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La cúpula de la CEA se repartió los fondos de formación

Directivos de la patronal acapararon los cursos pagados por la Junta La entidad atraviesa una grave crisis antes del relevo en la presidencia

Javier Martín-Arroyo
Santiago Herrero (segundo por la derecha) y Antonio Carrillo (a su izquierda), en un acto de la Confederación de Empresarios de Andalucía.
Santiago Herrero (segundo por la derecha) y Antonio Carrillo (a su izquierda), en un acto de la Confederación de Empresarios de Andalucía.GARCÍA CORDERO

“Santiago, que es muy amigo mío, me ha dado de vivir muchos años. No lo veo un problema porque un empresario puede colocar a una sobrina en su empresa y no pasa nada”. El desparpajo de Federico Muela, vicepresidente de la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía) para explicar el nepotismo por parte del presidente de la patronal, Santiago Herrero, es muy ilustrativo. Durante años Muela ha sido el vértice de un grupo de amigos que han copado la cúpula de la CEA y acompañado a Herrero en un viaje que ha durado tres décadas.

En ese viaje, que acaba tras las Navidades con el relevo de Herrero, empresarios como Muela, su cuñado Baltasar Fernández o el exvicepresidente Juan Salas, han acaparado los millonarios fondos que la Junta transfirió por la formación continua (para trabajadores) y la ocupacional (para parados), gracias a las cuotas estatales de formación profesional que aportan las empresas. Los fondos han oscilado entre los 15 y los 25 millones cada ejercicio de los años de vacas gordas, según las fuentes consultadas. Pero la transparencia ha sido inexistente y la CEA siempre ha adjudicado estos cursos a una decena de firmas, la mayoría de ellas vinculadas a sus directivos.

El crepúsculo del poder para ese círculo de amigos se cierra con una crisis inesperada, pero muy grave. En todos los ámbitos. El judicial es el mayor dolor de cabeza después de la imputación de Herrero, el secretario general y número dos Antonio Carrillo y Salas, por un delito de estafa en la construcción de 583 viviendas de protección oficial en Sevilla. En esta misma promoción la Sareb (Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) ha denunciado a estos mismos directivos por un desfase de entre 12 y 14 millones de un crédito de 50 millones. Herrero es vicepresidente de la patronal nacional CEOE, y su permanencia en el cargo supone contravenir el reciente código ético aprobado tras el escándalo de su expresidente Gerardo Díaz Ferrán. Mientras, la CEA carece de código ético.

Al margen de este frente que pone en jaque a la patronal después de la investigación bajo secreto de la juez Mercedes Alaya sobre el mayor sindicato, UGT Andalucía, figura la delicada situación financiera de la organización. El año pasado la CEA presentó pérdidas por 12,5 millones mientras facturaba solo cuatro millones, y en 2013 ha reducido su plantilla a la mitad (de 70 a 34 trabajadores) con un ERE.

Favores a los amigos

Un grupo de directivos y exdirectivos de la CEA se han beneficiado al facturar a la institución desde sus empresas por los cursos de formación. Desde los años 80 Federico Muela, su cuñado Baltasar Fernández y Juan Salas Tornero, amigos del presidente Santiago Herrero han gestionado los cursos para trabajadores y parados que contaban con fondos públicos. Eso sí, parte de la cuantía para la formación profesional procede de las cuotas anuales que aportan tanto las empresas (0,6%) y los trabajadores (0,1%) a la Seguridad Social.

La crisis que atañe a la patronal tiene varios frentes. El principal ha supuesto la imputación por estafa de Herrero, su número dos Antonio Carrillo y el exvicepresidente Juan Salas por la construcción de 583 viviendas de protección oficial en Sevilla. Además, la institución presentó al final de 2012 unas pérdidas de 12,5 millones pese a que solo facturó cuatro millones. La cúpula de la institución debe tener un plan de viabilidad después del ERE que redujo la plantilla a la mitad (hasta 35 trabajadores), pero no se ha hecho público.

Ante este panorama sombrío, la mirada atrás en la gestión de Herrero es muy desigual y las acusaciones de los empresarios críticos subrayan el gusto por el lujo de la cúpula, unos gastos que se ha ido reduciendo en los últimos tiempos.

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Estos directivos identificaron pronto dónde estaba el negocio. “En 1983 dejé la Junta de Andalucía y Santiago nos dijo ‘¿Quién se quiere venir conmigo a crear asociaciones de empresarios? Y ahí estaba yo con Luis Amate, Rafael Ávila y Antonio Carrillo”, recuerda Muela. Desde entonces, este vicepresidente creó su empresa Gaesa, con la que ha facturado hasta ocho millones al año, la mayoría gracias a los fondos de la patronal, en cuyo departamento de formación estaba su cuñada Patricia Morón, posteriormente ascendida a directora general de la CEA hasta el pasado verano.

Una mesa de contratación decidía la adjudicación de los cursos a los empresarios, pero las evaluaciones nunca trascendieron. “No es un mercado transparente. En algunos casos ha sido un inconveniente, pero puedo entender el agravio comparativo por parte de otras empresas”, admite Fernández, ex director general de Comercio en la Junta entre 1983 y 1985. En los años de bonanza el grupo GDT, pujante en la enseñanza por Internet, contó con 110 trabajadores (hoy reducidos a 30) y sucursales en Chile, Colombia, México y Brasil. Muela rememora los inicios de su cuñado como empresario tras su etapa como alto cargo socialista: “Baltasar no tenía nada y a Santiago le hacían falta empresas para la formación. Le dijo que no encontraba empresas que hiciera formación. Y así empezó”.

