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El PP vuelve a tener problemas con la moción de censura de Orihuela

La coalición CLR-Claro envía a Mancebo y López Bas al grupo de los no adscritos por pactar

Los ediles Mayoral y Houliston, a la derecha, en el Ayuntamiento de Orihuela
Los ediles Mayoral y Houliston, a la derecha, en el Ayuntamiento de OrihuelaDavid Rodríguez

El tercer intento de moción de censura en Orihuela está en el aire y tiene visos de acabar en los tribunales. La coalición CLR-Claro, que en las pasadas elecciones municipales obtuvo cuatro concejales, saltó ayer por los aires hasta el extremo de dejar casi en punto muerto la moción de censura suscrita la semana pasada entre el PP y dos concejales del CLR. La moción para desbancar al alcalde, Monserrate Guillén, de Los Verdes, está previsto que se debata y vote el próximo día tres de enero.

La junta directiva de CLR-Claro, que reunió a cinco de sus ocho miembros, acordó la expulsión de los ediles Pedro Mancebo y Juan Ignacio López-Bas, que firmaron la moción de censura contra el gobierno del PSPV y Los Verdes.

La paradoja de la operación es que la dirección de la coalición está integrada precisamente por otros dos ediles, Asunción Mayoral y Bob Houliston, que ya fueron expulsados del grupo municipal del CLR y enviados al grupo de los no adscritos en agosto pasado por Mancebo y López-Bas tras haber firmado ellos una primera moción de censura, junto con el PP, para llegar al poder. En aquella ocasión el secretario municipal informó de que los ediles que habían sido expulsados del partido con el que concurrieron a las elecciones y por el que fueron elegidos no podían firmar una moción de censura. Ahora la historia se repite, pero al revés, con muchas más incógnitas y con los mismos protagonistas pero con los papeles cambiados.

La concejal Asunción Mayoral, de CLR-Claro, argumentó el expediente de expulsión en que estos ediles “no han tenido un comportamiento acorde con los principios que inspiraron la coalición” y han actuado al margen de la misma. Mayoral y Bob Houliston, edil no adscrito, líder de Claro y que se enfrentó también hace unos meses con los dos concejales expulsados ahora, recalcó que Mancebo y López-Bas al pasar al grupo de lo no adscritos, y por consiguiente su firma no valdrá el día de la moción. La dirección de CLR-Claro presentó un escrito al secretario del Ayuntamiento y al alcalde notificando la expulsión de estos ediles. Una medida de la que se podría dar cuenta en el pleno ordinario que se celebrara hoy viernes. Si el secretario decide no informar, será la mesa de edad, que preside Houliston, la que decida el mismo día de la moción si las firmas que se presentan son válidas y cumplen los requisitos exigidos por la ley electoral.

Mancebo insta a Houliston a que “a su edad, deje de hacer payasadas”

Sin embargo, los dos ediles expulsados de la coalición acusaron a la dirección del CLR-Claro de “inventarse procedimientos a su medida” y pidieron a Mayoral y Houliston que expliquen públicamente “por qué acomodan sus reuniones a su interés personal y como les viene en gana”. En declaraciones a los periodistas, los ediles expulsados se consideran miembros de CRL-Claro y acusaron a Houliston de “llevar meses diciendo muchas tonterías”. Mancebo consideró que “la credibilidad de Houliston y Mayoral, después de tantos vaivenes, no dan síntomas de certeza. El secretario será al final el que valore si estamos en el grupo de los nos adscritos”.

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Los ediles amenazaron con llevar a los tribunales su expulsión en caso de que la moción no prospere y dudaron de que Houliston, como presidente de la mesa de edad del pleno adopte una decisión “contraria a derecho”, como sería en su opinión no aceptar sus firmas. “Houliston puede tener todo el odio del mundo a Mancebo, puede abrazar ahora al alcalde Verde que tanto ha criticado. Puede hacer lo que quiera. Pero es una persona adulta que sabe las consecuencias que tiene en derecho aquellos que no se ajustan a la legalidad”. Mancebo recomendó a Houliston que “disfrute de la familia, de su condición de concejal, que haga cosas por Orihuela Costa y deje de hacer payasadas a su edad”.

Entre las direcciones políticas del resto de partidos políticos implicados se impuso la prudencia. La dirección provincial del PP evitó comentar los últimos acontecimientos y prefirió esperar a ver qué ocurre en el pleno del día de la moción. “Hasta el último minuto estará todo muy abierto, nadie sabe con seguridad qué puede pasar”, admitió un miembro de la ejecutiva del PP. Los socialistas, por su parte, también optaron por la prudencia y evitaron hacer declaraciones públicas.

Un pacto roto y medio año de intentos fallidos

Orihuela, una ciudad que roza los 100.000 habitantes censados, es la cuna del caso Brugal, uno de los mayores escándalos de corrupción política-empresarial. En Orihuela, que tiene uno de los términos municipales más extensos de toda la Comunidad Valenciana, afloraron múltiples intereses al socaire de la construcción. La comarca de La Vega Baja, donde predomina la agricultura y el ladrillo, ha sido un feudo tradicional de votos del PP.

Los conservadores han ostentado la alcaldía durante 24 años consecutivos (1987-2011). Y todos sus alcaldes, Luis Fernando Cartagena, José Manuel Medina y Mónica Lorente, tuvieron asuntos pendientes con la Justicia.

Las últimas elecciones apearon al PP del poder. Pero en el verano pasado empezaron los movimientos para reconquistar Orihuela. El primer intento de moción se fraguó a finales del mes de julio. En aquella ocasión la candidata para asumir la vara de mando fue Mónica Lorente. La exalcaldesa, y actual vicepresidenta de la Diputación de Alicante, está imputada en el caso Brugal. El pacto de gobierno se había alcanzado con los concejales no adscritos Bob Houliston y Asunción Mayoral. El problema surgió cuando un concejal del PP, Antonio Rodríguez Barberá, se negó a firmar, siguiendo las instrucciones de la dirección del PP, una moción encabezada por una imputada.

Semanas más tarde hubo otro nuevo intento. En aquella ocasión la candidata era Pepa Ferrando, secretaria local del PP y que, por ahora, no está imputada por un juez. Los 14 ediles del PP y dos del grupo de los no adscritos presentaron la moción. Pero fue el secretario municipal el que emitió un informe que aclaraba que según el artículo 197 de la Ley de Régimen Electoral la firma de Houliston y Mayoral, al pertenecer al grupo de los no adscritos, no era válida.

Y ahora este tercer intento con las 14 firmas del PP y dos concejales del CLR, Pedro Mancebo y Juan Ignacio López-Bas, que fueron expulsados ayer de su coalición para pasar al grupo de los no adscritos y poder invalidar así la moción.

La coalición CLR-Claro se constituyó meses antes de las pasadas elecciones, en plena eclosión del caso Brugal, y con el único objetivo de convertirse en un partido bisagra y clave en la gobernabilidad de Orihuela. Bob Houliston, un diplomático jubilado de origen inglés, es el dirigente de Claro, un partido independiente que se creó en junio para defender los servicios para la zona residencial de la costa que solo percibe un "5% de los presupuestos municipales". En esta zona cosecharon en las elecciones de mayo de 2007 un 40% de los votos, pero no lograron representación. Su alianza con una escisión del PP, que era el Centro Liberal Renovador, de Pedro Mancebo, fue vital para resurgir y sobrevivir.

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