemos a la gente del barrio. Que sepan que estamos aquí, que nos conozcan”, rebatió a su lado Esther.

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En la plaza de Lavapiés, junto al Centro Dramático Nacional, una decena de librerías del barrio también se juntaron para exponer allí sus libros. “Estuvimos en Callao el año pasado, y creo que nos interesa más estar aquí. No competimos con las grandes librerías, como la FNAC o La Central”, opinaba Toni, de La Marabunta. Paola y Noelia, dos jóvenes amigas que se pararon para mirar. Al final, no compraron ningun ejemplar: “Es que, pese al descuento de 10%, muchos libros siguen siendo caros. Sobre todo las novedades”.

No muy lejos, en la plaza de Callao, 21 librerías también montaron sus estands al raso. Algunas, por segundo año consecutivo, como la FNAC. Otras, como Generación X o Visor, por primera vez. Recibieron a miles de personas que suelen pasar a diario por allí por la tarde.

“Voy a aprovechar para comprar algo para mi nieta de cinco años. Le gusta mucho los libros”, dijo Angela con un ejemplar de El Principito en la mano. “Estaba de paseo y decidí comprar uno para mi mujer y otro para mi hijo”, comentó José al pasar con una bolsa de La Central.

Algunas librerías también llevaron sus obras a las calles de Lavapiés.
Algunas librerías también llevaron sus obras a las calles de Lavapiés.Carlos Rosillo

El número de transeúntes en la plaza variaba con la hora. Sobre las tres de la tarde no eran muchos. Tres horas después, cuando el escritor Salman Rushdie —autor de Los hijos de la medianoche y Los versos satánicos— llegó para firmar sus libros, había aglomeraciones en el lugar.

Independiente de ello, una vez más los libreros coincidieron en que las ventas fueron flojas a lo largo de todo el día. “La verdad es que esperábamos vender el doble”, admitió Carlos, de la Librería de Cuento. “Es una zona de paso importante, pero la venta es muy poca”, contó Victor de Generación X. “No hemos vendido mucho, pero creo está igual al año pasado”, resumió un vendedor de FNAC.

Lo importante es acercarnos a la gente del barrio Una comerciante en Retiro

La Noche de los Libros no se limitó a la venta de obras en la calle. Salman Rushdie también dio una conferencia en la Real Casa de Correos, acompañado por Gabriel Albiac y Juan Cruz, en uno de los principales eventos culturales del día. Jean-Christophe Rufin, Fernando Savater, Ian Gibson, entre muchos otros, también participaron en conferencias y mesas redondas a lo largo de la tarde.

La organización del evento no divulgó los presupuestos de la Comunidad de Madrid para la celebración de la Noche del Libro.

Aprovechando la fecha, el líder socialista en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, pidió más bibliotecas públicas y la creación de nuevos espacios públicos que acerquen a los ciudadanos a la cultura. Y reivindicó que la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital se pongan de acuerdo para que el carné de bibliotecas sea único.

Entre criticas y pocas ventas, lo que queda es la pasión por los libros: “Lo importante es que salgan a la calle. Que tengan visibilidad”, sostuvo el librero de Visor. “Solo quiero pasar mi afición a los vecinos del barrio”, resumió a su vez Esther, de Kiriku y la Bruja, en Retiro.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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