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Los Mossos pidieron a la juez que les devolviera el ‘caso Raval’

Dos mandos se reunieron en el despacho de la magistrada para preguntarle por qué había puesto el asunto en manos del Cuerpo Nacional de Policía

La decisión de la juez de confiar la investigación sobre la muerte de Juan Andrés Benítez al Cuerpo Nacional de Policía (CNP) no sentó nada bien en la cúpula del Departamento de Interior. El pasado 9 de octubre, tres días después de que el empresario del Gayxample muriera tras ser reducido de forma violenta por un grupo de mossosen el Raval de Barcelona, la magistrada Eva Moltó decidió que el caso fuera investigado por un cuerpo policial distinto del que estuvo involucrado en el suceso. Se trata, según fuentes judiciales, de una práctica habitual para garantizar la independencia de la unidad que actúa como policía judicial.

Dos mandos de los Mossos d'Esquadra, sin embargo, se presentaron poco después en el despacho de la juez, en la novena planta del edificio I de la Ciudad de la Justicia, según explicaron a este diario fuentes del caso y confirmó un portavoz de Interior. Los dos mandos —Interior no ha querido revelar su identidad ni su categoría— pidieron explicaciones a la juez por haber tomado esa decisión y trataron de convencerla para que devolviera el caso a los Mossos.

La reunión, según fuentes judiciales, fue breve y tensa

Los mandos argumentaron que tanto la División de Asuntos Internos (DAI) como la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos estaban perfectamente capacitadas para asumir la investigación y para hacerlo, además, de forma imparcial. Pero Moltó les manifestó, según fuentes de Interior, que la decisión ya estaba tomada y que no pensaba dar marcha atrás. La reunión, según fuentes judiciales, fue breve y tensa. La juez no recibió de buen grado la visita de los policías y “no quiso escuchar demasiado sus argumentos”, precisan fuentes policiales. Esas mismas fuentes consideran que es “normal” reunirse con un magistrado cuando se produce una decisión de ese calado.

Ocho de los mossos que participaron en la reducción de Benítez están imputados por un delito contra la vida, torturas, coacciones y obstrucción a la justicia. Según la investigación, uno de los policías propinó hasta cinco puñetazos en la cabeza a Benítez cuando este estaba en el suelo e inmovilizado. Interior discute con vehemencia esa tesis y considera que el informe del CNP sobre el que se basan las imputaciones es “erróneo”. La autopsia reveló que el empresario murió como consecuencia de golpes en la zona “cráneo-facial”, aunque no aclaró su origen. La actuación policial fue grabada por vecinos del Raval y las imágenes —difundidas por EL PAÍS— constatan que Benítez recibió puñetazos, patadas y rodillazos. La mayoría de los 11 testigos que han declarado ya también detallan las agresiones.

En el auto en el que imputó a los ocho mossos, la juez defendió con ahínco su decisión de conferir el caso a otro cuerpo: “Como no podía ser de otra manera”.

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