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consulta catalana 2014

Mas admite que Cataluña sería expulsada de la UE con la independencia

El presidente catalán aboga por un "régimen transitorio" para seguir en las instituciones europeas en una entrevista con el diario italiano 'La Repubblica'

Artur Mas cerrará 2013 este lunes con un mensaje televisado a los catalanes en el que el presidente de la Generalitat planteará las bondades de la consulta soberanista que pretende convocar para el 9 de noviembre de 2014. Las consecuencias negativas salieron a relucir ayer en una entrevista publicada por el diario italiano La Repubblica. En sus respuestas, Mas admite que Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea en caso de secesión, una posibilidad que había negado hasta ahora. "He considerado que en un momento inicial, entre el referéndum y la proclamación de la independencia, podríamos quedarnos fuera de Europa. No del euro, de la Unión. Sería una lástima, porque nosotros queremos seguir en la UE", dijo. En caso de secesión el presidente catalán buscará una alternativa fuera de los tratados para que Cataluña pudiera permanecer como socio comunitario. "Sería necesario encontrar un régimen transitorio para evitar la expulsión de la UE. De todos modos, solicitaremos un reingreso. Nosotros queremos estar en el euro, en la Unión, en Schengen y en la OTAN", aclaró.

El presidente catalán prometió en septiembre que la comunidad continuaría en el euro —adoptar la moneda no es una decisión unilateral de cada Estado—, aunque ello suponga perder toda capacidad de decisión sobre las divisas. En ese momento, evitó aceptar el mensaje que le ha llegado en reiteradas ocasiones de Bruselas: que la independencia de Cataluña significaría, automáticamente, la exclusión del nuevo Estado de la Unión. Mas rehuía el tema de la UE argumentando que, por el peso de la economía catalana, Europa terminaría aceptando Cataluña. La discusión es clave para las posibilidades de prosperar del independentismo porque el 'sí' pierde muchas opciones de ganar si supone la exclusión de Europa, según la mayoría de los sondeos.

Las presiones son fuertes. Los Estados soberanos no quieren problemas si los pueden evitar" Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña

La resignación de Mas con la UE no solo llega al discurso, también en los hechos: el presidente tuvo que aparcar su intención de incluir una mención a Europa en la consulta, que finalmente constará de dos preguntas: "¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? ¿En caso afirmativo, quiere que este Estado sea independiente?".

El presidente catalán confiaba también en la UE como garante de que el referéndum se celebrara en Cataluña, pero en la entrevista, realizada el día de Nochebuena, reconoció que su objetivo es difícil. "Las presiones son fuertes. Los Estados soberanos no quieren problemas si los pueden evitar". Sin embargo, espera que el precedente de Escocia —votarán su independencia el 18 de septiembre en un referéndum acordado con el Reino Unido— sirva para que la UE sea más comprensiva con el proceso catalán.

Otro escollo en el proceso soberanista que reconoce Mas en la entrevista es el empresariado. La patronal catalana está en contra de la consulta y aboga por una solución dialogada. Preguntado sobre el sector bancario, Mas fue claro: "A los bancos no les interesa la política, lo que buscan es la solvencia. En el mundo de los negocios no existen los ideales, existen los intereses", lamenta. El presidente de la Generalitat cree que podrá convencer a los bancos con sede en Cataluña de las bondades de la independencia por el peso de la economía catalana.

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Mas convocará formalmente en septiembre la consulta, pero sobre su mesa ya está el plan b para cuando el Gobierno central impugne el referéndum: el líder catalán verbaliza todavía la confianza en que la votación se celebre — "el referéndum se hará y los catalanes ganarán. Veréis"— pero plantea abiertamente la alternativa. "Iremos a elecciones anticipadas", explicó Mas, que añadió que se presentará a esos comicios. "Creo que por poco tiempo, después del proceso, tendré que seguir (al frente)". El presidente catalán siempre ha ligado su suerte al desarrollo del proceso soberanista, y así lo expresó en la entrevista: "Creo que dejaré pronto la política. Como máximo estaré otro mandato más".

Mas se esmeró en rechazar las comparaciones con la Liga Norte italiana. Para justificar la secesión, combinó los argumentos económicos con la necesidad de "respeto" de los catalanes. "Vivimos en condición de inquilinos de un casero hostil (el Estado español). Simplemente no aceptamos ya estas condiciones, son injustas", apuntó. Y apostilló que ninguna oferta que plantee el Gobierno central cambiará su objetivo: "La estación política del intermediario ha acabado. Después de un referéndum tendremos que negociar cómo nos separamos siendo buenos vecinos".

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