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Más feria, menos libros y discos

Las actividades culturales fuera del recinto ganan protagonismo en Durango

Presentación del libro disko Jainko Txiki eta Jostalari Hura
Presentación del libro disko Jainko Txiki eta Jostalari HuraFERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Durangoko Azoka (feria de Durango), el encuentro del sector editorial y discográfico en euskera, estrena en la edición de 2013, que se celebrará del 5 al 8 de diciembre, una denominación “más corta y abierta”. La referencia al libro y el disco vascos que llevaba desde su arranque en los años 60 del siglo XX ha desaparecido para dar más protagonismo, en medio de la crisis de los soportes tradicionales, a las actividades del programa cultural, a la kulturaren plaza (plaza de la cultura) que aspira a ser con espacios dedicados a la tecnología, el teatro, la música en directo o los audiovisuales. Es el segundo intento de hacer más visible la voluntad de renovar la feria, en la que se ha avanzado en las últimas ediciones con la apertura de los nuevos espacios alrededor de la presentación y venta de libros y discos.

El primero fue el relevo en la dirección en 2011. Después de tres décadas como director, Jon Irazabal dejó paso a Aiert Goenaga, licenciado en Dirección y Administración de Empresas, con el objetivo de adaptar la feria a las nuevas circunstancias del mercado en el sector editorial y músical, y el cambio en los hábitos del consumo. El relevo no cuajó y tras organizar la feria de 2012, la asociación Gerediaga, fundadora y organizadora de la feria, decidió destituir a Goenaga. Gerediaga acusó al director de deslealtad y Goenaga respondió atribuyendo su cese a las “ansias de poder” de la asociación. Desde entonces, la dirección de la feria “es colegiada”, explica Nerea Mujika, presidenta de Gerediaga, con la participación de unas 15 personas.

La organización quiere

La renovación se centra ahora en extender la feria fuera del recinto del pabellón Landako, donde los puestos de editoriales y discográficas tratarán de cazar clientes. Para atraer a los compradores los expositores acuden con 355 títulos de reciente edición, más de la mitad libros, aunque también algunos productos multimedia. Salir de Landako es, en palabras de Mujika, una “invasión” de Durango para aprovechar la cercanía de infraestructuras como el cine Zugaza, donde se traslada la oferta de audiovisuales, o el centro cultural San Agustín, que acogerá las obras de teatro a 700 metros del recinto ferial. “No es dispersar la feria, ni debilitar la presencia de libros y discos; es consolidar y diversificar la oferta de actividades en espacios especializados y de calidad, con la máxima profesionalidad”, defiende la presidenta de Gerediaga.

Siete espacios

La Durangoko Azoka se celebrará del 5 al 8 de diciembre. La organización ha contado con un presupuesto de 520.000 euros, más del 10% menos que en la edición anterior.

En el pabellón de Landako se instalarán 122 expositores, entre editoriales, casas discográficas, asociaciones e instituciones. Serán cinco menos que en 2012.

El público encontrará menos puestos que en otras ediciones por el impacto de la crisis económica. Serán 238, quince menos que el año pasado.

El recinto ferial se competa con siete espacios, dedicados a las actividades. Los principales son Irudinea (cine Zugaza), la carpa de Ahotsenea (presentación de libros y discos), Saguganbara (actividades infantiles en el edificio Elkartegia), Kabia@ (cultura digital) y Szenatokia (teatro en San Agustin Kultur Gunea).

La cultura de Escocia sera la protagonista invitada en esta edición de 2013

“En Durangoko Azoka se siente la cultura en distintos formatos, pero el libro y el disco siguen teniendo un lugar prioritario”. También sale fuera de Landako Ahotsenea, el espacio de encuentro entre autores y público y escenario de actuaciones musicales, que este año ocupará una carpa en el exterior. Ahotsenea ha programado 40 conciertos y otras tantas presentaciones en tertulias, entre ellas el nuevo disco-libro de Kirmen Uribe, los músicos Mikel Urdangarin, Rafa Rueda y Bingen Mendizabal y el artista plástico Mikel Valverde, Jainko txiki eta jostalari hura (Un dios pequeño y juguetón). Durangoko Azoka mantiene los siete espacios que ha experimentado en las ediciones anteriores, como Kabi@, centrado en la cultura digital, que tendrá este año en la utilización de las impresoras 3D en la enseñanza uno de sus puntos fuertes.

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La organización quiere que la red de disciplinas culturales y espacios donde ofrecerlas al público se “irradien hacia el casco viejo de Durango” hasta crear un recorrido por la localidad. La evolución hacia una feria con más peso de la tecnología, la música en directo, y las actividades relacionadas con el teatro y los audiovisuales parte del Plan estratégico que Gerediaga aprobó en 2011 para afrontar los cambios en el sector editorial y discográfico. Mujika recuerda que el programa de actividades culturales en paralelo a la parte comercial de la feria está presente desde sus inicios. “Siempre ha habido conciertos y conferencias”, dice. “Ampliar ese programa con la oferta actual es una evolución natural”.

Pese a los cambios la feria mantiene el premio Argizaiola, con el que distingue la trayectoria de personas vinculadas al euskera y la cultura vasca. En 2013 será galardonado con el Argizaiola el antropólogo William A. Douglas (Reno, 1939), experto en la inmigración de los vascos al oeste de los Estados Unidos. Douglas fue el fundador del Basque Studies Program de la Universidad de Reno, y se ocupó de su dirección durante tres décadas, hasta su retiro en 2000. En 1963, después de estudiar Literatura española en la Complutense, se trasladó a Etxalar y Aulestia, desde donde realizó sus investigaciones de campo y entablo estrechas relaciones con Julio Caro Baroja, entre otros.

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