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La vicepresidenta Lourdes Cavero deja su puesto en la patronal madrileña

La esposa del presidente regional no quiere ser un "obstáculo" en las elecciones de la CEIM

Ignacio González, junto a su esposa, Lourdes Cavero.
Ignacio González, junto a su esposa, Lourdes Cavero.luis sevillano

La Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) ha hecho pública la dimisión de su número dos, Lourdes Cavero, a la que en círculos empresariales e incluso desde la cúpula del Partido Popular regional se la criticaba por personificar el supuesto control que la Comunidad ejerce sobre la patronal a través de ella, esposa del presidente autonómico, Ignacio González (PP). Fuentes próximas a Cavero han indicado que no desea ser “obstáculo ni excusa” para descentrar la campaña electoral en la patronal madrileña, que el próximo 24 de marzo decidirá entre dos candidatos por primera vez en sus 36 años de historia.

El actual presidente, Arturo Fernández, convirtió a Cavero en su mano derecha hace tres años, además de nombrarla como la única de los 19 vicepresidentes con derecho a sueldo (120.000 euros). “Es una colaboradora especialmente efectiva”, dijo de ella hace unos días. Su contendiente en estos comicios, Hilario Alfaro, había adelantado que no contaría con ella en caso de ganar la presidencia, para asegurar así la máxima independencia respecto del Gobierno regional.

Incluso en la cúpula del PP regional y de la Comunidad se ha admitido a este diario que las reuniones en la dirección de la CEIM eran “un paripé” porque los asuntos delicados que pudieran tener relación con el Gobierno regional se trataban “en los pasillos”, cuando Cavero no estaba.

Dentro del PP madrileño era un secreto a voces que su permanencia en el cargo se había convertido en un problema para González, al “perjudicar” su imagen. En círculos empresariales se veía en cambio como un problema para Fernández, al minar “su credibilidad” dentro de la CEIM.

Uno y otro problema dejaron de existir este lunes, cuando la patronal anunció la decisión de Cavero de dejar el puesto, que supuestamente comunicó oficialmente el pasado viernes, aunque la CEIM no lo hizo público hasta hoy.

En su escrito, Cavero agradece a Fernández y al resto de la directiva “el pleno apoyo brindado en todo momento durante estos casi tres años de dedicación plena a esta casa”. Expresa, además, su respaldo cerrado al actual presidente “en los retos y acontecimientos que CEIM debe abordar en los próximos meses”. Fernández defendió el domingo a su número dos en EL PAÍS: “Es una profesional como la copa de un pino”.

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“Que nombraran a su marido presidente regional no es una desgracia”, añadía Arturo Fernández, que cuando colocó a Lourdes Cavero como su mano derecha Ignacio González ya era vicepresidente regional; la presidenta era Esperanza Aguirre (todavía líder del PP madrileño), de la que el empresario se “honra” de ser muy amigo. “Cavero está incómoda porque están cuestionando su profesionalidad”, proseguía Fernández, que avanzaba ya la posibilidad de que pudiera dejar su puesto antes de las elecciones.

Por su parte, su contendiente, Hilario Alfaro, le ha conminado a “explicar qué ha sucedido”. “Algo grave ha debido de pasar cuando Cavero formaba parte de la candidatura de Fernández desde hacía tiempo y de repente se marcha”, ha añadido. En su opinión, este episodio “enrarece” las elecciones, “en las que se debería hablar sólo de programa y del futuro de CEIM”.

González ha negado que el Gobierno regional tenga ningún papel en las decisiones de la patronal madrileña: “Nosotros no tenemos ni participación, ni influimos absolutamente nada. Nos mantenemos al margen, como es lógico y las decisiones que toman sus miembros son todas respetables para nosotros”. Y ha añadido, según informa Europa Press, que “no hay ninguna cuestión que afecte en este sentido al Gobierno de la Comunidad”, desligándose así de la decisión de Cavero.

Tanto González como Aguirre, además de la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes (PP), y el presidente del Congreso, Jesús Posada (PP), arroparon a Fernández en la presentación de su candidatura, hace dos semanas en el hotel Ritz. Entonces, Juan Rossell, presidente de la patronal española (de cuya dirección forma parte también Fernández), echó un capote al empresario madrileño al defender la necesidad de mantenerse “próximos a los partidos en el Gobierno, que son los que pueden hacer reformas”.

En el PP, entienden que la dimisión de Cavero “tenía que suceder antes o después”. Según voces de peso, González se estaba viendo “perjudicado” sobre todo porque su mujer era la única vicepresidenta de la directiva que cobraba y no precisamente un sueldo magro. Corría así el riesgo de convertirse en el “talón de Aquiles” del presidente regional, máxime cuando Cavero está imputada por un presunto delito fiscal y de blanqueo de capitales en el caso del ático de lujo que la pareja disfruta en Estepona (Málaga). Otras fuentes del Gobierno regional destacan la “contundencia” y “capacidad de reacción” de González, dando por hecho que la decisión de Cavero es en realidad suya.

El secretario general del PSM, Tomás Gómez, ha afirmado que a Cavero “le ha costado dimitir”. “Ya hace muchos meses que tenemos informaciones muy negativas de los juzgados, diciendo que hay una investigación acerca del blanqueo de capitales”, ha añadido, en referencia al caso del ático. “Ha costado que saliese de la dirección de la patronal”, ha señalado, pese a que, en su opinión, “no es normal que la esposa del presidente de la Comunidad ocupe un alto cargo de dirección” de CEIM.

“La dimisión de Cavero no acaba con la constatación de contar con una patronal que, más que defender a la pequeña empresa, es un mero apéndice en manos del Gobierno regional”, ha expresado el coordinador general de IU en Madrid, Eddy Sánchez.

El secretario general de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez, ha señalado sobre la dimisión: “Los caminos del Señor son tortuosos”. Y ha lanzado una crítica, en este caso personalmente contra Fernández, al señalar que estar imputado en el caso Bankia (lo está como representante de los empresarios en la entidad financiera) “no son las mejores prácticas” para concurrir a las elecciones.

Fernández se ha defendido recordando que los estatutos de CEIM no impiden a un imputado presentarse como candidato. Su contendiente, Hilario Alfaro, ha prometido cambiar los estatutos en caso de ganar las elecciones.

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