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A Santiago le crece un Gamonal

Vecinos de la calle Galeras rechazan que el gobierno local ceda parte de un parque a un aparcamiento privado a cambio de que construya una rotonda

Cruce de la calle Galeras en la que el Ayuntamiento de Santiago pretende ejecutar la rotonda.
Cruce de la calle Galeras en la que el Ayuntamiento de Santiago pretende ejecutar la rotonda.OSCAR CORRAL

Ocupado como está en defenderse de múltiples imputaciones, al gobierno local de Santiago le crecen los enanos en la gestión diaria. La última polémica urbanística de la ciudad no se debe a una gran obra o recalificación sino a la decisión del ejecutivo municipal de ceder un pequeño espacio público a un aparcamiento privado. La operación ha puesto en pie de guerra a los vecinos de la calle Galeras, que ya hacen bromas con la similitud del nombre con el del barrio burgalés de Gamonal, en el que la protesta ciudadana logró paralizar la construcción de un aparcamiento subterráneo.

El malestar vecinal en Galeras lo desencadenó la autorización otorgada por el Ayuntamiento a un aparcamiento privado para construirse una nueva entrada ocupando parte del principal parque del barrio. No será más que un carril de acceso con su correspondiente rampa, de unos 30 metros de longitud. Ocupará menos del 1% de un parque de unos 40.000 metros cuadrados, pero es un espacio público que los vecinos no están dispuestos a entregar a manos privadas.

El Ayuntamiento argumenta que el terreno en cuestión, a diferencia del resto del parque de Galeras, no está catalogado como zona verde, tipo de suelo en el que están prohibidas las cesiones, sino como zona libre, en el que sí se permiten. Esa era, sin embargo, la catalogación en el Plan de Urbanismo previo al actualmente vigente, de 2008, en cuyos planos la parcela ya no se diferencia del resto del parque y se identifica todo como zona verde. Pero el Ayuntamiento argumenta que la normativa del plan actual debe prevalecer sobre los planos y que en ella se mantiene la catalogación como zona libre y no verde que se establecía en planes parciales anteriores.

La discrepancia será ahora resuelta por la Justicia, después de que la Fiscalía de Medio Ambiente admitiese a trámite una denuncia de los vecinos contrarios a la obra. Vecinos que cuentan con el apoyo de la oposición —el BNG incluso preguntará a la Xunta por la operación—, lo que a su vez ha desatado las críticas del gobierno local hacia el bipartito anterior. “Es indecente que una concejala que aprobó el Plan Xeral [por la socialista Mercedes Rosón] se manifieste contra actuaciones previstas en él”, critica la concejala de Urbanismo, la popular María Pardo.

La argumentación de fondo que lleva al Ayuntamiento a apoyar la operación se basa en que, a cambio de la cesión de ese espacio público, la empresa del aparcamiento acometerá gratis una nueva rotonda necesaria, a su juicio para reordenar el tráfico y peatonalizar otros viales del barrio. Pero construir la rotonda obligará a trasladar los contenedores soterrados y la parada del autobús allí instalados hace apenas cuatro años, cuando se reurbanizó la calle por última vez. La operación, publicita el Ayuntamiento, supondrá una inversión a cargo de la empresa privada de 766.000 euros.

Pero los vecinos niegan la mayor y creen que la rotonda y el caro traslado de servicios solo son necesarios para facilitar el nuevo acceso al aparcamiento, ya que el tráfico se podría cambiar simplemente modificando los semáforos que ya existen en la zona. Cada sábado, encabezados por las asociaciones Río Sarela y Aqualume, los contrarios a la obra se concentran junto al parque que quieren salvar, ya vallado y deteriorándose pero de momento con las obras paralizadas a la espera de un permiso.

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Las protestas se producen a pocos metros de la conocida como Finca do Espiño, cuya turbia recalificacíón está ahora aflorando en las escuchas de la Operación Pokémon que tanto preocupan al gobierno local. Aquella actuación, ahora judicializada y que pretendía levantar viviendas de lujo donde se preveía un geriátrico, se paró también tras protestas de los vecinos. Y eso es lo que intentan repetir ahora con la rotonda de Galeras. Como en Gamonal.

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