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Urkijo ve un “déficit” en área de víctimas

Achaca este desequilibrio a que él, asesor en la Secretaría de Paz y Convivencia en este terreno, ha sido apartado paulatinamente de las reflexiones y las decisiones

Maixabel Lasa y Txema Urkijo, esta mañana tras la rueda de prensa en Vitoria
Maixabel Lasa y Txema Urkijo, esta mañana tras la rueda de prensa en VitoriaL. RICO

Rodeado de estanterías repletas de libros y bajo la atenta mirada de Maixabel Lasa, el exasesor del Gobierno vasco en materia de víctimas, Txema Urkijo, se ha despedido de su cargo hablando claro y con palabras de respeto y agradecimiento hacia el lehendakari, Iñigo Urkullu. En una rueda de prensa celebrada en la comisión antisida de Vitoria -"una entidad ciudadana" que ha dado voz a una persona que desde ayer es "un ciudadano"-, Urkijo ha insistido en que los problemas que han generado su cese son de relación y de metodología de trabajo en el grupo que compone la Secretaría General de Paz y Convivencia, configurado en enero de 2013 de manera que se produjera un "equilibrio" entre su responsable, Jonan Fernández, y el propio Urkijo.

Esas diferencias han hecho que él sea "apartado" del proceso de reflexión y toma de decisiones, por lo que "las iniciativas que me corresponden pierden relevancia" y se ha producido "un déficit en la política del Gobierno" en materia de víctimas, precisamente un ámbito que "debería haber intensificado". Aunque ha resaltado no haberse sentido utilizado, sí ha considerado que la forma de trabajar de la Secretaría se ha basado en la jerarquía y en decisiones tomadas de antemano.

Urkijo ha señalado que "prácticamente desde el principio" se produjo una "pérdida de confianza mutua". La situación ha llevado a un "ostracismo de la parte más débil" del equipo, ha explicado en referencia a sí mismo, y ha indicado que fue apartado de él, sin que se le facilitara información y sin que pudiera participar en el proceso de gestación de iniciativas. En el plan de paz, ha llegado a reconocer, participó como cualquier otra asociación, haciendo alegaciones.

El resultado de esta situación ha sido que se ha producido "cierto escoramiento del equilibrio esperado por el lehendakari" al configurar el área de Paz y Convivencia. Un escoramiento que después ha explicado que no es porque se haya puesto todo el peso en la otra parte de la balanza, sino porque el encargado de la de víctimas había sido apartado. En consecuencia, ha habido "algún tipo de déficit en la política del Gobierno" en materia de víctimas, ha resaltado. En el turno de preguntas, ha planteado que quizás "falta un gesto de este Gobierno con las víctimas del terrorismo que sea relevante y notorio".

El exasesor ha insistido, en línea con el comunicado del Gobierno de ayer, en que la no entrega de una carta del recluso de la vía Nanclares, Kepa Pikabea, a una víctima del terrorismo, Miguel Ángel Madariaga, no guarda relación con la destitución y ha lamentado que en la "comunicación" que se ha realizado sobre lo sucedido por parte del Ejecutivo se ha "contribuido" a que las "especulaciones" se dirijan a este hecho concreto pese a que los responsables ya conocían los detalles de lo ocurrido. La petición de cese lanzada por Covite a raíz de este suceso es "circunstancial", ha insistido, con lo sucedido esta semana en el seno del Gobierno. En todo caso, Urkijo ha señalado que no entregó la carta a Madariaga cuando el abogado de Pikabea se la facilitó porque el recluso pedía que no se hiciera "ningún circo mediático" sobre esta cuestión. "Valoré las condiciones de discrección y no tuve que pensar mucho; en 24 horas la carta estaría en los medios de comunicación". Sabía, ha remarcado, que Covite utilizaría los "focos públicos". 

En todo caso, ha mostrado su "respeto" a la petición de dimisión de la asociación, pero ha resaltado que tiene la "conciencia tranquila", aunque no tiene "problema en reconocer un error". Con su marcha, Urkijo ha dicho "entender" que las víctimas encuentren un "problema de interlocución" después de muchos años con él como intermediario, pero ha restado importancia a esta cuestión y ha dicho que la atención a las víctimas está "por encima de las personas".

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Urkijo ha querido recordar a quienes le han apoyado durante los doce años que ha contado con cargos en la administración, como Rafa Larreina, Javier Balza, Rodolfo Ares e Iñigo Urkullu, así como a los funcionarios y las asociaciones con las que ha trabajado, con una especial mención a las otras dos personas con las que compartió la Dirección de Atención a Víctimas, Maixabel Lasa y Jaime Arrese. Sus palabras también se han dirigido a las víctimas, tanto a las de "todos los terrorismos" como a las "víctimas de vulneraciones de derechos humanos igualmente injustas". El exasesor ha tenido buenas palabras en todo momento para el lehendakari, al que ha deseado buena suerte porque de la "buena gestión va el éxito del Gobierno y el futuro de paz y convivencia de este país" en un "momento complicado". Asimismo, ha puesto en valor que Urkullu ha sido "muy claro" con respecto a su apoyo a la vía Nanclares, en cuya creación participó Urkijo.

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