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“Esto es una carta blanca al Gobierno para gestionar igual otra marea negra”

Nunca Máis expresa su decepción por el fallo Los abogados de los acusados se confiesan “muy contentos”

Sala del Tribunal de A Coruña
Sala del Tribunal de A Coruña MIGUEL VIDAL (REUTERS)

“No se ha hecho justicia reparadora”. El abogado de Nunca Máis, Pedro Trepat, no ha ocultado esta mañana su decepción tras la absolución tanto del capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, como del único cargo del Gobierno de Aznar juzgado por la gestión de la catástrofe, José Luis López-Sors. Para Trepat, la sentencia es “insatisfactoria y aparentemente incoherente” porque, entre otras cosas, justifica la exculpación del exdirector general de la Marina Mercante en que tomó la decisión de alejar el petrolero de la costa basándose en un “asesoramiento técnico y más que suficiente”, un extremo que, según el letrado, no quedó demostrado en las sesiones del juicio. “Esta sentencia es una carta blanca para gestionar una nueva crisis” igual que lo hizo el Gobierno de Aznar en noviembre de 2002, lamentó Trepat. De hecho, el fallo afirma que en estos nueve meses de juicio “nadie fue capaz de señalar qué se debería hacer” hoy en día si se repitiese la emergencia que dio el Prestige tal día como hace 11 años. “En un proceso penal solo se dirime si algo es delito”, explica otro de los abogados de las partes la falta de respuestas.

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La otra cara de la mañana la tenía el abogado de Mangouras, José María Ruiz Soroa. “Estoy muy contento”, se ha limitado a decir, mientras la abogada del Estado que llevó la defensa de López-Sors, no escondía su sonrisa. “Se ha demostrado que mi defendido actuó de forma razonable”, ha subrayad, a las puertas del Palacio de Justicia de A Coruña, Consuelo Castro. El presidente del tribunal que juzgó el caso entre octubre de 2012 y julio de 2013, José Luis Pía, ha leído el fallo mientras una veintena de miembros de Nunca Máis se concentraban en la escalinata del palacio, sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, custodiados una decena de policías.

Ese despliegue policial ha sido uno de los pocos recuerdos a la crispación que vivió Galicia mientras el Prestige extendía hace 11 años su reguero de contaminación por el Atlántico. Al término de la lectura del dictamen, que se realizó sin la presencia de los tres acusados, no se produjeron muestras estentóreas ni de alegría ni de malestar. Solo se pudo oír un murmullo de discretas felicitaciones a los abogados vencedores.

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