Sobre la política impuesta por Herrero, Muela recuerda la respuesta de Herrero cuando un empresario se quejó de los privilegios de la cúpula al recibir fondos: “Si tienes dos presupuestos iguales, ¿a quién se lo das, a uno que es amigo tuyo o a uno que no conoces de nada?”. Y los directivos recuerdan que la patronal de empresas de formación (CECAP) nunca protestó en las asambleas anuales por este reparto desigual. “Era una cuestión interna. La CEA lo ejecutaba a través de empresas con las que siempre trabajó”, alega su expresidente Juan Antonio Ocaña. Félix Martín preside ahora la federación, que representa a 2.000 empresas, y asegura que ha defendido sin éxito la concurrencia competitiva “en todos los foros”. “Los sindicatos y la patronal tienen sus centros habituales. Se lo dices y no vale de nada. Somos súper minoritarios y no tenemos fuerza para posibilitar los cambios, la dirección es impenetrable. Por mucho que yo quiero decir, no vale de nada”.

Ante la procedencia de los fondos desde la Junta, Salas rebate la sospecha de malversación de fondos públicos: “¿Es dinero público cuando se construye una carretera? ¿Conoce alguna constructora que subcontrate mediante concurso? El que responde es el contratista”. Salas descarta el nepotismo que ha perjudicado a todos los empresarios de la formación sin amistad con Herrero. “’Si a los 10 años no eres eficaz, te echan a la calle por mucha amistad que tengas con el presidente ¡Claro que conozco a Santiago! Si usted no conoce a Santiago, comprendo que esté jodido ¡Pero cada uno se busca la vida¡ Es su problema (...) No entra dentro del mundo comercial lo de ética o no ética. El dinero para la CEA es público, para nosotros es privado”, responde.

La Junta ha rechazado informar de la cuantía de los fondos transferidos a la CEA para que la patronal adjudicara estos cursos. De momento, la Ley de Transparencia es un proyecto de futuro y no de presente para el Gobierno andaluz.

Por su parte, desde la presidencia Herrero ha rechazado ofrecer su opinión sobre la crisis que sufre la institución. Y tampoco ofrece cifras que cuantifiquen el agujero económico que sufre la entidad y los planes para salvarla de la quiebra. Ante la imputación de esta semana por la fallida construcción de la promoción de VPO, un empeño del expresidente fallecido Rafael Álvarez Colunga, el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus, censura: “No estamos para crear empresas y desarrollar negocios que compitan con nuestros propios asociados”, dice sobre la construcción asumida por la patronal. El exalcalde Monteseirín ofreció tres solares en Sevilla Este a la CEA, UGT y CC OO, y tras el rechazo de los sindicatos, Álvarez Colunga se empeñó en acometer en solitario la construcción de las 583 viviendas en los tres solares.

Durante años, la Junta destinó fondos millonarios para lograr la paz social. “Todos repetían el mantra ‘el sistema es así’. La Junta te daba dinero y no había capacidad de gastarlo”, ilustra un veterano trabajador de la patronal. Y añade con sorna: “Cuando estás en la orgía, nadie quiere ponerse un condón”.

Un silencio revelador

El silencio del presidente de la patronal, Santiago Herrero, es total. Y similar al del último secretario general de la UGT Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, que dimitió hace un mes acuciado por el caso de las facturas falsas. Herrero cesará tras las Navidades y por ahora el único candidato para sucederle es Javier González de Lara, que aspira a dar un vuelco al modelo de gestión que incluya un “relevo generacional” y “aire fresco” para “levantar las alfombras”.

La Junta cortó el grifo de los fondos para la formación en 2011, y aún mantiene impagos con las empresas beneficiadas de ejercicios como 2009. Y el Gobierno central mantiene pendiente de firmar el último acuerdo nacional de formación para el reparto de los fondos estatales, ya que el anterior caducó hace ya dos años. Toda esta situación de incertidumbre ha dañado la economía de estas compañías, cuya facturación ha caído en picado.

Sobre la elección de las empresas de formación desde la CEA, González ve con buenos ojos mejorar la transparencia y la concurrencia pública para acabar con “hábitos desacertados”. Y pretende que se asuman los errores: “Lamentaré lo que se ha hecho mal y cada uno que responda por lo que ha hecho”.

El exvicepresidente Muela ha tenido un peso específico en la gestión de la confederación empresarial y su hermano, Nicolás Muela, ha sido responsable de relaciones externas y comunicación de la CEA hasta este otoño. “Mi empresa ha guardado dinero pensando en mis hijos y no tengo créditos, aunque mi pagador haya sido mejor o peor. Ahora le pago a mis trabajadores del banco. Y mantengo abierta la empresa, cuando podía haber cerrado hace dos años y dejar a mi hijo en la oficina. Nunca he tenido créditos”.

Esta dualidad en la cúpula y al frente de una empresa que factura a la misma patronal es lo que prohíbe el código ético que se ha impuesto la CEOE, también reproducido en federaciones provinciales como la sevillana y en la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE). “Se trata de proteger a las instituciones de las personas que las gestionamos”, explica un cargo de una patronal provincial.

Los gastos inconvenientes que UGT remitió a la Junta con facturas falsas pueden haber tenido su reflejo en la CEA. “Hemos llevado ministros de Suramérica al Rocío y a la Feria de Abril para tocarle las palmas... ¿Voy a pagar eso yo? Pues se adjunta al presupuesto de internacionalización de las empresas. Pero nosotros hemos hecho las cosas bastante mejor que UGT”, expone un directivo. La Intervención General de la Junta investiga ahora a la Fundación Laboral de la Construcción (formada por la CEA y los sindicatos UGT y CC OO). Pero de momento, la Junta no está revisando los expedientes de la CEA de forma genérica. “Lo malo no es hacerlo, lo malo es hacerlo con un presupuesto no adecuado. Si la Junta quiere pedir facturas, que pidan, aquí estamos”, añade este directivo.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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