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Beny Moré en el recuerdo

El cantante cubano Alaín Pérez protagoniza un homenaje a la estrella de la música popular

El músico cubano Alaín Pérez.
El músico cubano Alaín Pérez.

Se llamaba Bartolomé Maximiliano Moré, pero se hacía llamar Beny Moré, así, con una sola n. Nació en Santa Isabel de la Lajas, Cuba, en 1919; y murió en La Habana cuando aún no había cumplido 44 años. Sin embargo, con una n más añadida a su nombre artístico, es la máxima estrella de la música popular cubana del siglo XX, y puede que de lo que va de siglo XXI.

A Benny Moré (la inclusión de una n más se debe a un error en su lapida, pues en los discos que editó en vida nunca la hubo) le dedica otro cubano, Alaín Pérez, un merecido homenaje mañana al frente de una agrupación de 17 músicos, españoles y cubanos, que se hace llamar CMQ Big Band. El talento de Moré era inmenso y sus aspiraciones también. En los años treinta llegó a La Habana dispuesto a comerse el mundo. CMQ era la emisora musical más importante del momento (de ahí el nombre de la banda homenaje) y Beny no se perdía ni un concurso de jóvenes valores.

El espacio Corte suprema del arte le concedió su premio después de algún fracaso, y le valió para cantar de fijo en el programa cuando todavía a la isla no llegaba mucha música grabada. Y ahí empezó todo. El Bárbaro del ritmo, el Rey de son o el Sonero mayor de Cuba fueron los apelativos que enseguida le endosaron. Canciones como Santa Isabel de Las Lajas, Bonito y sabroso, Rumberos de ayer, Puntillita, Mangolele, Qué bueno baila usted, Dolor y perdón y tantas otras suyas o de autores ajenos, en clave de son, bolero, montuno, danzón, mambo o rumba le convirtieron en un ídolo de masas.

Horas y lugares

VIERNES: Marina Lledó, Berlín Café (Jacometrezo, 4), 22.00. 8 euros. Esfumato, Libertad 8, 21.30. 7 euros. SÁBADO: CMQ Big Band, Bogui Jazz (Barquillo, 29), 22.00. 15 euros. David Sancho, Berlín Café. 23.30. 8 euros. Fran Fernández, Libertad 8. 22.30. 8 euros.

Sus canciones fueron también inspiración para la conversión de Santiago Auserón en Juan Perro cuando dirigió, en los noventa, una colección de discos Semilla del son, que rescató otras figuras olvidadas y desaparecidas como Arsenio Rodríguez o Trío Matamoros y abrió caminos a viejas glorias vivientes (entonces) como Compay Segundo, Bebo Valdés o Eliades Ochoa. El bajista y cantante Alaín Pérez canta con una tesitura muy similar a la de Moré. En esas, ha armado la CMQ Big Band para repasar mañana las canciones que Beny Moré popularizó en la Cuba precastrista al frente de su Orquesta Gigante y otras formaciones igual de influyentes.

Pero en este fin de semana de pasión, también se puede disfrutar de la música de evocaciones brasileiras. La joven Marina Lledó la aborda hoy mismo con un cuarteto de jazz y bossa nova que lidera su propio padre, Arturo Lledó, el guitarrista español que pasó su adolescencia en Brasil y se trajo toda su sonoridad y ritmos. Él le contagió el amor por esa música y ella le siguió, eso sí intercalando también canciones de su propia cosecha.

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El swing toma vida a la española con David Sancho que, en su proyecto Sancho & Swing, intentar emular al viejo Rat Pack (Frank Sinatra, Sammy Davis Jr y Dean Martin) o al más reciente Michael Bublé para recrear canciones conocidas en ese tono crooner y adobadas de ecos latinos.

Libertad 8 sigue siendo el templo madrileño de los cantautores, y le da igual que sea Semana Santa o cualquier otra fecha de abandono. Hoy entona ahí sus canciones Esfumato, en realidad, el proyecto personal de Enrique Amigó, que se dio a conocer hace unos años con el grupo canario ya desaparecido La Casa del Conde; y mañana será el granadino Fran Fernández.

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