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Mas pide a la UE que ayude a dar con una “solución” para Cataluña

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, escenifica en Barcelona la falta de diálogo con la Generalitat

Artur Mas y su esposa, Helena Rakosnik.
Artur Mas y su esposa, Helena Rakosnik.marta pérez (efe)

La Generalitat continúa decidida a convocar sí o sí la consulta soberanista el 9 de noviembre. El Gobierno está igual de decidido a impedirla por todos los medios legales. Las vías de diálogo entre ambos están torpedeadas, como demostró ayer la visita de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que no incluyó contacto alguno con la Generalitat. En este ambiente de absoluto enquistamiento de la crisis independentista catalana, Artur Mas cree que la Unión Europea y la comunidad internacional acabarán jugando un papel importante para encontrar una salida. Así lo expuso ayer en un encuentro con periodistas extranjeros en Barcelona. El presidente pidió a la UE “que ayude a buscar una solución buena para todos”.

Mas quiso aprovechar el día de Sant Jordi, patrón de Cataluña, para relanzar la campaña internacional a favor de la consulta, después de que la UE insistiera la semana pasada en que la independencia implicaría que Cataluña quedara fuera de los tratados. Ante los corresponsales, Mas se mostró de nuevo confiado en que Europa acabaría aceptando la independencia. “Pido a alguien de la UE que nos diga si Cataluña no es una nación”, insistió.

Con todo, Mas no pudo obviar que la vía del diálogo con el Gobierno está completamente interrumpida y nadie espera ningún tipo de contacto con sustancia, al menos hasta después de las elecciones europeas del 25 de mayo. El presidente catalán no se verá con Mariano Rajoy, pese a que ambos coincidirán en Barcelona hoy. Tampoco Sáenz de Santamaría buscó conversación con representantes del Gobierno catalán. Al contrario, su visita a Barcelona por Sant Jordi generó malestar en CiU. Ramon Tremosa, candidato a la reelección en el Parlamento Europeo, tildó de “colonial” que la vicepresidenta no se viera con Mas. Y Jaume Ciurana, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, también le dio un poco cordial recibimiento: “Si tiene ocasión, ya que está aquí, que pasee por la ciudad, vea el estallido de catalanidad y que aprenda muchas cosas”, dijo en TV-3.

La vicepresidenta soslayó cualquier contacto político y se reunió con el Gremio de Editores. En el encuentro, que según los presentes no tuvo contenido político, se habló de la ley de propiedad intelectual, del IVA cultural y de las ayudas al libro en catalán. Santamaría tomó nota de las reivindicaciones de los editores y prometió afinar la lucha contra la piratería y mejoras en la fiscalidad. “Ha sido una sesión técnica, de trabajo, en la que se ha hablado del sector editorial y de los problemas del libro”, valoró el presidente del Gremio de Editores de Cataluña y delegado de Edhasa, Daniel Fernández. Los anfitriones agasajaron a Santamaría cumpliendo con la tradición de Sant Jordi: le regalaron un libro —Todo lo que hay que saber sobre la literatura catalana— y dos rosas. La reunión con Santamaría y el día escogido —la agenda la fijó la vicepresidenta— generó el rechazo de algunos editores catalanes, como Albert Pèlach, presidente de la Asociación de Editores en Lengua Catalana. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Pelach lamentó que Santamaría quiera tener “protagonismo” en un día en el que “los protagonistas son los libros y las rosas”.

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