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La soledad de Trias le obliga a suavizar la ordenanza de animales

El Gobierno municipal aprueba hoy otro texto con cambios de PSC y ERC La norma permite dar comida a las palomas y aplaza la prohibición de llevar perros sueltos El Ayuntamiento promete ampliar los espacios donde los perros puedan ir sueltos

Un perro juega con una pelota en un espacio público de Barcelona.
Un perro juega con una pelota en un espacio público de Barcelona.

La ordenanza de animales que aprobará el Ayuntamiento de Barcelona no será tan ambiciosa como le hubiera gustado al alcalde de Barcelona. Las críticas de los partidos de la oposición —tan necesarios para el alcalde Xavier Trias, que está en minoría en el pleno— han obligado a mover ficha al Gobierno municipal, que hoy aprobará de manera inicial el nuevo texto, según el concejal de Presidencia y Territorio, Jordi Martí (CiU)

Durante la semana pasada, el Gobierno negoció con los diferentes partidos y ha conseguido acercar posiciones con PSC y ERC, que ahora mismo estarían entre la abstención y el voto a favor. Fuentes de los dos partidos explicaron que están a la espera del redactado final.

Uno de los principales cambios que ha introducido Martí, es ofrecer una moratoria de un año a la prohibición de llevar el perro suelto, una práctica que iba a ser sancionada con 1.500 euros. La medida quedará de esta manera a merced del próximo Gobierno municipal.

Otra prohibición que ha desaparecido del texto es la de dar de comer a cualquier animal, como las palomas, en la vía pública. La voluntad del gobierno era sancionarlo con multas de hasta 750 euros pero finalmente lo han suprimido. Los ciudadanos podrán seguir alimentando a los animales siempre y cuando cumplan “con unos mínimos de higiene y limpieza”, según Martí.

Los dueños de los animales se organizan para pedir mejoras en algunos barrios

El último gran cambio afecta a las sanciones, que se reducirán prácticamente a la mitad. Todos los partidos habían coincidido en que la cuantía de las multas era desorbitada.

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Tras la aprobación inicial de hoy, el texto pasará a exposición pública y durante un mes los ciudadanos podrán presentar enmiendas. La votación final será en el pleno del mes de junio.

 El anuncio que hizo el Ayuntamiento a principios de marzo de que multaría a los dueños de los perros que vayan sueltos provocó una gran polémica, ya que en muchos barrios no hay suficientes espacios donde dejarlos libres. Es el caso del parque de la Estació del Nord, donde los dueños de los perros se han organizado para criticar la mala ubicación y la falta de mantenimiento del Pipican que hay en el parque.

La Comunidad Canina Estació del Nord reclama un nuevo espacio más grande y que no esté debajo de un puente como el actual, ya que esto provoca cierta inseguridad, denuncian. Además, tienen que compartir el espacio con las personas sin recursos que se cobijan allí para pasar la noche.

Para solucionar este caso, que es exportable a muchos otros barrios, el concejal Jordi Martí ha pedido “a los concejales de los diez distritos que busquen nuevos espacios o que estudien como ampliar los actuales”, explicó.

“La moratoria para llevar el perro suelto no servirá de mucho porque en un año todavía no se habrán abierto los nuevos espacios”, criticó ayer Janet Sanz, de ICV-EUiA. Su formación está dispuesta a llegar a acuerdos con el Gobierno local pero, denuncia, todavía no ha tenido acceso a los cambios del texto, que solo conoció tras la llamada de este diario.

Tampoco las conocen desde el Partido Popular. El concejal Òscar Ramírez considera que la ordenanza actual ya es suficiente: “El problema es que no se aplica”, criticó. La ordenanza actual permite llevar el perro suelto solo en el caso de que no cause molestias y siempre que el dueño lo esté controlando y pueda demostrar que si lo llama, el animal obedece. “Consideramos que incluso se podrían incluir nuevas excepciones, como permitir dejar al perro suelto a según qué horas”, declaró Ramírez.

Los dos partidos con los que cuenta el gobierno para desencallar la ordenanza son Unitat per Barcelona (marca de ERC en la ciudad) y el PSC. Los socialistas han estado negociando con CiU y están a la espera de comprobar si en el redactado final se han incluido sus enmiendas. Unitat per Barcelona ha presentado hasta 45 alegaciones, 16 de las cuales se han aceptado y 16 se han rechazado. El resto están a la espera del informe jurídico. ERC quiere garantizar que la ordenanza “mantendrá a Barcelona como referente en política animalista”, según la formación.

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